El pasado viernes primero de junio del 2018, el presidente norteamericano Donald Trump manifestó abiertamente que el acuerdo con México y Canadá puesto en marcha el primer día del año 1994 debía llegar a su fin.
El principal argumento para Trump es que el TLC es un mal negocio para Estados Unidos, por lo que buscará eliminarlo y negociar de manera separada con México y Canadá un nuevo acuerdo en fechas próximas.
Otro de los motivos para cancelar el TLC por parte del presidente norteamericano es que México ha tomado las compañías automotrices que antes se ubicaban en USA, es una situación que debe modificarse para bien de los habitantes del país vecino.
Asimismo en lo referente al caso de Canadá, éste ha tratado muy mal a las empresas yanquis y es una situación que debe revisarse a la brevedad, siguió manifestando el presidente Trump, sobresaliendo las grandes empresas madereras asentadas en USA.
Los argumentos del mandatario norteamericano se basan también en que las negociaciones para continuar con el TLC entre México, Canadá y USA han fracasado y se deben replantear en base a un acuerdo con cada país, sobre todo por las asimetrías que tienen México y Canadá, países muy desiguales en cuento a niveles salariales.
Ya se habla de un nuevo tratado comercial con USA y México, sin importar que el TLC puesto en marcha el primero de enero de 1994 haya multiplicado por cuatro veces el comercio entre los tres países.
El principal escollo para proseguir con dicho tratado comercial es el alto déficit comercial que padece USA con respecto a México y Canadá. Se le olvida al presidente norteamericano que el déficit con China y los tigres asiáticos es tres veces mucho mayor, sin embargo a estos países no los ha nombrado como ha sido el caso para México y Canadá.
La cosa va en serio, acaba de imponerse aranceles del 25 por ciento al acero y el 10% al aluminio que llega a USA procedente de México y Canadá.
Este tipo de medidas pretenden contrarrestar la pérdida de dinero con Canadá y México, sobre todo en la industria automotriz que está muy afianzada en el país azteca y es la principal exportadora de autos hacia USA.
El gobierno norteamericano ahora pretende con un nuevo tratado que regresen las empresas norteamericanas a sus estados, sería un rudo golpe a la economía mexicana que tiene en la industria automotriz su principal aporte en materia de exportaciones con casi 4 millones de autos al año.
Los aranceles impuestos a México y Canadá en el acero y aluminio también pretenden afectar a la Comunidad Económica Europea, la cual está analizando la unilateral medida de Trump y reaccionará en la próxima semana con medidas similares que afectarán las relaciones comerciales con USA.
El presiente norteamericano calcula que los países y continente citado obtienen cinco veces más de lo que los norteamericanos cobran en tarifas.
Canadá y México han empezado a imponer también medidas contra los productos elaborados en USA, por lo que a partir del mes de junio la guerra comercial estará en su máximo apogeo.