/ martes 5 de mayo de 2020

¡Se nos murió Oscar Chávez…!

Se nos murió, literalmente, Oscar Chávez, a quienes fuimos sus seguidores, a quienes teníamos (y seguimos teniendo) grabadas sus interpretaciones, y las repetimos en tertulias, a coro, con nuestras amistades, o cuando vamos manejando en nuestro automóvil. Sí, me tocó vivir tiempos benignos en cuanto a la música de Chávez se refiere.

A él lo conocí musicalmente desde los setenta del siglo pasado. Vivía yo en la Ciudad de México, y había ya terminado mi licenciatura. Había asimismo comenzado a trabajar y por ende disponía de recursos pecuniarios para pagar las invitaciones a mis amistades, o mi parte en la cuenta de los amigos con los que compartía música y tragos con el inolvidable trasfondo musical en vivo de Chávez, en cualquiera de los sitios de la Ciudad de México donde él estuviera tocando.

Incluso compré los acetatos de todos los éxitos de Chávez, discos que terminaron rayados después de tanto usarlos, oyendo y volviendo a oír las interpretaciones de Chávez.

Escribía un cercano amigo de Chávez –también, lamentablemente, ya fallecido- Carlos Monsiváis: “Desde hace años, Óscar Chávez trabaja en una triple vertiente: rescate de la herencia lírica, presentación de nuevos materiales mexicanos y latinoamericanos, y manejo de las vetas satíricas de la canción. Él no jerarquiza, y si no le concede igual tiempo, sí le da igual importancia a lo viejo y lo nuevo, lo triste y lo divertido, lo épico y lo sensual”.

Señalaba asimismo Monsiváis: “Hoy por hoy, sin lugar a dudas, Óscar Chávez es un certero referente del arte y las tradiciones populares mexicanas, así como un fuerte exponente de coherencia y compromiso social y político, pues desde su participación en el movimiento estudiantil de 1968, hasta su público y reiterado apoyo al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el llamado ´Caifán mayor´ ha puesto siempre su voz, teniendo por bandera la propia convicción como faro inquebrantable”.

Con Chávez se fue en definitiva una destacable tendencia en la música de México, con la vertiente tan recuperable de la verdadera música popular mexicana. Sí ciertamente Chávez no sólo siguió pautas musicales del presente, sino que también recuperó poemas y música del México de antaño. Al tiempo de la musicalización de las canciones recitaba poesía de, por ejemplo, Sor Juana Inés de la Cruz, Gilberto Owen y Amado Nervo, según establecen los conocedores de la trayectoria musical del músico. Consúltese al particular https://www.elfinanciero.com.mx/culturas/oscar-chavez-el-infatigable-juglar-de-mexico-del-siglo-xx 1

Como a todos no habrá de tocar, a Chávez: Callado al oscurecer/ lo llamó el enterrador/ nunca más volverá a ver/ a la que murió de amor, ¡ay!

Se nos murió, literalmente, Oscar Chávez, a quienes fuimos sus seguidores, a quienes teníamos (y seguimos teniendo) grabadas sus interpretaciones, y las repetimos en tertulias, a coro, con nuestras amistades, o cuando vamos manejando en nuestro automóvil. Sí, me tocó vivir tiempos benignos en cuanto a la música de Chávez se refiere.

A él lo conocí musicalmente desde los setenta del siglo pasado. Vivía yo en la Ciudad de México, y había ya terminado mi licenciatura. Había asimismo comenzado a trabajar y por ende disponía de recursos pecuniarios para pagar las invitaciones a mis amistades, o mi parte en la cuenta de los amigos con los que compartía música y tragos con el inolvidable trasfondo musical en vivo de Chávez, en cualquiera de los sitios de la Ciudad de México donde él estuviera tocando.

Incluso compré los acetatos de todos los éxitos de Chávez, discos que terminaron rayados después de tanto usarlos, oyendo y volviendo a oír las interpretaciones de Chávez.

Escribía un cercano amigo de Chávez –también, lamentablemente, ya fallecido- Carlos Monsiváis: “Desde hace años, Óscar Chávez trabaja en una triple vertiente: rescate de la herencia lírica, presentación de nuevos materiales mexicanos y latinoamericanos, y manejo de las vetas satíricas de la canción. Él no jerarquiza, y si no le concede igual tiempo, sí le da igual importancia a lo viejo y lo nuevo, lo triste y lo divertido, lo épico y lo sensual”.

Señalaba asimismo Monsiváis: “Hoy por hoy, sin lugar a dudas, Óscar Chávez es un certero referente del arte y las tradiciones populares mexicanas, así como un fuerte exponente de coherencia y compromiso social y político, pues desde su participación en el movimiento estudiantil de 1968, hasta su público y reiterado apoyo al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el llamado ´Caifán mayor´ ha puesto siempre su voz, teniendo por bandera la propia convicción como faro inquebrantable”.

Con Chávez se fue en definitiva una destacable tendencia en la música de México, con la vertiente tan recuperable de la verdadera música popular mexicana. Sí ciertamente Chávez no sólo siguió pautas musicales del presente, sino que también recuperó poemas y música del México de antaño. Al tiempo de la musicalización de las canciones recitaba poesía de, por ejemplo, Sor Juana Inés de la Cruz, Gilberto Owen y Amado Nervo, según establecen los conocedores de la trayectoria musical del músico. Consúltese al particular https://www.elfinanciero.com.mx/culturas/oscar-chavez-el-infatigable-juglar-de-mexico-del-siglo-xx 1

Como a todos no habrá de tocar, a Chávez: Callado al oscurecer/ lo llamó el enterrador/ nunca más volverá a ver/ a la que murió de amor, ¡ay!