Tesla, la compañía de autos eléctricos, ha sido noticia en los últimos días por el anuncio de aplazamiento de la inversión que hace algunos meses informó que se haría en nuestro país. Esto causó mucho revuelo en los medios de comunicación y algunos opinólogos empezaron a buscar culpables. Como esta situación no se trata sólo de autos, vale la pena revisar algunos otros elementos para tener un análisis más profundo.
Así como el siglo XX se trató de la producción en serie de autos de combustión interna, en el siglo XXI se está librando una batalla por la producción de autos eléctricos y la venta masiva de los mismos. Esta batalla la están dando dos compañías principalmente: Tesla, asentada en Estados Unidos, y BYD, de origen chino. BYD se convirtió en el líder mundial de ventas de automóviles de autos eléctricos, superando a Tesla. Lo anterior en parte lo logró al hacer más accesibles o al ser menos caros que los vehículos de Tesla, sin sacrificar calidad o diseño.
Así, Tesla reportó un caída de 9% en sus ingresos por ventas y un retroceso anual de 21% en sus ganancias, cifras por debajo de lo que esperaba el mercado. Algunos analistas financieros consideraron que estos números pueden estar detrás del anuncio sobre el aplazamiento de la inversión de Tesla para construir una planta en nuestro país.
BYD, por su parte, planea construir una planta automotriz en México, la cual estima crear aproximadamente 10 mil empleos y en su primera etapa planea producir al menos 150 mil unidades. Las negociaciones están en curso pero esperan que a finales de año se revele el estado donde se intalará la fábrica automotriz. En caso de concretarse, BYD se convertiría en uno de los mayores fabricantes de automóviles en el país. Además, la empresa de origen chino espera comercializar 50 mil unidades este año y superar las 100 mil unidades en 2025.
Por si los datos anteriores no fueran suficientes, China ahora es el principal importador de autos a México. De acuerdo con la Secretaría de Economía en el 2023 la compra de autos a China fue por un valor de 4,602 millones de dólares y la llegada de autos producidos en Estados Unidos alcanzó la cifra de 4,486 millones de dólares.
Estas situaciones tienen implicaciones geopolíticas. Estados Unidos ha informado que podría imponer varias medidas como aranceles adicionales a los fabricantes de vehículos eléctricos chinos que instalen sus plantas en México. A su vez, el candidato presidencial Donald Trump advirtió que impondrá un arancel de 200% a los autos chinos fabricados en nuestro país. Desde esta perspectiva, la preocupación es que México se convierta en la puerta de entrada trasera de la producción china al país vecino del norte.
México está en una situación excepcional pero también en una encrucijada ante una eventual revisión y renegociación del TMEC.
En síntesis, estamos viendo la batalla por el liderazgo de la electromovilidad.