/ jueves 5 de julio de 2018

Vivencias de un agrónomo

Pues llegó el día del relevo en la Delegación Estatal de la Comisión Nacional de Fruticultura. Entregaba el Ing. Rolando Tiznado, que estuvo al frente de la delegación por casi 3 años, y yo recibía. En representación de CONAFRUT estuvo el Subdirector Administrativo y el Subdirector Técnico (no me acordé de sus nombres). Por parte del Gobierno del Estado de Zacatecas estuvo el Dr. Gerardo Chávez Guerrero, Secretario de la SEDRI (Secretaría de Desarrollo Rural Integral). Realmente fue un acto sencillo, nada minucioso ni exhaustivo . . . y eso me daría problemas, como adelante les platicaré.

Estuvo presente todo el personal de la Delegación CONAFRUT, tanto técnicos como administrativos, a quienes el representante de la institución les hizo saber, que por indicaciones superiores, yo, Ing. Jorge A. Enríquez Luna sería el nuevo delegado. Les pidió que se siguiera el trabajo con la misma atención y responsabilidad profesional que ha sido característica en la Delegación Zacatecas, para bien de la Fruticultura Estatal y sus actores, que son los fruticultores.

Reconoció el trabajo del Ing. Rolando Tiznado, asegurándole que la institución tenía planes profesionales para él (como así sucedió).

Se retiraron los funcionarios de CONAFRUT. El Ing. Tiznado se despidió del personal, pidiéndoles el mismo trabajo que habían tenido con él. El y yo también nos despedimos, éramos amigos y no había ningún problema ni resentimiento – recuerdo que me dijo: te va a ir bien, es buen personal-.

Pues ahora si. Me quedé al frente del “barco”; sin saber en qué aguas tendría que navegar. En algunos de los nuevos compañeros veía rostros amigables, pero en otros no tanto. Entre el personal técnico que tenía la Delegación, recuerdo a algunos, como Tec. Jesús Alvarez Gómez, Ing. Agustín Rezendis, Ing. Remigio Norato Adame (QEPD), Ing. Adolfo García Romo, Ing. David García Arellano, y a otro del cual solo me acuerdo de su nombre, y luego les platicaré de él. También había técnicos en algunos municipio que se contrataban por tiempo determinado de acuerdo a un programa Conafrut-Pider. En cuanto al personal administrativo, contaba con la CP. Lourdes de la Torre, y con Isaura (Chahua) Aguilar Gallegos, de quien les platicaré también más adelante, en sentido totalmente positivo.

En aquel entonces, la Delegación ocupaba una oficina realmente pequeña por el rumbo de la Alameda de Zacatecas; de manera que ahí no cabía la Dirección de Fruticultura y la Delegación de CONAFRUT. Por lo que para estar verdaderamente juntos, fue necesario cambiarnos a otro local mas grande que conseguimos en la calle 5 señores.

Por principio, me reuní con cada uno de los técnicos de la Delegación, para que me informaran sobre su área de trabajo en donde estaban ubicados. Cuáles especies frutales predominaban en su región, y qué problemática técnica era la que mas afectaba. Qué trabajos realizaban, y métodos que seguían para comunicarse con los fruticultores y transferir tecnología, ya que esa era una de las principales funciones.

Los acompañé a sus áreas, para darme cuenta en realidad de su trabajo. A Jesús Álvarez Gómez a la región tunera de Pinos. A Adolfo García Romo a Jalpa, para ver su trabajo con productores de Guayaba; y así a los demás. Encontré mucha diferencia entre unos y otros, tanto en su dedicación al trabajo; en los procedimientos, métodos e información que proporcionaban a la Delegación. En el conocimiento de su región de trabajo, y en el conocimiento que los fruticultores tenían de ellos. Vi que había que trabajar mucho para hacer la fusión entre los técnicos de las dos dependencias; pues indudablemente había reticencias de unos y otros.

Pronto detecté “grillas” que encabezaba el Ing. Remigio Norato Adame (era buen técnico, quizá el mejor), pero no aceptó el cambio, y que yo me hiciera cargo de la Delegación, (sus motivos tendría). Sin embargo me fui ganando a los demás técnicos. No hice ningún cambio de áreas de trabajo; los dejé en donde estaban. Integramos los “duetos” técnicos (Conafrut-Dirfrut) para que trabajaran en un mismo sentido y mismos objetivos.

Realizamos algunas reuniones, seminarios y talleres de actualización sobre el Extensionismo, la Difusión y Divulgación Técnica. Sin duda que con dificultares, pero así fuimos trabajando los últimos días de 1988, todo el 1989, y una parte de 1990.

