La pugna política entre el statu quo y la transformación en México ha sido causa de grandes conflictos y también de importantes transformaciones. Realistas e insurgentes; conservadores y liberales; porfiristas y revolucionarios lucharon en el pasado mediante el uso de las armas, y hoy, en un México de instituciones, esta batalla se libra entre Morena y sus aliados, y los partidos que en el viejo régimen controlaron las cúpulas políticas, en el terreno del diálogo y el debate, en el que el interés por conquistar la opinión pública frecuentemente atenta contra la objetividad, por lo que resalta el carácter aclaratorio del discurso del senador Ricardo Monreal en la instalación de la LXV legislatura.
A diferencia de su acostumbrado talante conciliador, que le caracteriza y es necesario para fungir como presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado, y llevar a buen puerto las reformas de la agenda legislativa del grupo mayoritario en el Congreso, se le pudo escuchar replicar a la oposición por las infundadas acusaciones contra el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin perder el equilibrio y la sobriedad, el líder de Morena en la Cámara Alta utilizó un tercio de su tiempo en la tribuna para hablar de los logros en materia constitucional alcanzados durante la pasada legislatura; un tercio más para referirse a los retos legislativos de los próximos tres años; y tercio restante para puntualizar algunos aspectos del discurso opositor, no sin constantes interrupciones de las bancadas aludidas.
Recordó que durante los últimos 100 años la vida pública fue dominada por la actual oposición, la herencia de saqueo del viejo régimen, y la campaña sucia contra la transformación y los malos augurios que jamás se cumplieron. Ante las acusaciones de obediencia por parte del poder legislativo hacia la presidencia de la república, aseguró que las coincidencias no deben extrañar, dado su origen común en el movimiento social pacífico más importante de nuestra historia moderna, bajo la bandera de Morena; y agregó que las reformas aprobadas fueron posibles gracias al voto de todas las bancadas, por lo que desmarcarse de ellas y vituperarlas resulta un acto de deshonestidad. Además, desmintió los supuestos recortes al presupuesto de los refugios para mujeres y niñas víctimas de violencia.
En vista de los logros históricos, que pese a la pandemia y la crisis económica ha logrado la Cuarta Transformación en los primeros tres años, la oposición se ha tenido que valer, como de costumbre, de la difamación, la falsedad y la hipocresía para pretender confundir a la sociedad mexicana, intentando revivir la vieja práctica de repetir una mentira hasta que parezca verdad, olvidando que puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo, y ese tiempo, ya está en el pasado.
