Entre las diversas reformas que se gestaron en el gobierno del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la que más polémica causó fue la educativa. Las voces del magisterio nacional pronto se manifestaron en su rechazo total por considerarla arbitraria y púnica en contra de los derechos laborales.
Los miles de millones de pesos se van por la borda, la copiosa publicidad en todos los medios de comunicación, los 50 mil millones para el programa “Escuelas al cien” y principalmente sacudirse la injerencia del SNTE.
El “modelo educativo” anunciado contempla cinco ejes: Planteamiento curricular; la escuela como el centro del sistema educativo; Formación y desarrollo profesional docente; Inclusión y equidad; y gobernanza del sistema educativo.
El último eje se refiere precisamente dejar de lado al SNTE en asuntos educativos y que sea el Estado –gobierno- quien se encarguede dirigir la educación. Pero ahora resulta que el virtual presidente, Andrés López Obrador, durante su campaña anunció que la “Reforma Educativa se va a derogar” (Dejar sin efecto una norma jurídica o cambiar parte de ella).
Al respecto la periodista de El Sol de México, Bertha Becerra, en una entrevista al intelectual, Gilberto Guevara Niebla, (quien fue líder del movimiento estudiantil del 68) le reveló que la CNTE “está en contra de la evaluación al magisterio junto con López Obrador son los abanderados contra la evaluación”.
“Hay que atender la educación. Lo que no podemos hacer es volver al pasado, es volver el poder educativo al sindicato y admitir que la corrupción se vuelva a instalar en las escuelas, eso no debe ser”, cuestionó el también investigador pedagógico.
Y puntualiza Guevara Niebla: “En México la educación nunca ha sido un tema importante. Ha habido un debate educativo muy pobre. Hay muy poca información sobre la educación”.
De derogarse la Reforma Educativa quedará en el papel al proceso de profesionalización magisterial, la creación de un sistema basado en el mérito, el Servicio Profesional Docente que define: los mecanismos de ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia de los maestros, mediante la evaluación. Asimismo los concursos de oposición serán historia, no habrá estímulos económicos y la evaluación dejará de ser obligatoria.
Finalmente de cancelarse la Reforma Educativa, punto que sí me agrada, es el cierre al sector de profesionistas universitarios (ingenieros, arquitectos, abogados, químicos, médicos, agrónomos, contadores, etc.) que no reúnen el perfil de docentes para estar frente a grupos de aprendizaje. Por lo pronto esperaremos al nuevo Secretario de la SEP, Esteban Moctezuma, a ver que trae bajo las alforjas, ojalá que este sí sepa “ler”.