/ lunes 12 de agosto de 2019

¿Se reorganiza Morena nacional?

Un día de la semana pasada, siete u ocho de agosto, en una entrevista por el canal ADN 40, Mario Delgado dijo que estaban discutiendo desde la dirección de Morena la forma de organización que ahora se van a dar. Es una discusión colectiva de cuyos resultados depende el futuro de ese partido y su permanencia o no, en el poder del Estado mexicano; es también, una oportunidad de aprender a discutir con argumentos y propuestas de organización partidaria, sin descalificaciones ni insultos y, por supuesto, propuestas argumentadas por escrito y difundidas masivamente al interior de ese partido. Es la forma más atractiva, según experiencia propia de quien esto escribe.

Uno pudo observar otras experiencias, opinar sobre ellas y exponerlas brevemente en este espacio. Cuando hizo la campaña para gobernador por Zacatecas Ricardo Monreal se movilizaron muchos que se habían desprendido físicamente del PRI, su organización giraba en torno al candidato; ni antes ni después de ser electo se vio una organización partidaria, la mayor parte del movimiento no cristalizó en organización propia de partido político, la dirección estatal se conformó como si fuera un puesto más propio del gobierno, ahí se manifestó el priista que muchos llevaban dentro y hoy en día algunos han podido superar. En el sexenio siguiente se dio una especie de discusión pública que escindió monrealismo y PRD. Esa división, al llegar a la base de los afiliados a ese partido sería el principio del fin que terminó con la pérdida de la gubernatura que detentaba el PRD. Ahora todos podemos observar a quien sirvió ese procedimiento dentro de un partido político.

Otra experiencia de la dirección nacional del mismo partido fue cuando empezaba una desorganización que ellos percibían como conflictos internos causados por las corrientes que se formaron; antes y en los congresos nacionales predominó una forma de negociación entre ellos, como reunirse los dirigentes de corrientes con gafetes en mano de sus respectivos delegados para ver quien tenía más y qué puestos les correspondían en la dirección nacional, que ellos llamaban poder. Para uno era penoso ver la continuidad de este proceso en curso, la toma del presídium de las asambleas del comité nacional, y cómo terminaban a golpes entre ellos dentro y fuera de su local nacional; sus adversarios partidarios gozaban con esos denigrantes espectáculos y la impotencia para dirigir un partido, dañaba a sus afiliados.

Ahora podemos valorar mejor los métodos de discusión para la reorganización de un partido como Morena y otros, porque lo que está en juego es mantener o perder el poder del Estado, como lo estamos presenciando en la actualidad.

Un día de la semana pasada, siete u ocho de agosto, en una entrevista por el canal ADN 40, Mario Delgado dijo que estaban discutiendo desde la dirección de Morena la forma de organización que ahora se van a dar. Es una discusión colectiva de cuyos resultados depende el futuro de ese partido y su permanencia o no, en el poder del Estado mexicano; es también, una oportunidad de aprender a discutir con argumentos y propuestas de organización partidaria, sin descalificaciones ni insultos y, por supuesto, propuestas argumentadas por escrito y difundidas masivamente al interior de ese partido. Es la forma más atractiva, según experiencia propia de quien esto escribe.

Uno pudo observar otras experiencias, opinar sobre ellas y exponerlas brevemente en este espacio. Cuando hizo la campaña para gobernador por Zacatecas Ricardo Monreal se movilizaron muchos que se habían desprendido físicamente del PRI, su organización giraba en torno al candidato; ni antes ni después de ser electo se vio una organización partidaria, la mayor parte del movimiento no cristalizó en organización propia de partido político, la dirección estatal se conformó como si fuera un puesto más propio del gobierno, ahí se manifestó el priista que muchos llevaban dentro y hoy en día algunos han podido superar. En el sexenio siguiente se dio una especie de discusión pública que escindió monrealismo y PRD. Esa división, al llegar a la base de los afiliados a ese partido sería el principio del fin que terminó con la pérdida de la gubernatura que detentaba el PRD. Ahora todos podemos observar a quien sirvió ese procedimiento dentro de un partido político.

Otra experiencia de la dirección nacional del mismo partido fue cuando empezaba una desorganización que ellos percibían como conflictos internos causados por las corrientes que se formaron; antes y en los congresos nacionales predominó una forma de negociación entre ellos, como reunirse los dirigentes de corrientes con gafetes en mano de sus respectivos delegados para ver quien tenía más y qué puestos les correspondían en la dirección nacional, que ellos llamaban poder. Para uno era penoso ver la continuidad de este proceso en curso, la toma del presídium de las asambleas del comité nacional, y cómo terminaban a golpes entre ellos dentro y fuera de su local nacional; sus adversarios partidarios gozaban con esos denigrantes espectáculos y la impotencia para dirigir un partido, dañaba a sus afiliados.

Ahora podemos valorar mejor los métodos de discusión para la reorganización de un partido como Morena y otros, porque lo que está en juego es mantener o perder el poder del Estado, como lo estamos presenciando en la actualidad.