/ miércoles 22 de agosto de 2018

Usando el cerebro

En los últimos años se ha hablado de cómo el cerebro es capaz de aprender de diferentes formas, utilizando varias estrategias y elementos del entorno. Uno de los aportes significativos a esta particularidad del cerebro, lo ha dado el doctor Howard Gardner (1983) en sus investigaciones acerca de las múltiples inteligencias que conforman el cerebro humano. Explica, en su teoría, que el cerebro no cuenta con sólo un tipo de inteligencia, sino con varias inteligencias que están interconectadas entre sí pero que a la vez pueden trabajar de manera independiente y tener un nivel individual de desarrollo.

Es así que la capacidad del cerebro para guardar información es ilimitada y maleable. La habilidad de adquirir, formar, conservar y recordar la información depende de factores endógenos y exógenos, de las experiencias de aprendizaje que sean utilizadas por un educador, padre de familia o cualquier persona que comparta conocimiento entre sujetos.

El cerebro necesita del cuerpo, así como el cuerpo necesita del cerebro. Ambos aprenden de forma integrada. El movimiento, la exploración por medio de los órganos sensoriales, la expresión corporal, las experiencias directas y concretas estimulan el desarrollo de los sistemas sensoriales, de los sistemas motores y de diferentes regiones en el cerebro.

Y si no es suficiente lo anterior para comprender lo misterioso del cerebroen los procesos de conocimiento; resulta apasionante conocer que el sueño es esencial para el aprendizaje.

Las investigaciones relacionadas a los periodos de sueño y vigilia están demostrando la enorme importancia que tiene el sueño para el buen funcionamiento del cerebro. Tiene funciones adaptativas, pues ayuda al organismo a adaptarse al entorno, a descansar y a recuperarse fisiológicamente.

Por lo tanto, como lo he mencionado en otros momentos, es necesario innovar, entendiéndolo como aquella transformación que requiere una educación de calidad para el Siglo XXI. Por tal razón, es de vital importancia implementar en las aulas nuevos componentes que abran camino a un nuevo modelo de práctica pedagógica, un modelo que considere la armonía entre el cerebro, el aprendizaje y el desarrollo humano.

En conclusión, hoy sabemos cómo lo expresa IGOR CIGARROA CUEVAS:“una buena educación produce cambios profundos en el cerebro, que ayuda a mejorar los procesos de aprendizaje y el propio desarrollo del ser humano”.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente. Nos leemos en la próxima y espero que haya sido de su agrado. ¡Viva la Vida!


En los últimos años se ha hablado de cómo el cerebro es capaz de aprender de diferentes formas, utilizando varias estrategias y elementos del entorno. Uno de los aportes significativos a esta particularidad del cerebro, lo ha dado el doctor Howard Gardner (1983) en sus investigaciones acerca de las múltiples inteligencias que conforman el cerebro humano. Explica, en su teoría, que el cerebro no cuenta con sólo un tipo de inteligencia, sino con varias inteligencias que están interconectadas entre sí pero que a la vez pueden trabajar de manera independiente y tener un nivel individual de desarrollo.

Es así que la capacidad del cerebro para guardar información es ilimitada y maleable. La habilidad de adquirir, formar, conservar y recordar la información depende de factores endógenos y exógenos, de las experiencias de aprendizaje que sean utilizadas por un educador, padre de familia o cualquier persona que comparta conocimiento entre sujetos.

El cerebro necesita del cuerpo, así como el cuerpo necesita del cerebro. Ambos aprenden de forma integrada. El movimiento, la exploración por medio de los órganos sensoriales, la expresión corporal, las experiencias directas y concretas estimulan el desarrollo de los sistemas sensoriales, de los sistemas motores y de diferentes regiones en el cerebro.

Y si no es suficiente lo anterior para comprender lo misterioso del cerebroen los procesos de conocimiento; resulta apasionante conocer que el sueño es esencial para el aprendizaje.

Las investigaciones relacionadas a los periodos de sueño y vigilia están demostrando la enorme importancia que tiene el sueño para el buen funcionamiento del cerebro. Tiene funciones adaptativas, pues ayuda al organismo a adaptarse al entorno, a descansar y a recuperarse fisiológicamente.

Por lo tanto, como lo he mencionado en otros momentos, es necesario innovar, entendiéndolo como aquella transformación que requiere una educación de calidad para el Siglo XXI. Por tal razón, es de vital importancia implementar en las aulas nuevos componentes que abran camino a un nuevo modelo de práctica pedagógica, un modelo que considere la armonía entre el cerebro, el aprendizaje y el desarrollo humano.

En conclusión, hoy sabemos cómo lo expresa IGOR CIGARROA CUEVAS:“una buena educación produce cambios profundos en el cerebro, que ayuda a mejorar los procesos de aprendizaje y el propio desarrollo del ser humano”.

Estimado lector, agradezco de antemano la atención prestada al presente. Nos leemos en la próxima y espero que haya sido de su agrado. ¡Viva la Vida!


ÚLTIMASCOLUMNAS
jueves 22 de agosto de 2019

Hablando de inclusión educativa

José De Jesús Reveles

jueves 16 de mayo de 2019

Hablando de la Reforma Educativa

José De Jesús Reveles

lunes 06 de mayo de 2019

La reforma educativa en la Cuarta Transformación…

José De Jesús Reveles

jueves 25 de abril de 2019

Aprendiendo a aprender una tarea educativa…

José De Jesús Reveles

jueves 07 de febrero de 2019

Inteligencia emocional

José De Jesús Reveles

miércoles 23 de enero de 2019

Reflexión docente

José De Jesús Reveles

miércoles 16 de enero de 2019

La prospectiva en educación superior

José De Jesús Reveles

miércoles 09 de enero de 2019

Aprender en tiempos revueltos: la nueva ciencia del aprendizaje

José De Jesús Reveles

miércoles 02 de enero de 2019

Renovación de la profesión docente del nivel superior

José De Jesús Reveles

Cargar Más