/ martes 4 de junio de 2019

Renuncias en régimen presidencial

Hay dos momentos importantes en la administración pública para lograr buena gobernanza: 1) Construcción de equilibrio entre fuerzas político-económicas y 2) Ajustes en gabinetes según tiempos y circunstancias.

Cuando un candidato(a) se le entrega constancia de electo(a), entra en etapa de presiones y cobros políticos para incluir en su equipo tanto a aliados como colaboradores de otros grupos que desean ejercer el poder político-económico. Así, con su definición de colaboradores construye pesos y contrapesos entre fuerzas que le permitan tener capacidad de gobernar eficiente y eficazmente, como también lograr aquellos propósitos desde antes de ser precandidato(a).

El segundo momento es posterior al anterior cuando las prioridades ya son otras y tiene sus propias características, entre ellas haber adquirido experiencia y dominio en temas de administración pública y afianzado potencial político-gubernamental, esta etapa atiende a la necesidad de dar estabilidad y rumbo a su administración según ideario y proyectos. También depende del desempeño de sus colaboradores.

Existe otro conjunto de causales del retiro de funcionarios: diferencias ideológicas del rumbo gubernamental; no coincidir con el titular en la toma de decisiones; perder ante el “fuego amigo” por intrigas y envidas; por razones personales o bien por buscar otro cargo.

En este contexto se da lectura a las cinco renuncias en el gabinete de AMLO: 1) Clara Torres, Secretaría del Bienestar; 2) Simón Levy, Subsecretaría de Turismo; 3) Patricia Bugarín, Subsecretaría de Seguridad y Protección Ciudadana; 4) Germán Martínez, Dirección IMSS y 5) Josefa González-Blanco, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Existe una sexta pero no es del gabinete y es la de Patricia Vázquez, Consejera del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, quien renunció cuando la etapa de aprobación de la reforma educativa de AMLO. Llama la atención que ninguno es miembro del partido MORENA.

Las referidas renuncias tienen impacto en la correlación de fuerzas y popularidad de AMLO, para sus detractores es motivo para desprestigiar y argumentar incompetencias del gabinete y sobre todo del Presidente, o reconocerle fin de privilegios. Como también es reflejo de ajustes en el equipo para lograr una mayor coherencia administrativa federal como es el ajedrez político dentro de cualquier gabinete extranjero y nacional.

El régimen presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lleva seis meses de vida gubernamental (8.45% del tiempo legal), le restan 65 meses. Tiene fortalezas y debilidades como también oportunidades y amenazas, se percibe que varios miembros de su gabinete aún no logran remontar en respectivas curvas de aprendizaje restándole margen de gobernabilidad y capital político al Presidente AMLO quien debe tener

Hay dos momentos importantes en la administración pública para lograr buena gobernanza: 1) Construcción de equilibrio entre fuerzas político-económicas y 2) Ajustes en gabinetes según tiempos y circunstancias.

Cuando un candidato(a) se le entrega constancia de electo(a), entra en etapa de presiones y cobros políticos para incluir en su equipo tanto a aliados como colaboradores de otros grupos que desean ejercer el poder político-económico. Así, con su definición de colaboradores construye pesos y contrapesos entre fuerzas que le permitan tener capacidad de gobernar eficiente y eficazmente, como también lograr aquellos propósitos desde antes de ser precandidato(a).

El segundo momento es posterior al anterior cuando las prioridades ya son otras y tiene sus propias características, entre ellas haber adquirido experiencia y dominio en temas de administración pública y afianzado potencial político-gubernamental, esta etapa atiende a la necesidad de dar estabilidad y rumbo a su administración según ideario y proyectos. También depende del desempeño de sus colaboradores.

Existe otro conjunto de causales del retiro de funcionarios: diferencias ideológicas del rumbo gubernamental; no coincidir con el titular en la toma de decisiones; perder ante el “fuego amigo” por intrigas y envidas; por razones personales o bien por buscar otro cargo.

En este contexto se da lectura a las cinco renuncias en el gabinete de AMLO: 1) Clara Torres, Secretaría del Bienestar; 2) Simón Levy, Subsecretaría de Turismo; 3) Patricia Bugarín, Subsecretaría de Seguridad y Protección Ciudadana; 4) Germán Martínez, Dirección IMSS y 5) Josefa González-Blanco, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Existe una sexta pero no es del gabinete y es la de Patricia Vázquez, Consejera del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, quien renunció cuando la etapa de aprobación de la reforma educativa de AMLO. Llama la atención que ninguno es miembro del partido MORENA.

Las referidas renuncias tienen impacto en la correlación de fuerzas y popularidad de AMLO, para sus detractores es motivo para desprestigiar y argumentar incompetencias del gabinete y sobre todo del Presidente, o reconocerle fin de privilegios. Como también es reflejo de ajustes en el equipo para lograr una mayor coherencia administrativa federal como es el ajedrez político dentro de cualquier gabinete extranjero y nacional.

El régimen presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lleva seis meses de vida gubernamental (8.45% del tiempo legal), le restan 65 meses. Tiene fortalezas y debilidades como también oportunidades y amenazas, se percibe que varios miembros de su gabinete aún no logran remontar en respectivas curvas de aprendizaje restándole margen de gobernabilidad y capital político al Presidente AMLO quien debe tener