/ domingo 27 de octubre de 2019

Violación constitucional camino al autoritarismo

Esta semana fuimos testigos de una doble derrota política de los alcaldes del país, incluidos los de MORENA, que aun y cuando se quiera matizar, su peregrinar para conseguir recursos es una causa dedicada a “San Judas Tadeo”, por aquello que es una causa imposible.

El portazo del viernes en Palacio Nacional y la cancelación del Fondo Minero del jueves por la noche, son los dos temas más impactantes que se evidenciaron en las nuevas relaciones institucionales entre los distintos órdenes de gobierno.

Mostró también la cara autoritaria del régimen de la 4T y evidenció la debilidad de los alcaldes del país, que por muy unidos que se encuentren, no podrán ser un contrapeso importante, a menos que se sumen todos los partidos, incluido el del Presidente.

Hoy los alcaldes del país, todos, sin duda, sufren una derrota política moral de alta significación, ya que los convierte, especialmente a los del PRI, PAN, PRD Y otros partidos, en una oposición desautorizada y ninguneada que no tienen posibilidades de reclamar que se cumpla el Pacto Federal.

Por su parte, el Gobierno de la República ha roto con el Pacto Federal y ha terminado con la colaboración institucional entre los órdenes de gobierno, ya que con la aprobación de desaparecer el Fondo Minero, termina de un plumazo con la intervención de los ejecutivos estatales, incluidos los de MORENA, con el argumento que ahora los recursos van a llegar directamente a los beneficiados.

Uso político de los programas y uso autoritario de los presupuestos. Aunque lleguen los recursos, ahora no serán por las vías señaladas en el Pacto Federal y eso termina con una institucionalidad marcada por el constituyente mexicano.

Hoy debemos adaptarnos a la nueva forma de hacer política. Andrés Manuel López Obrador observa esta actividad como la ciencia social que promueve la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad.

El problema es que el Presidente de México la observa al estilo de Karl Schmitt, es decir, como juego o dialéctica amigo-enemigo que tienen en la guerra su máxima expresión.

Lo que está en riesgo son las instituciones del país, comenzando por el municipio.

Los atributos del Pacto Federal están a punto de morir. A este ritmo, luego de nombrar “Super delegados” federales, no considerar los presupuestos en los ramos democráticos y terminar con los fondos federales que dan sentido a las entidades federativas, el Estado Mexicano se transforma y tiende a crear un poder metaconstitucional. Perdió vigencia el artículo 124 Constitucional que establece la relación igualitaria entre el poder federal y las entidades. Parece que caminamos al autoritarismo.

Esta semana fuimos testigos de una doble derrota política de los alcaldes del país, incluidos los de MORENA, que aun y cuando se quiera matizar, su peregrinar para conseguir recursos es una causa dedicada a “San Judas Tadeo”, por aquello que es una causa imposible.

El portazo del viernes en Palacio Nacional y la cancelación del Fondo Minero del jueves por la noche, son los dos temas más impactantes que se evidenciaron en las nuevas relaciones institucionales entre los distintos órdenes de gobierno.

Mostró también la cara autoritaria del régimen de la 4T y evidenció la debilidad de los alcaldes del país, que por muy unidos que se encuentren, no podrán ser un contrapeso importante, a menos que se sumen todos los partidos, incluido el del Presidente.

Hoy los alcaldes del país, todos, sin duda, sufren una derrota política moral de alta significación, ya que los convierte, especialmente a los del PRI, PAN, PRD Y otros partidos, en una oposición desautorizada y ninguneada que no tienen posibilidades de reclamar que se cumpla el Pacto Federal.

Por su parte, el Gobierno de la República ha roto con el Pacto Federal y ha terminado con la colaboración institucional entre los órdenes de gobierno, ya que con la aprobación de desaparecer el Fondo Minero, termina de un plumazo con la intervención de los ejecutivos estatales, incluidos los de MORENA, con el argumento que ahora los recursos van a llegar directamente a los beneficiados.

Uso político de los programas y uso autoritario de los presupuestos. Aunque lleguen los recursos, ahora no serán por las vías señaladas en el Pacto Federal y eso termina con una institucionalidad marcada por el constituyente mexicano.

Hoy debemos adaptarnos a la nueva forma de hacer política. Andrés Manuel López Obrador observa esta actividad como la ciencia social que promueve la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad.

El problema es que el Presidente de México la observa al estilo de Karl Schmitt, es decir, como juego o dialéctica amigo-enemigo que tienen en la guerra su máxima expresión.

Lo que está en riesgo son las instituciones del país, comenzando por el municipio.

Los atributos del Pacto Federal están a punto de morir. A este ritmo, luego de nombrar “Super delegados” federales, no considerar los presupuestos en los ramos democráticos y terminar con los fondos federales que dan sentido a las entidades federativas, el Estado Mexicano se transforma y tiende a crear un poder metaconstitucional. Perdió vigencia el artículo 124 Constitucional que establece la relación igualitaria entre el poder federal y las entidades. Parece que caminamos al autoritarismo.