/ jueves 3 de octubre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Según la hora de hoy en que cayó a sus manos la edición de El Sol de Zacatecas, deseo muy buenos días o buenas tardes o buenas noches a mis apreciables lectores (creo que ya son algo más de 20; y se los agradezco)

Bueno, pasando a otro tema, pues sucede que al mes de septiembre le dió “vergüenza”, y se despidió algo de lluvia. ¡Que bueno!, porque hacía mucha falta el agua, tanto para la agricultura, la ganadería; y prácticamente para todo. Nuevamente se cumple lo que ya hemos tratado y mencionado: El ciclón Narda “golpeó” severamente a los estados de la costa del Pacífico, desde Oaxaca hasta Sinaloa …. Pero a nosotros; aquí en el altiplano, nos tocó la “colita”, con las lluvias del domingo y lunes.

Otra vez pasando a otro tema, recordarán que en mi pasada colaboración, del 19 de septiembre les platiqué de algo que a mi no solo me preocupa, me desagrada y realmente me enoja. Me refiero a la comercialización del Tomatillo, planta originaria de México, que pertenece a la Familia Solanacea (prima del jitomate), y cuyo nombre es Phy salis ixocarpa.

Ocurre que en la cosecha de este año, el precio para el agricultor fue de 1.20, 1.00 y tan bajo como 0.80 centavos por kilo; mientras que en el comercio, donde compra el consumidor final, era de 16.00, 18.00 y hasta 22.00 por kilo, para el mismo producto, sin ningún valor agregado. Entonces, se preguntarán ¿en dónde queda esta diferencia tan grande? La respuesta está en la Larga Cadena de Intermediación, en donde todos van ganando, ¡menos el agricultor!

Y lo mismo pasa con todos los productos y alimentos agrícolas, pero es preciso tomar en cuenta que para producir un kilo de Tomatillo o de Cebolla o de Chile o de Ajo o de cualquier producto en riego, se utilizó mucha agua, en su mayoría extraída del subsuelo, de los mantos acuíferos. Entonces, resulta que el agua no vale nada ¡que aberración!

Como ya lo he dicho, los mismos agricultores y ganaderos tienen gran parte de la culpa por su reticencia a organizarse en figuras modernas, NO POLÍTICAS; a fin de adquirir insumos, vender cosechas, contratar servicios técnicos de calidad EN CONJUNTO. Individualmente no lograrán nada. Y ahí le paro a este tema; aunque solo agrego que conozco agricultores que quedaron arruinados, descapitalizados por el fenómeno Tomatillo.

Pero ahora discúlpenme por estos comentarios; de manera que vuelvo a mis temas técnicos agronómicos, verán. Para estas fechas, ya en otoño, los arboles caducifolios (hoja caediza), como el Durazno, Manzano, Vid y otros, ya empiezan a cambiar el color de sus hojas, que en la Primavera y Verano habían sido verdes, principalmente por el pigmento llamado Clorofila. Pero además de verdes, habían sido muy activas, sintetizando compuestos orgánicos, gracias a la maravilla que es la FOTOSINTESIS.

Ahora veremos que las hojas cambian a color amarillo y rojizo, gracias a otros pigmentos, que son Carotenos y Antocianinas. Así, las hojas van suspendiendo su actividad fotosintética, y van cayendo a la tierra, hasta que el árbol, ya entrado el Invierno, se quedará desnudo y en reposo o dormancia, listo para soportar las bajas temperaturas de esta temporada.

Muchas gracias por su lectura, y hasta la próxima quincena.

Según la hora de hoy en que cayó a sus manos la edición de El Sol de Zacatecas, deseo muy buenos días o buenas tardes o buenas noches a mis apreciables lectores (creo que ya son algo más de 20; y se los agradezco)

Bueno, pasando a otro tema, pues sucede que al mes de septiembre le dió “vergüenza”, y se despidió algo de lluvia. ¡Que bueno!, porque hacía mucha falta el agua, tanto para la agricultura, la ganadería; y prácticamente para todo. Nuevamente se cumple lo que ya hemos tratado y mencionado: El ciclón Narda “golpeó” severamente a los estados de la costa del Pacífico, desde Oaxaca hasta Sinaloa …. Pero a nosotros; aquí en el altiplano, nos tocó la “colita”, con las lluvias del domingo y lunes.

Otra vez pasando a otro tema, recordarán que en mi pasada colaboración, del 19 de septiembre les platiqué de algo que a mi no solo me preocupa, me desagrada y realmente me enoja. Me refiero a la comercialización del Tomatillo, planta originaria de México, que pertenece a la Familia Solanacea (prima del jitomate), y cuyo nombre es Phy salis ixocarpa.

Ocurre que en la cosecha de este año, el precio para el agricultor fue de 1.20, 1.00 y tan bajo como 0.80 centavos por kilo; mientras que en el comercio, donde compra el consumidor final, era de 16.00, 18.00 y hasta 22.00 por kilo, para el mismo producto, sin ningún valor agregado. Entonces, se preguntarán ¿en dónde queda esta diferencia tan grande? La respuesta está en la Larga Cadena de Intermediación, en donde todos van ganando, ¡menos el agricultor!

Y lo mismo pasa con todos los productos y alimentos agrícolas, pero es preciso tomar en cuenta que para producir un kilo de Tomatillo o de Cebolla o de Chile o de Ajo o de cualquier producto en riego, se utilizó mucha agua, en su mayoría extraída del subsuelo, de los mantos acuíferos. Entonces, resulta que el agua no vale nada ¡que aberración!

Como ya lo he dicho, los mismos agricultores y ganaderos tienen gran parte de la culpa por su reticencia a organizarse en figuras modernas, NO POLÍTICAS; a fin de adquirir insumos, vender cosechas, contratar servicios técnicos de calidad EN CONJUNTO. Individualmente no lograrán nada. Y ahí le paro a este tema; aunque solo agrego que conozco agricultores que quedaron arruinados, descapitalizados por el fenómeno Tomatillo.

Pero ahora discúlpenme por estos comentarios; de manera que vuelvo a mis temas técnicos agronómicos, verán. Para estas fechas, ya en otoño, los arboles caducifolios (hoja caediza), como el Durazno, Manzano, Vid y otros, ya empiezan a cambiar el color de sus hojas, que en la Primavera y Verano habían sido verdes, principalmente por el pigmento llamado Clorofila. Pero además de verdes, habían sido muy activas, sintetizando compuestos orgánicos, gracias a la maravilla que es la FOTOSINTESIS.

Ahora veremos que las hojas cambian a color amarillo y rojizo, gracias a otros pigmentos, que son Carotenos y Antocianinas. Así, las hojas van suspendiendo su actividad fotosintética, y van cayendo a la tierra, hasta que el árbol, ya entrado el Invierno, se quedará desnudo y en reposo o dormancia, listo para soportar las bajas temperaturas de esta temporada.

Muchas gracias por su lectura, y hasta la próxima quincena.

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