/ jueves 22 de marzo de 2018

Vivencias de un agrónomo

En mi colaboración de la semana pasada, apunté que una huerta de Durazno, cuyos arboles fueron obtenidos por semilla botánica (propagación sexual), se convertirá en un verdadero “relajo”, porque debido a la unión de dos gametos (células sexuales) de origen posiblemente desconocido y distinto; entonces cada árbol es genéticamente distintos a los demás, y por tanto, su comportamiento también será diferente en muchos aspectos a los demás.

Creo que debo explicarlo un poco más, verán, es muy interesante. Resulta que la flor de Durazno, que brota de una yema floral en donde se estuvo formando después de un proceso de varios meses; tiene los dos sexos. Masculino en el grano de polen que se desarrolla en las Anteras de los estambres- ahora que los duraznos están en floración, con un poco de curiosidad, ustedes los pueden ver, pero cuidado con las abejas que andan trabajando. . . y pican fuerte.

Ahora bien, gracias a un proceso de división celular interesante y realmente maravilloso, llamado MEIOSIS, que solo ocurre en las células sexuales reproductoras; resulta que ese grano de polen solo contiene la mitad de los cromosomas de la especie (n=8). Recuérdese que en los cromosomas van los genes, responsables de todos los caracteres y de la herencia.

Por otra parte, el órgano sexual femenino de la misma flor, está conformado por el Estigma, que debe tener humedad; el Estilo, que es un conducto hueco muy angosto; y el ovario en la base, en el cual, hay dos óvulos. A este conjunto se le denomina GINECEO o PISTILO. Pues bien, sigue lo maravilloso. Resulta que dichos óvulos, también gracias a la MEIOSIS, solo contienen la mitad de los cromosomas de la especie (n=8), en los cuales van contenidos los genes (como ya se anotó).

Ahora, para que se forme un fruto, necesitan encontrarse estas dos células sexuales reproductoras: polen con su tubo polínico y óvulos. Y tienen poco tiempo para ello y requieren condiciones ambientales favorables; ¿Cómo ocurrirá ese encuentro? Ocurre que el grano de polen es muy ligero, y puede ser transportado por el aire y por algún insecto – principalmente abejas – que al visitar las flores en su afán de colectar néctar y llevarlo a su colmena, se van cargando, y al mismo tiempo soltando polen en las flores que visitan.

Pero no se puede conocer con seguridad el origen de ese polen. Puede ser de la misma flor, ya que al “estallar” las Anteras avientan el polen – que en Durazno es muy viable -, y puede caer en la cabeza del Estigma, que está muy cerca; a lo que se llamaría una Autopolinización. Pero también puede ser de un árbol vecino, e incluso de otro distante (las abejas vuelan considerables distancias).

Cuando la flor se autopolinizó, no se observará ningún cambio en los caracteres de la descendencia. Si el árbol produce frutos de pulpa firme y color amarillo, entonces la flor autopolinizada va a producir un fruto de pulpa firme y color amarillo. Y si llegado el tiempo se siembra el hueso en cuyo interior lleva la almendra (germen) producto del óvulo fecundado, entonces el árbol resultante dará frutos iguales: pulpa amarilla y color amarillo.

Pero cuando el polen vino de un árbol diferente, quizá distante, con otras características, por ejemplo frutos de pulpa suave y color blanco; entonces si habrá cambios en la descendencia, porque ha ocurrido una combinación genética.

La semana próxima, les sigo platicando estas historias.

En mi colaboración de la semana pasada, apunté que una huerta de Durazno, cuyos arboles fueron obtenidos por semilla botánica (propagación sexual), se convertirá en un verdadero “relajo”, porque debido a la unión de dos gametos (células sexuales) de origen posiblemente desconocido y distinto; entonces cada árbol es genéticamente distintos a los demás, y por tanto, su comportamiento también será diferente en muchos aspectos a los demás.

Creo que debo explicarlo un poco más, verán, es muy interesante. Resulta que la flor de Durazno, que brota de una yema floral en donde se estuvo formando después de un proceso de varios meses; tiene los dos sexos. Masculino en el grano de polen que se desarrolla en las Anteras de los estambres- ahora que los duraznos están en floración, con un poco de curiosidad, ustedes los pueden ver, pero cuidado con las abejas que andan trabajando. . . y pican fuerte.

Ahora bien, gracias a un proceso de división celular interesante y realmente maravilloso, llamado MEIOSIS, que solo ocurre en las células sexuales reproductoras; resulta que ese grano de polen solo contiene la mitad de los cromosomas de la especie (n=8). Recuérdese que en los cromosomas van los genes, responsables de todos los caracteres y de la herencia.

Por otra parte, el órgano sexual femenino de la misma flor, está conformado por el Estigma, que debe tener humedad; el Estilo, que es un conducto hueco muy angosto; y el ovario en la base, en el cual, hay dos óvulos. A este conjunto se le denomina GINECEO o PISTILO. Pues bien, sigue lo maravilloso. Resulta que dichos óvulos, también gracias a la MEIOSIS, solo contienen la mitad de los cromosomas de la especie (n=8), en los cuales van contenidos los genes (como ya se anotó).

Ahora, para que se forme un fruto, necesitan encontrarse estas dos células sexuales reproductoras: polen con su tubo polínico y óvulos. Y tienen poco tiempo para ello y requieren condiciones ambientales favorables; ¿Cómo ocurrirá ese encuentro? Ocurre que el grano de polen es muy ligero, y puede ser transportado por el aire y por algún insecto – principalmente abejas – que al visitar las flores en su afán de colectar néctar y llevarlo a su colmena, se van cargando, y al mismo tiempo soltando polen en las flores que visitan.

Pero no se puede conocer con seguridad el origen de ese polen. Puede ser de la misma flor, ya que al “estallar” las Anteras avientan el polen – que en Durazno es muy viable -, y puede caer en la cabeza del Estigma, que está muy cerca; a lo que se llamaría una Autopolinización. Pero también puede ser de un árbol vecino, e incluso de otro distante (las abejas vuelan considerables distancias).

Cuando la flor se autopolinizó, no se observará ningún cambio en los caracteres de la descendencia. Si el árbol produce frutos de pulpa firme y color amarillo, entonces la flor autopolinizada va a producir un fruto de pulpa firme y color amarillo. Y si llegado el tiempo se siembra el hueso en cuyo interior lleva la almendra (germen) producto del óvulo fecundado, entonces el árbol resultante dará frutos iguales: pulpa amarilla y color amarillo.

Pero cuando el polen vino de un árbol diferente, quizá distante, con otras características, por ejemplo frutos de pulpa suave y color blanco; entonces si habrá cambios en la descendencia, porque ha ocurrido una combinación genética.

La semana próxima, les sigo platicando estas historias.

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