/ domingo 23 de mayo de 2021

Respeto e igualdad

El verbo ‘ser’ conjuga la vida de cada persona. Nuestro ADN es biológico y cultural. Somos animales sociales que nos definimos y adquirimos personalidad propia de acuerdo a nuestro entorno social y el libre albedrío, determina nuestra identidad. A través de esta libertad, decidimos quienes seremos frente al mundo. Nadie podrá ser pleno si no elige ‘ser’. Sin embargo, en una sociedad cegada por la ignorancia, tabúes y prejuicios, todas aquellas personas que son divergentes en su manera de pensar, actuar, crear y decidir, son limitadas.

El 17 de mayo de 1990 fue un día para reivindicar la historia de cada ser humano. Con la declaratoria de la Organización Mundial de la Salud se eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Aquel día, la batalla de varias generaciones de la población gay, lesbiana, bisexual, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI) dio frutos, la orientación sexual no heterosexual no es un mal biológico, sino expresión del derecho humano a la sexualidad y al libre desarrollo de la personalidad. En consecuencia, en 2004 la ONU proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y la Bifobia.

Este día es un espacio para la reflexión sobre la realidad de quienes son víctimas de acoso, tortura, detenciones arbitrarias e incluso de asesinato en todo el mundo, a menudo con total impunidad. Las personas LGBTTTI se enfrentan a la discriminación sistemática, así como a ser potenciales víctimas de crímenes de odio. México, no es la excepción. A pesar de que han disminuido los asesinatos en un 32% en los dos últimos años, en 2020 se cometieron entre seis y siete homicidios por mes de acuerdo a la organización Letra S.

Para el 2020, la homosexualidad estaba considerada como un delito o un crimen en más de 70 estados. En Mauritania, Sudán, Somalia, Nigeria, Arabia Saudí, Afganistán, Brunei, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Pakistán y Yemen contemplan en sus códigos penales la pena de muerte por practicar el coito con una persona del mismo sexo, según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales.

El libre desarrollo de la personalidad un derecho humano y es una obligación constitucional respetarlos, protegerlos, promoverlos y garantizarlos. Ser iguales en derechos, pero reconocer nuestras diferencias para ejercerlos en plenitud es un estandarte de cualquier Estado. La lucha por la igualdad y la no discriminación se encuentra vigente. La ignorancia, los prejuicios, el odio y el miedo son los principales lastres de la humanidad. Cuando la inclusión sea un eje de vida, estaremos cerca de la fraternidad global. Las fobias son asesinas, la inclusión nos dignifica.

El verbo ‘ser’ conjuga la vida de cada persona. Nuestro ADN es biológico y cultural. Somos animales sociales que nos definimos y adquirimos personalidad propia de acuerdo a nuestro entorno social y el libre albedrío, determina nuestra identidad. A través de esta libertad, decidimos quienes seremos frente al mundo. Nadie podrá ser pleno si no elige ‘ser’. Sin embargo, en una sociedad cegada por la ignorancia, tabúes y prejuicios, todas aquellas personas que son divergentes en su manera de pensar, actuar, crear y decidir, son limitadas.

El 17 de mayo de 1990 fue un día para reivindicar la historia de cada ser humano. Con la declaratoria de la Organización Mundial de la Salud se eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Aquel día, la batalla de varias generaciones de la población gay, lesbiana, bisexual, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI) dio frutos, la orientación sexual no heterosexual no es un mal biológico, sino expresión del derecho humano a la sexualidad y al libre desarrollo de la personalidad. En consecuencia, en 2004 la ONU proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y la Bifobia.

Este día es un espacio para la reflexión sobre la realidad de quienes son víctimas de acoso, tortura, detenciones arbitrarias e incluso de asesinato en todo el mundo, a menudo con total impunidad. Las personas LGBTTTI se enfrentan a la discriminación sistemática, así como a ser potenciales víctimas de crímenes de odio. México, no es la excepción. A pesar de que han disminuido los asesinatos en un 32% en los dos últimos años, en 2020 se cometieron entre seis y siete homicidios por mes de acuerdo a la organización Letra S.

Para el 2020, la homosexualidad estaba considerada como un delito o un crimen en más de 70 estados. En Mauritania, Sudán, Somalia, Nigeria, Arabia Saudí, Afganistán, Brunei, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Pakistán y Yemen contemplan en sus códigos penales la pena de muerte por practicar el coito con una persona del mismo sexo, según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales.

El libre desarrollo de la personalidad un derecho humano y es una obligación constitucional respetarlos, protegerlos, promoverlos y garantizarlos. Ser iguales en derechos, pero reconocer nuestras diferencias para ejercerlos en plenitud es un estandarte de cualquier Estado. La lucha por la igualdad y la no discriminación se encuentra vigente. La ignorancia, los prejuicios, el odio y el miedo son los principales lastres de la humanidad. Cuando la inclusión sea un eje de vida, estaremos cerca de la fraternidad global. Las fobias son asesinas, la inclusión nos dignifica.