El Presidente López Obrador presentó la semana pasada una iniciativa a diversos artículos constitucionales en materia electoral.
La misma se discutirá hasta el inicio del siguiente periodo ordinario de sesiones, más allá del 15 de septiembre del presente año, pues ya el segundo periodo acaba de terminar este fin de semana.
Existe tiempo de analizarla a detalle y por supuesto con el consenso de especialistas en la materia, en un primer vistazo, como todas las reformas que ha presentado el Presidente, comienzan con una carta de presentación amable y sonriente, pero una vez que llegamos a la núcleo del documento, destapamos sus verdaderas intenciones.
En su momento lo hablamos sobre la reforma eléctrica, al pueblo se le decía en las mañaneras que con esta propuesta bajarían los costos, pero en el interior del documento en ningún lugar manifestaba, ni insinuaba siquiera que así sería, es más, los diputados de “Va X México” tuvimos que proponer que se pusiera esa condición y al final no nos la tomaron, por eso se desechó la iniciativa; aunque el partido en el poder nos eche a andar a sus seguidores en contra a base de mentiras.
En este caso aplica una situación similar, el Presidente ha salido a decir que va a eliminar a 200 diputados plurinominales, es decir, aquellos que no elige el pueblo de manera directa, sino los propios partidos políticos de acuerdo al orden que sigan en una lista por circunscripción y también de acuerdo al número de votos de cada partido.
La realidad es que esto no es verdad, pues de acuerdo al proyecto de iniciativa, lo que el Presidente realmente busca es que ahora todos los senadores, diputados federales, diputados locales y hasta regidores no sean electos por el pueblo, sino precisamente por la vía plurinominal, es decir, de acuerdo al número de votos de cada partido.
Pero no solo eso, también pretende eliminar en gran medida el recurso que reciben los partidos políticos, lo cual también entiendo que tiene un trasfondo popular y, la esencia de esta reforma, eliminar al INE.
¿Cuál es la lectura de todo lo anterior?
Simple, si se elimina al órgano autónomo encargado de organizar las elecciones y garantizar el ejercicio democrático y se deja a elección popular, ¿Quién se encargará de formar al nuevo órgano encargado de las elecciones? ¿El Gobierno?
Si los partidos pierden dinero, el único instituto político beneficiado económicamente, es el que esté en la Presidencia y a través de esta podrá realizar propaganda burlando la Ley, sin que exista manera de discutirlo, porque también pretenden eliminar los Tribunales Electorales.
Finalmente, si el Gobierno es el encargado de organizar las elecciones, y también el partido en el Gobierno es el único que va a tener dinero, ¿Quién cree usted que va a tener el mayor número de votos? Pues por supuesto, el partido en el gobierno.
Y si entonces, los senadores, los diputados federales, locales y los regidores no los va a elegir el pueblo y se eligen con base al número de votos por partido, ¿Quién cree usted que va a dominar todas las cámaras del país? Pues sí, adivinó, el partido en el Gobierno.
Todo el poder Ejecutivo, Legislativo y hasta la “Democracia” en manos de una sola persona. ¿Eso le parece saludable? En fin, estaremos platicando en las próximas semanas una vez que el tema haya madurado.