La próxima semana les platicare lo que pasó.


Pues llegó el día del relevo en la Delegación Estatal de la Comisión Nacional de Fruticultura. Entregaba el Ing. Rolando Tiznado, que estuvo al frente de la delegación por casi 3 años, y yo recibía. En representación de CONAFRUT estuvo el Subdirector Administrativo y el Subdirector Técnico (no me acordé de sus nombres). Por parte del Gobierno del Estado de Zacatecas estuvo el Dr. Gerardo Chávez Guerrero, Secretario de la SEDRI (Secretaría de Desarrollo Rural Integral). Realmente fue un acto sencillo, nada minucioso ni exhaustivo . . . y eso me daría problemas, como adelante les platicaré.

Estuvo presente todo el personal de la Delegación CONAFRUT, tanto técnicos como administrativos, a quienes el representante de la institución les hizo saber, que por indicaciones superiores, yo, Ing. Jorge A. Enríquez Luna sería el nuevo delegado. Les pidió que se siguiera el trabajo con la misma atención y responsabilidad profesional que ha sido característica en la Delegación Zacatecas, para bien de la Fruticultura Estatal y sus actores, que son los fruticultores.

Reconoció el trabajo del Ing. Rolando Tiznado, asegurándole que la institución tenía planes profesionales para él (como así sucedió).

Se retiraron los funcionarios de CONAFRUT. El Ing. Tiznado se despidió del personal, pidiéndoles el mismo trabajo que habían tenido con él. El y yo también nos despedimos, éramos amigos y no había ningún problema ni resentimiento – recuerdo que me dijo: te va a ir bien, es buen personal-.

Pues ahora si. Me quedé al frente del “barco”; sin saber en qué aguas tendría que navegar. En algunos de los nuevos compañeros veía rostros amigables, pero en otros no tanto. Entre el personal técnico que tenía la Delegación, recuerdo a algunos, como Tec. Jesús Alvarez Gómez, Ing. Agustín Rezendis, Ing. Remigio Norato Adame (QEPD), Ing. Adolfo García Romo, Ing. David García Arellano, y a otro del cual solo me acuerdo de su nombre, y luego les platicaré de él. También había técnicos en algunos municipio que se contrataban por tiempo determinado de acuerdo a un programa Conafrut-Pider. En cuanto al personal administrativo, contaba con la CP. Lourdes de la Torre, y con Isaura (Chahua) Aguilar Gallegos, de quien les platicaré también más adelante, en sentido totalmente positivo.

En aquel entonces, la Delegación ocupaba una oficina realmente pequeña por el rumbo de la Alameda de Zacatecas; de manera que ahí no cabía la Dirección de Fruticultura y la Delegación de CONAFRUT. Por lo que para estar verdaderamente juntos, fue necesario cambiarnos a otro local mas grande que conseguimos en la calle 5 señores.

Por principio, me reuní con cada uno de los técnicos de la Delegación, para que me informaran sobre su área de trabajo en donde estaban ubicados. Cuáles especies frutales predominaban en su región, y qué problemática técnica era la que mas afectaba. Qué trabajos realizaban, y métodos que seguían para comunicarse con los fruticultores y transferir tecnología, ya que esa era una de las principales funciones.

Los acompañé a sus áreas, para darme cuenta en realidad de su trabajo. A Jesús Álvarez Gómez a la región tunera de Pinos. A Adolfo García Romo a Jalpa, para ver su trabajo con productores de Guayaba; y así a los demás. Encontré mucha diferencia entre unos y otros, tanto en su dedicación al trabajo; en los procedimientos, métodos e información que proporcionaban a la Delegación. En el conocimiento de su región de trabajo, y en el conocimiento que los fruticultores tenían de ellos. Vi que había que trabajar mucho para hacer la fusión entre los técnicos de las dos dependencias; pues indudablemente había reticencias de unos y otros.

Pronto detecté “grillas” que encabezaba el Ing. Remigio Norato Adame (era buen técnico, quizá el mejor), pero no aceptó el cambio, y que yo me hiciera cargo de la Delegación, (sus motivos tendría). Sin embargo me fui ganando a los demás técnicos. No hice ningún cambio de áreas de trabajo; los dejé en donde estaban. Integramos los “duetos” técnicos (Conafrut-Dirfrut) para que trabajaran en un mismo sentido y mismos objetivos.

Realizamos algunas reuniones, seminarios y talleres de actualización sobre el Extensionismo, la Difusión y Divulgación Técnica. Sin duda que con dificultares, pero así fuimos trabajando los últimos días de 1988, todo el 1989, y una parte de 1990.

La próxima semana les platicare lo que pasó.


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