/ martes 7 de julio de 2020

TMEC, mayor competitividad y certeza para inversiones

Este 1 de julio entrará en vigor el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), una revisión y actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que se ha mantenido vigente desde 1994.

Recordemos que desde agosto de 2017 se han realizado varias rondas de negociación entre los países participantes para llegar a un acuerdo en áreas en las que existían importantes diferencias, como condiciones laborales, reglas de origen, vigencia, sector energético e hidrocarburos, propiedad intelectual, entre otras.

Las negociaciones –tanto internacionales como a nivel local– no han sido sencillas, y al cierre de esta columna se planeaba realizar sesiones extraordinarias en el Congreso para aprobar en su caso la Ley de Protección a la Innovación Industrial, y la Ley de Infraestructura de la Calidad, con el objetivo de cubrir con los requerimientos del TMEC.

La primera de estas leyes es motivo de un intenso debate ya que determinará tanto la duración de las patentes biotecnológicas y médicas, así como las condiciones necesarias para la fabricación de medicamentos genéricos que son de vital importancia en el sector de Salud Pública. En cuanto a la Ley de Infraestructura de la Calidad, se busca estandarizar los requerimientos de las Normas Mexicanas para sean válidas en todo el bloque económico, de manera que nuestras empresas exportadoras no tengan que pasar por un doble proceso de verificación, y que las importaciones sean más sencillas si cumplen con las reglas de su país de origen.

Por supuesto muchas de estas cuestiones no están exentas de polémica, y habrá que mantenerse atentos para evitar un trato o leyes desfavorables para la sociedad y la industria nacional. A pesar de todo ello, la entrada en vigor del TMEC es una buena noticia para nuestro país, ya permite alcanzar una mayor certeza para atraer inversiones internacionales y que nuestras empresas puedan acceder a nuevos mercados.

Para darnos una idea de su enorme importancia, recordemos que en 2019 México se consolidó como el primer socio comercial de Estados Unidos, por encima de China, con un intercambio histórico de 614 mil millones de dólares entre importaciones y exportaciones. Y quizá más importante, mantenemos con nuestro vecino del norte una balanza positiva, esto es, exportamos más de lo que importamos.

Desafortunadamente –como en todo el mundo– nuestro país se vio afectado social y económicamente por la pandemia, y durante la primera mitad de 2020 las exportaciones a nuestro vecino del norte cayeron drásticamente, debido principalmente a la desaceleración de la industria automotriz. Pero no hay mal que dure cien años y el TMEC es un buen punto de partida para comenzar la urgente recuperación económica.

Sin duda, el TMEC plantea importantes retos para la industria nacional, en particular una mejora en los salarios y la certificación en calidad de las mypimes, pero también es una gran oportunidad para aumentar nuestra competitividad e integrarnos sólidamente en cadenas productivas internacionales.

*Vicepresidente Nacional de Innovación - Canacintra

Este 1 de julio entrará en vigor el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), una revisión y actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que se ha mantenido vigente desde 1994.

Recordemos que desde agosto de 2017 se han realizado varias rondas de negociación entre los países participantes para llegar a un acuerdo en áreas en las que existían importantes diferencias, como condiciones laborales, reglas de origen, vigencia, sector energético e hidrocarburos, propiedad intelectual, entre otras.

Las negociaciones –tanto internacionales como a nivel local– no han sido sencillas, y al cierre de esta columna se planeaba realizar sesiones extraordinarias en el Congreso para aprobar en su caso la Ley de Protección a la Innovación Industrial, y la Ley de Infraestructura de la Calidad, con el objetivo de cubrir con los requerimientos del TMEC.

La primera de estas leyes es motivo de un intenso debate ya que determinará tanto la duración de las patentes biotecnológicas y médicas, así como las condiciones necesarias para la fabricación de medicamentos genéricos que son de vital importancia en el sector de Salud Pública. En cuanto a la Ley de Infraestructura de la Calidad, se busca estandarizar los requerimientos de las Normas Mexicanas para sean válidas en todo el bloque económico, de manera que nuestras empresas exportadoras no tengan que pasar por un doble proceso de verificación, y que las importaciones sean más sencillas si cumplen con las reglas de su país de origen.

Por supuesto muchas de estas cuestiones no están exentas de polémica, y habrá que mantenerse atentos para evitar un trato o leyes desfavorables para la sociedad y la industria nacional. A pesar de todo ello, la entrada en vigor del TMEC es una buena noticia para nuestro país, ya permite alcanzar una mayor certeza para atraer inversiones internacionales y que nuestras empresas puedan acceder a nuevos mercados.

Para darnos una idea de su enorme importancia, recordemos que en 2019 México se consolidó como el primer socio comercial de Estados Unidos, por encima de China, con un intercambio histórico de 614 mil millones de dólares entre importaciones y exportaciones. Y quizá más importante, mantenemos con nuestro vecino del norte una balanza positiva, esto es, exportamos más de lo que importamos.

Desafortunadamente –como en todo el mundo– nuestro país se vio afectado social y económicamente por la pandemia, y durante la primera mitad de 2020 las exportaciones a nuestro vecino del norte cayeron drásticamente, debido principalmente a la desaceleración de la industria automotriz. Pero no hay mal que dure cien años y el TMEC es un buen punto de partida para comenzar la urgente recuperación económica.

Sin duda, el TMEC plantea importantes retos para la industria nacional, en particular una mejora en los salarios y la certificación en calidad de las mypimes, pero también es una gran oportunidad para aumentar nuestra competitividad e integrarnos sólidamente en cadenas productivas internacionales.

*Vicepresidente Nacional de Innovación - Canacintra