/ jueves 9 de diciembre de 2021

Responsabilidad colectiva ante el Presupuesto 2022

Estimado lector, lo que habíamos previsto sobre la economía local para los años posteriores a la pandemia, está ocurriendo, el efecto multiplicador negativo continúa presente y en las finanzas federales, estatales y municipales no hay excepción; en el caso de Zacatecas, el martes pasado se presentó y se dictaminó el principal documento del paquete económico que es el Presupuesto de Egresos del estado.

De acuerdo a la opinión de algunos actores políticos el presupuesto propuesto para el próximo año refleja lo que será la visión de la nueva gobernanza, es digno de análisis, pues. Podemos observar que las áreas centrales de atención y servicio a la población como seguridad pública, desarrollo social, el campo y obras públicas, registran una propuesta de incrementos a hasta de un 177%, lo que nos deja ver la firme intención del Gobernador, David Monreal Ávila, de llevar los beneficios del ejecutivo estatal a quien más lo necesita y con ello cumplir con los objetivos emanados de un gobierno que ofrece atender a todos, pero primero a quienes viven en la pobreza y marginación.

Por otro lado, vemos en este presupuesto que al menos en catorce dependencias, entre ellas la misma oficina del gobernador y la secretaría general de gobierno, se presentan disminuciones que van directamente a reducir los onerosos gastos superfluos en los que antes, con toda frivolidad, se despilfarraba el presupuesto. Ya se ha dicho: estos son otros tiempos y de esa manera los gobiernos debemos actuar con mayor responsabilidad, adiós a los beneficios adicionales, a los elevados salarios de la burocracia dorada, las partidas secretas, los pagos de teléfonos y médicos privados a costa del erario.

Nosotros tenemos una mística de que, ante situaciones extremas, medidas extremas. En el caso del presupuesto a municipios, se presenta un ligero incremento y esperamos que, al menos en esa misma proporción también tenga el mismo comportamiento lo emanado de la federación, es el momento en que los legisladores locales, sin apasionamientos, vean por los interés del pueblo y logren tomar en cuenta las voces de los actores sociales que urgen con llamadas de auxilio el apoyo para la subsistencia de los sectores económicos.

Ya no hay tiempo para la grilla estéril y la guerra de las vanidades, ni para que se vea la aprobación de un presupuesto secuestrado por algunos que solo buscan obtener ventajas de un ejercicio del poder a la antigua, el momento nos exige un comportamiento de gigantes y orientación de objetivos entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en concordancia con la sociedad.

El llamado es a todas y a todos. Quienes tenemos responsabilidad al frente de la administración pública, debemos seguir haciendo un uso racional de los recursos, evitar los gastos infructuosos, eliminar privilegios y sobretodo, generar políticas de incremento en los ingresos propios sin dañar la economía de la ciudadanía, y sabemos que el reto de lograr ese equilibrio no es fácil, pero es posible, si tenemos el objetivo común de ser un mejor gobierno para la sociedad.


Estimado lector, lo que habíamos previsto sobre la economía local para los años posteriores a la pandemia, está ocurriendo, el efecto multiplicador negativo continúa presente y en las finanzas federales, estatales y municipales no hay excepción; en el caso de Zacatecas, el martes pasado se presentó y se dictaminó el principal documento del paquete económico que es el Presupuesto de Egresos del estado.

De acuerdo a la opinión de algunos actores políticos el presupuesto propuesto para el próximo año refleja lo que será la visión de la nueva gobernanza, es digno de análisis, pues. Podemos observar que las áreas centrales de atención y servicio a la población como seguridad pública, desarrollo social, el campo y obras públicas, registran una propuesta de incrementos a hasta de un 177%, lo que nos deja ver la firme intención del Gobernador, David Monreal Ávila, de llevar los beneficios del ejecutivo estatal a quien más lo necesita y con ello cumplir con los objetivos emanados de un gobierno que ofrece atender a todos, pero primero a quienes viven en la pobreza y marginación.

Por otro lado, vemos en este presupuesto que al menos en catorce dependencias, entre ellas la misma oficina del gobernador y la secretaría general de gobierno, se presentan disminuciones que van directamente a reducir los onerosos gastos superfluos en los que antes, con toda frivolidad, se despilfarraba el presupuesto. Ya se ha dicho: estos son otros tiempos y de esa manera los gobiernos debemos actuar con mayor responsabilidad, adiós a los beneficios adicionales, a los elevados salarios de la burocracia dorada, las partidas secretas, los pagos de teléfonos y médicos privados a costa del erario.

Nosotros tenemos una mística de que, ante situaciones extremas, medidas extremas. En el caso del presupuesto a municipios, se presenta un ligero incremento y esperamos que, al menos en esa misma proporción también tenga el mismo comportamiento lo emanado de la federación, es el momento en que los legisladores locales, sin apasionamientos, vean por los interés del pueblo y logren tomar en cuenta las voces de los actores sociales que urgen con llamadas de auxilio el apoyo para la subsistencia de los sectores económicos.

Ya no hay tiempo para la grilla estéril y la guerra de las vanidades, ni para que se vea la aprobación de un presupuesto secuestrado por algunos que solo buscan obtener ventajas de un ejercicio del poder a la antigua, el momento nos exige un comportamiento de gigantes y orientación de objetivos entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en concordancia con la sociedad.

El llamado es a todas y a todos. Quienes tenemos responsabilidad al frente de la administración pública, debemos seguir haciendo un uso racional de los recursos, evitar los gastos infructuosos, eliminar privilegios y sobretodo, generar políticas de incremento en los ingresos propios sin dañar la economía de la ciudadanía, y sabemos que el reto de lograr ese equilibrio no es fácil, pero es posible, si tenemos el objetivo común de ser un mejor gobierno para la sociedad.