/ domingo 22 de mayo de 2022

Viene la estabilidad financiera

El problemático inicio en materia financiera del gobierno de Zacatecas, provocó una serie de medidas que en su momento fueron bastante criticadas por propios y extraños al asumir costos políticos verdaderamente adversos para la credibilidad y la institucionalidad de la administración de David Monreal Ávila.

Esa primera medida tuvo que ver con el nombramiento o ratificación del secretario de finanzas Ricardo Olivares Sánchez.

Pocos, en su momento, entendimos la movida y la proyección que se buscaba con un hombre, profesionalmente serio y responsable, con una capacidad de negociación política y de relaciones en el sistema financiero de nuestro país como pocos.

Las acciones emprendidas del no pago al magisterio y a los jubilados del ISSSTEZAC presagiaban cosas poco viables, pero el tiempo, ha puesto a cada quien en su lugar.

A casi un año de la actual administración, con una deuda reducida y manejable que llega a los siete mil 150 millones de pesos, con una eficiencia en la recaudación que supera ya el 90 por ciento de los contribuyentes puestos al corriente, y con una clara intención de no volver a contratar deuda de corto plazo, hacen que al mes de diciembre, la proyección financiera de zacatecas sea de estabilidad y con una condición de inversión en materia de obra pública.

Esto no sería posible sin asumir los costos políticos y la presión, ya que no fue fácil, al menos en el primer semestre de administración, cargar los costos que nadie quiso asumir.

Pero queda claro que el secretario de finanzas ha demostrado por la vía de los hechos, que no se requiere ser mago para ir saneando las finanzas públicas de los zacatecanos, solo con lealtad e institucionalidad ha logrado que haya estabilidad y finanzas sanas.

Pero no es todo, ya que faltan algunas cosas por acomodar y que los resultados en la gestión se traduzcan en más recursos.

Ya se está cobrando lo correspondiente a los impuestos ecológicos y al final del año, habrá un excedente de recursos en las participaciones derivado del incremento en la fórmula de recaudación, que al ser mayor el recurso, en automático se elevarán los ingresos por la vía de las participaciones.

Podemos advertir que al mes de diciembre, de seguir las cosas como van, estarán llegando, a lo largo del año, recursos extraordinarios por el orden de los dos mil millones de pesos, que sin duda permitirán, al menos así se observa, tener un cierre de año fiscal muy alentador.

Ahora lo que se requiere, es que quienes lo acompañan en la función, se pongan del lado correcto, y actúen con institucionalidad y compromiso, pensando que Zacatecas es lo único en lo que deben pensar. El horizonte es prometedor.

El problemático inicio en materia financiera del gobierno de Zacatecas, provocó una serie de medidas que en su momento fueron bastante criticadas por propios y extraños al asumir costos políticos verdaderamente adversos para la credibilidad y la institucionalidad de la administración de David Monreal Ávila.

Esa primera medida tuvo que ver con el nombramiento o ratificación del secretario de finanzas Ricardo Olivares Sánchez.

Pocos, en su momento, entendimos la movida y la proyección que se buscaba con un hombre, profesionalmente serio y responsable, con una capacidad de negociación política y de relaciones en el sistema financiero de nuestro país como pocos.

Las acciones emprendidas del no pago al magisterio y a los jubilados del ISSSTEZAC presagiaban cosas poco viables, pero el tiempo, ha puesto a cada quien en su lugar.

A casi un año de la actual administración, con una deuda reducida y manejable que llega a los siete mil 150 millones de pesos, con una eficiencia en la recaudación que supera ya el 90 por ciento de los contribuyentes puestos al corriente, y con una clara intención de no volver a contratar deuda de corto plazo, hacen que al mes de diciembre, la proyección financiera de zacatecas sea de estabilidad y con una condición de inversión en materia de obra pública.

Esto no sería posible sin asumir los costos políticos y la presión, ya que no fue fácil, al menos en el primer semestre de administración, cargar los costos que nadie quiso asumir.

Pero queda claro que el secretario de finanzas ha demostrado por la vía de los hechos, que no se requiere ser mago para ir saneando las finanzas públicas de los zacatecanos, solo con lealtad e institucionalidad ha logrado que haya estabilidad y finanzas sanas.

Pero no es todo, ya que faltan algunas cosas por acomodar y que los resultados en la gestión se traduzcan en más recursos.

Ya se está cobrando lo correspondiente a los impuestos ecológicos y al final del año, habrá un excedente de recursos en las participaciones derivado del incremento en la fórmula de recaudación, que al ser mayor el recurso, en automático se elevarán los ingresos por la vía de las participaciones.

Podemos advertir que al mes de diciembre, de seguir las cosas como van, estarán llegando, a lo largo del año, recursos extraordinarios por el orden de los dos mil millones de pesos, que sin duda permitirán, al menos así se observa, tener un cierre de año fiscal muy alentador.

Ahora lo que se requiere, es que quienes lo acompañan en la función, se pongan del lado correcto, y actúen con institucionalidad y compromiso, pensando que Zacatecas es lo único en lo que deben pensar. El horizonte es prometedor.