/ lunes 5 de noviembre de 2018

Te quiero amiguiiiiii

Sé que no hoy no es el clásico día del amor y la amistad y su mercadotecnia, pero quiero hablarles de algo que hay que valorar de sobremanera y no medir por los regalos, me refiero a la amistad.

Sin duda está hecha a trocitos, trocitos de tiempo que vivimos con una persona. Dicen que la amistad es un tesoro que tiene un valor incalculable y es semejante a la salud que realmente la apreciamos cuando la perdemos.

No es tan importante la cantidad como la calidad de tiempo que pasamos con un amigo, muchos necesitan años, otros días y algunos solo unos minutos, para empezar una amistad.

Hay amistades hechas de risas o dolores compartidos, otras de horas de escuela, otras de juegos, salidas, viajes o diversiones, otras de un momento vivido de coincidencia y por último unas que han salido sin saber por qué... incluso de silencios o simpatías.

La amistad, cuando la encuentras, es un cúmulo de vivencias y de respeto... sí, de respeto, respeto a la forma de pensar, respeto por su forma de ser, y puede que con el paso de los años no te guste lidiar con sus defectos, igual tú también los tienes.

La cosa es que puedes no estar de acuerdo siempre con el pensar de tus amigos (as), pero respetas el punto de vista y luego vuelves a reír de todo lo vivido.

Muchas veces pasan años sin ver a tu mejor amiga(o) de la infancia y no por eso deja de estar presente en nuestras vidas.

¿Quién no ha sentido la alegría de volver a ver a los amigos de antaño o a los de siempre?

Y cuando las desgracias ocurren, ellos y ellas son los primeros en estar ahí, dándote la mano y el hombro para llorar y también para ayudarte y apoyarte, aunque la idea de tirarte por un puente no sea buena y ellos traten de disuadirte.

Las amistades fuertes crecen con el tiempo y si a alguno se les ocurre hacer negocios, solo mantengan esa línea delgada firme y honesta, sepan diferenciar el trabajo de la amistad, tienen derecho a enojarse en el trabajo ¡claro! Pero la amistad queda fuera de todo terreno laboral.

¿Has escuchado el dicho: en el trabajo no hay amigos? Pues efectivamente, no hay amigos al principio, pero del trabajo si puede nacer una verdadera amistad.

Lo más importante es una madurez emocional y aprovechar al máximo el minuto vivido y atesorarlo después en el baúl de los recuerdos, me refiero al archivo out-look, ahí también están nuestros amigos(as).

Tengo la sensación de que la amistad puede llegar de formas diferentes, pero lo más importante es saberla detectar, apreciar y mantener. A partir de ahora disfrutare más de este trocito de tiempo dedicado a mis amigos, pero más de mis amigas.


Sé que no hoy no es el clásico día del amor y la amistad y su mercadotecnia, pero quiero hablarles de algo que hay que valorar de sobremanera y no medir por los regalos, me refiero a la amistad.

Sin duda está hecha a trocitos, trocitos de tiempo que vivimos con una persona. Dicen que la amistad es un tesoro que tiene un valor incalculable y es semejante a la salud que realmente la apreciamos cuando la perdemos.

No es tan importante la cantidad como la calidad de tiempo que pasamos con un amigo, muchos necesitan años, otros días y algunos solo unos minutos, para empezar una amistad.

Hay amistades hechas de risas o dolores compartidos, otras de horas de escuela, otras de juegos, salidas, viajes o diversiones, otras de un momento vivido de coincidencia y por último unas que han salido sin saber por qué... incluso de silencios o simpatías.

La amistad, cuando la encuentras, es un cúmulo de vivencias y de respeto... sí, de respeto, respeto a la forma de pensar, respeto por su forma de ser, y puede que con el paso de los años no te guste lidiar con sus defectos, igual tú también los tienes.

La cosa es que puedes no estar de acuerdo siempre con el pensar de tus amigos (as), pero respetas el punto de vista y luego vuelves a reír de todo lo vivido.

Muchas veces pasan años sin ver a tu mejor amiga(o) de la infancia y no por eso deja de estar presente en nuestras vidas.

¿Quién no ha sentido la alegría de volver a ver a los amigos de antaño o a los de siempre?

Y cuando las desgracias ocurren, ellos y ellas son los primeros en estar ahí, dándote la mano y el hombro para llorar y también para ayudarte y apoyarte, aunque la idea de tirarte por un puente no sea buena y ellos traten de disuadirte.

Las amistades fuertes crecen con el tiempo y si a alguno se les ocurre hacer negocios, solo mantengan esa línea delgada firme y honesta, sepan diferenciar el trabajo de la amistad, tienen derecho a enojarse en el trabajo ¡claro! Pero la amistad queda fuera de todo terreno laboral.

¿Has escuchado el dicho: en el trabajo no hay amigos? Pues efectivamente, no hay amigos al principio, pero del trabajo si puede nacer una verdadera amistad.

Lo más importante es una madurez emocional y aprovechar al máximo el minuto vivido y atesorarlo después en el baúl de los recuerdos, me refiero al archivo out-look, ahí también están nuestros amigos(as).

Tengo la sensación de que la amistad puede llegar de formas diferentes, pero lo más importante es saberla detectar, apreciar y mantener. A partir de ahora disfrutare más de este trocito de tiempo dedicado a mis amigos, pero más de mis amigas.


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