/ miércoles 19 de junio de 2019

Ser padre

El día de la madre, caiga el día que caiga, siempre es el 10 de mayo. A los padres se les celebra el tercer domingo de junio, como para que no interfiera con algún día laboral. Y aunque “madre sólo hay una”, y obviamente el embarazo crea un vínculo único, solo conocido por ellas, también los padres son importantes en la educación de los hijos.

No todo en nuestra época está mal. Una de las cosas positivas que hoy veo, creo que en parte fruto de un sano feminismo y de un equilibrio en los roles, es el hecho de que muchos papás jóvenes toman un papel más activo en la educación y cuidado de sus hijos. Baste como ejemplo el aprender a cambiar los pañales. Yo soy todavía de una generación en la que nunca me cambió los pañales mi papá. Ni se lo planteaban los papás de entonces, o al menos la mayoría.

Ser padre no es sólo una cuestión biológica, es sólo el inicio. Es la responsabilidad de acompañar y guiar a ese nuevo ser que viene a la vida. La presencia de las madres en nuestra cultura define en parte nuestra identidad, y sólo podemos tener agradecimiento y admiración por ellas. Pero es triste también, y creo que hay que reconocerlo, que en parte esto es así por la ausencia, por diversos motivos, de los padres.

En el desarrollo afectivo y emocional de las y los adolescentes, la presencia del padre y la madre es importante. Si alguno o los dos faltan se puede salir adelante bien, pero es preferible su presencia, y aunque no siempre sea posible, no hace daño admitirlo.

Yo creo que ya pasó el tiempo de los “machos” que no lloran, que no demuestran su lado sentimental o que no se interesan en las cosas de sus hijos, porque tienen “otras” más importantes. Es necesario que mamás y papás se involucren en lo que tiene que ver con la educación de sus hijos. También a las madres les toca aceptar ver a sus jóvenes hijos como padres haciendo lo que quizá sus maridos no hicieron.

El Papa Francisco dice que no hay que tenerle miedo a la ternura. Es varonil tener una actitud cariñosa, ser responsable y acompañar a los hijos en todas sus etapas. Hoy día los papás enfrentan muchos retos y algunos nuevas situaciones. En todas ellas cabe esta actitud.

Y por último, en un aniversario más de este querido periódico, felicito a todos los que formamos parte de él. Espero que por el trabajo realizado siga siendo punto de referencia en nuestra entidad, y pido a Dios que nos bendiga. ¡Gracias y felicidades!

El día de la madre, caiga el día que caiga, siempre es el 10 de mayo. A los padres se les celebra el tercer domingo de junio, como para que no interfiera con algún día laboral. Y aunque “madre sólo hay una”, y obviamente el embarazo crea un vínculo único, solo conocido por ellas, también los padres son importantes en la educación de los hijos.

No todo en nuestra época está mal. Una de las cosas positivas que hoy veo, creo que en parte fruto de un sano feminismo y de un equilibrio en los roles, es el hecho de que muchos papás jóvenes toman un papel más activo en la educación y cuidado de sus hijos. Baste como ejemplo el aprender a cambiar los pañales. Yo soy todavía de una generación en la que nunca me cambió los pañales mi papá. Ni se lo planteaban los papás de entonces, o al menos la mayoría.

Ser padre no es sólo una cuestión biológica, es sólo el inicio. Es la responsabilidad de acompañar y guiar a ese nuevo ser que viene a la vida. La presencia de las madres en nuestra cultura define en parte nuestra identidad, y sólo podemos tener agradecimiento y admiración por ellas. Pero es triste también, y creo que hay que reconocerlo, que en parte esto es así por la ausencia, por diversos motivos, de los padres.

En el desarrollo afectivo y emocional de las y los adolescentes, la presencia del padre y la madre es importante. Si alguno o los dos faltan se puede salir adelante bien, pero es preferible su presencia, y aunque no siempre sea posible, no hace daño admitirlo.

Yo creo que ya pasó el tiempo de los “machos” que no lloran, que no demuestran su lado sentimental o que no se interesan en las cosas de sus hijos, porque tienen “otras” más importantes. Es necesario que mamás y papás se involucren en lo que tiene que ver con la educación de sus hijos. También a las madres les toca aceptar ver a sus jóvenes hijos como padres haciendo lo que quizá sus maridos no hicieron.

El Papa Francisco dice que no hay que tenerle miedo a la ternura. Es varonil tener una actitud cariñosa, ser responsable y acompañar a los hijos en todas sus etapas. Hoy día los papás enfrentan muchos retos y algunos nuevas situaciones. En todas ellas cabe esta actitud.

Y por último, en un aniversario más de este querido periódico, felicito a todos los que formamos parte de él. Espero que por el trabajo realizado siga siendo punto de referencia en nuestra entidad, y pido a Dios que nos bendiga. ¡Gracias y felicidades!