/ lunes 13 de mayo de 2019

Tratando de entender la política de AMLO

La situación actual del país a veces parece caótica y otras sí lo es, porque tiene un conflicto de fondo según lo vemos nosotros; el país está experimentando el tránsito de un régimen de gobierno neoliberal a otro sólo liberal; el régimen neoliberal todavía existe, pero está caducando; el régimen liberal está naciendo, pero no se afianza aun en la vida nacional. Este tránsito es, a la vez, cambiar de una modalidad de Estado a otra, de un proyecto económico a otro; este cambio es fuente de problemas y desgastes políticos y económicos principalmente, unos lo perciben como amenazas y organizan marchas, o se convocan gobernadores a reagruparse con sus respectivos estados en una misma región, otros se sienten abandonados y predomina el desconcierto, y unos más ven como que todo anda de cabeza.

El nuevo régimen le da prioridad al mercado interno sin romper con el mercado externo aunque por lo pronto queda en un segundo lugar; crear y fortalecer el mercado interno implica, entre otras cosas, la existencia de buenos y abundantes compradores, y esto se garantiza erradicando vicios de los antiguos sindicatos, pero, sobre todo, con la creación de un nuevo sindicalismo, con las características establecidas ya en la nueva Ley Federal del Trabajo. Los compradores, en donde se incluyen todos los becarios, van a consumir los productos de las empresas que tienen ganancias al producir para el mercado interno, los empresarios que se enriquecen con estas ganancias tienen la prioridad del nuevo régimen y seguirá en aumento.

Algunos analistas económicos ven que muchos productos de exportación, tanto agrícolas como manufactureros, van cayendo y concluyen que el gobierno actual no tiene ni siquiera una política para los exportadores y, por lo mismo, se está desatendiendo el sector privado; pero es una conclusión distorsionada, porque la desatención a los empresarios organizados para la exportación solo puede ser temporal, mientras se crea y fortalece el mercado interno para lograr un equilibrio entre ambos; en el presente proyecto los dos son imprescindibles, pero equilibrados, además, no se desatiende al sector privado, sólo a una parte y al no hacer esta deferencia tal conclusión debilita su propia fuerza argumentativa y ya no puede convencer.

Cada vez más se observa a intelectuales, columnistas y comentaristas que analizan un problema desligado de todo el proyecto, hacen su propia interpretación y luego la critican con dureza pensando que están criticando al gobierno de AMLO. Además, la gran mayoría de ellos, no se han podido despojar del hábito mental que adquirieron en más de treinta años que duró el proyecto neoliberal; cuando uno lee o escucha esta crítica, piensa que quisieran ver a los integrantes del nuevo régimen comportarse como lo hacían los políticos que integraban el régimen que está caducando. No deja uno de observar las dificultades que tienen para comprender el nuevo régimen, las mismas que tienen para elaborar críticas certeras que despierten adhesiones y no provoquen rechazo, como sucede ante una gran cantidad de jóvenes. Importa mucho persistir en entender lo nuevo aunque siempre conserve algo de lo anterior.

La situación actual del país a veces parece caótica y otras sí lo es, porque tiene un conflicto de fondo según lo vemos nosotros; el país está experimentando el tránsito de un régimen de gobierno neoliberal a otro sólo liberal; el régimen neoliberal todavía existe, pero está caducando; el régimen liberal está naciendo, pero no se afianza aun en la vida nacional. Este tránsito es, a la vez, cambiar de una modalidad de Estado a otra, de un proyecto económico a otro; este cambio es fuente de problemas y desgastes políticos y económicos principalmente, unos lo perciben como amenazas y organizan marchas, o se convocan gobernadores a reagruparse con sus respectivos estados en una misma región, otros se sienten abandonados y predomina el desconcierto, y unos más ven como que todo anda de cabeza.

El nuevo régimen le da prioridad al mercado interno sin romper con el mercado externo aunque por lo pronto queda en un segundo lugar; crear y fortalecer el mercado interno implica, entre otras cosas, la existencia de buenos y abundantes compradores, y esto se garantiza erradicando vicios de los antiguos sindicatos, pero, sobre todo, con la creación de un nuevo sindicalismo, con las características establecidas ya en la nueva Ley Federal del Trabajo. Los compradores, en donde se incluyen todos los becarios, van a consumir los productos de las empresas que tienen ganancias al producir para el mercado interno, los empresarios que se enriquecen con estas ganancias tienen la prioridad del nuevo régimen y seguirá en aumento.

Algunos analistas económicos ven que muchos productos de exportación, tanto agrícolas como manufactureros, van cayendo y concluyen que el gobierno actual no tiene ni siquiera una política para los exportadores y, por lo mismo, se está desatendiendo el sector privado; pero es una conclusión distorsionada, porque la desatención a los empresarios organizados para la exportación solo puede ser temporal, mientras se crea y fortalece el mercado interno para lograr un equilibrio entre ambos; en el presente proyecto los dos son imprescindibles, pero equilibrados, además, no se desatiende al sector privado, sólo a una parte y al no hacer esta deferencia tal conclusión debilita su propia fuerza argumentativa y ya no puede convencer.

Cada vez más se observa a intelectuales, columnistas y comentaristas que analizan un problema desligado de todo el proyecto, hacen su propia interpretación y luego la critican con dureza pensando que están criticando al gobierno de AMLO. Además, la gran mayoría de ellos, no se han podido despojar del hábito mental que adquirieron en más de treinta años que duró el proyecto neoliberal; cuando uno lee o escucha esta crítica, piensa que quisieran ver a los integrantes del nuevo régimen comportarse como lo hacían los políticos que integraban el régimen que está caducando. No deja uno de observar las dificultades que tienen para comprender el nuevo régimen, las mismas que tienen para elaborar críticas certeras que despierten adhesiones y no provoquen rechazo, como sucede ante una gran cantidad de jóvenes. Importa mucho persistir en entender lo nuevo aunque siempre conserve algo de lo anterior.