/ miércoles 7 de abril de 2021

“¡Tercera llamada! Comienza la conquista de los votos”

El pasado cuatro de abril, después de un largo período de incertidumbre respecto al cúmulo de candidatas y candidatos que participarán en la contienda electoral, por fin se dio a conocer —en su mayoría— a quienes buscan desempeñar un cargo de elección popular. Todo apunta a que, debido a la situación de SARS-CoV2 (COVID-19), veremos un periodo de campañas intenso, principalmente, a través de las redes sociales y medios electrónicos. ¿Qué desarrollo podemos esperar de las compañas a nivel estatal?

Bien dicen que hay que conocer la historia para no cometer los mismos errores del pasado; en materia electoral, uno de los referentes principales a analizar, definitivamente, es la campaña presidencial que tuvo su desarrollo en tiempos de pandemia en el país vecino del norte, la cual culminó con el triunfo de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, electo para el período 2021-2025. En dicha campaña existió un constante contraste, entre la manera en que desarrolló su campaña el candidato del partido demócrata frente a la del candidato republicano: Donald J. Trump. Por un lado, el candidato demócrata, en la mayoría de lo posible, renunció a la celebración de actos masivos de campaña para respetar las medidas de salubridad vigentes y optó por un acercamiento “cara a cara” con el ciudadano al realizar brigadas junto con su equipo casa por casa, tuvo grandes promotores como el propio B Obama y H Clinton. El candidato republicano decidió hacer todo lo contrario y continuó con los eventos masivos, justificando, en todo momento, el desacato de las medidas sanitarias, mediante ataques constantes al aparato electoral que teleológicamente buscaban construir una narrativa de victimización a su favor. Si bien, los contextos económicos, tecnológicos, políticos y sociales son distintos de país en país, lo cierto es que la ciudadanía exige cada vez más de las y los políticos y la interacción directa es un buen inicio para una vida democrática más saludable. En este orden de ideas, debemos esperar que las personas candidatas locales tengan esa interacción y logren entrar en una interacción constructiva con la ciudadanía. Por nuestra parte, debemos estar al pendiente de las propuestas de cada candidatura, y evaluar el pasado, reciente e histórico, del país para que castigue o premie a las distintas expresiones políticas a través del voto.

Como sociedad tendemos a buscar siempre el cambio ya sea de partido o de personas dentro de la misma institución política. Siguiendo las tesis de Samuel Issacharoff (2014), las democracias en Latinoamérica provenientes de regímenes autoritarios, en el caso de México, de la perpetuación hegemónica de un mismo partido en el poder crean regímenes democráticos frágiles, se dan problemas como la corrupción, el abuso de poder y las violaciones constantes a derechos humanos; la ciudadanía debe luchar para que no se perpetúe un grupo en el poder y procurar frenar los excesos de la democracia, el medio adecuado para lograrlo: el voto. Independientemente de los colores que cada uno abandere, hagamos lo posible como ciudadanía para promover del voto y más aún el voto informado a efecto de lograr lo mejor para la sociedad.

El pasado cuatro de abril, después de un largo período de incertidumbre respecto al cúmulo de candidatas y candidatos que participarán en la contienda electoral, por fin se dio a conocer —en su mayoría— a quienes buscan desempeñar un cargo de elección popular. Todo apunta a que, debido a la situación de SARS-CoV2 (COVID-19), veremos un periodo de campañas intenso, principalmente, a través de las redes sociales y medios electrónicos. ¿Qué desarrollo podemos esperar de las compañas a nivel estatal?

Bien dicen que hay que conocer la historia para no cometer los mismos errores del pasado; en materia electoral, uno de los referentes principales a analizar, definitivamente, es la campaña presidencial que tuvo su desarrollo en tiempos de pandemia en el país vecino del norte, la cual culminó con el triunfo de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, electo para el período 2021-2025. En dicha campaña existió un constante contraste, entre la manera en que desarrolló su campaña el candidato del partido demócrata frente a la del candidato republicano: Donald J. Trump. Por un lado, el candidato demócrata, en la mayoría de lo posible, renunció a la celebración de actos masivos de campaña para respetar las medidas de salubridad vigentes y optó por un acercamiento “cara a cara” con el ciudadano al realizar brigadas junto con su equipo casa por casa, tuvo grandes promotores como el propio B Obama y H Clinton. El candidato republicano decidió hacer todo lo contrario y continuó con los eventos masivos, justificando, en todo momento, el desacato de las medidas sanitarias, mediante ataques constantes al aparato electoral que teleológicamente buscaban construir una narrativa de victimización a su favor. Si bien, los contextos económicos, tecnológicos, políticos y sociales son distintos de país en país, lo cierto es que la ciudadanía exige cada vez más de las y los políticos y la interacción directa es un buen inicio para una vida democrática más saludable. En este orden de ideas, debemos esperar que las personas candidatas locales tengan esa interacción y logren entrar en una interacción constructiva con la ciudadanía. Por nuestra parte, debemos estar al pendiente de las propuestas de cada candidatura, y evaluar el pasado, reciente e histórico, del país para que castigue o premie a las distintas expresiones políticas a través del voto.

Como sociedad tendemos a buscar siempre el cambio ya sea de partido o de personas dentro de la misma institución política. Siguiendo las tesis de Samuel Issacharoff (2014), las democracias en Latinoamérica provenientes de regímenes autoritarios, en el caso de México, de la perpetuación hegemónica de un mismo partido en el poder crean regímenes democráticos frágiles, se dan problemas como la corrupción, el abuso de poder y las violaciones constantes a derechos humanos; la ciudadanía debe luchar para que no se perpetúe un grupo en el poder y procurar frenar los excesos de la democracia, el medio adecuado para lograrlo: el voto. Independientemente de los colores que cada uno abandere, hagamos lo posible como ciudadanía para promover del voto y más aún el voto informado a efecto de lograr lo mejor para la sociedad.