/ miércoles 18 de agosto de 2021

¿Volver o no volver?

Las escuelas regresarán a clases presenciales «llueva, truene o relampagueé», se ha afirmado con determinación. Algunas instituciones educativas ya han iniciado el ciclo escolar y estamos a pocos días de que comiencen las clases en las escuelas de educación básica, es decir, desde preescolar hasta secundaria. El debate sobre cómo volver es inacabable.

La pandemia no ha terminado y estamos lejos de aquellos tiempos en los que, como se dice, «éramos felices y no lo sabíamos». Otro ciclo escolar solo a distancia o en línea ya no parece viable. Por desgracia, no todos tienen acceso a las clases virtuales, pero incluso con esa ventaja hay otros aspectos, además del académico, que debemos tener en cuenta. Estamos viendo consecuencias ante la imposibilidad de ir a las escuelas, sobre todo en la salud mental, las cuales dependen también en gran medida de cada familia.

Podemos trabajar más entre todos, autoridades, escuelas, familias y sociedad en general, para regresar a clases de manera «híbrida», es decir, en parte presencial y en parte a distancia o en línea. No sabría decir los «cómos», ni los «cuándos», pues depende mucho de cada comunidad educativa, pero sí considero importante propiciar, aunque sea mínimamente, el encuentro personal.

No es necesario volver a las aulas para tener clases como antes o para cumplir los programas de «cabo a rabo». Muchos jóvenes de hecho se reúnen para verse, platicar y escucharse mutuamente porque, como a todos nos pasa, lo necesitan. Las escuelas no tienen que ser «lugares prohibidos». Pueden ser los espacios para educar sobre las medidas sanitarias que en otros contextos no se llevan a cabo. La relación con los demás es parte de una educación integral y no podemos seguir eternamente confinados o simulando confinamiento.

Enfrentar la pandemia no ha sido fácil, por eso es necesario apostarle a la educación de todos. Parece más sencillo, pero a la larga es más problemático, mantener las escuelas cerradas al encuentro presencial. Es posible, con un esfuerzo conjunto, educar para seguir los protocolos necesarios en las escuelas y así poder encontrarnos ahí, al menos de vez en cuando. Desafortunadamente los movimientos anti-medidas sanitarias van en aumento en el mundo, y México no es la excepción.

En un país donde no hemos logrado educar a todos para que, por ejemplo, no tiremos basura, parecería difícil que la mayoría cumpla con los protocolos necesarios para un regreso a clases «híbrido». Sin embargo, quizá ha llegado el momento de trabajar por la educación de todos con seriedad, para salir adelante de éste y muchos otros problemas que tenemos como nación. La educación requiere tiempo, pero es el camino seguro para el desarrollo de todos. ¡Gracias!

Las escuelas regresarán a clases presenciales «llueva, truene o relampagueé», se ha afirmado con determinación. Algunas instituciones educativas ya han iniciado el ciclo escolar y estamos a pocos días de que comiencen las clases en las escuelas de educación básica, es decir, desde preescolar hasta secundaria. El debate sobre cómo volver es inacabable.

La pandemia no ha terminado y estamos lejos de aquellos tiempos en los que, como se dice, «éramos felices y no lo sabíamos». Otro ciclo escolar solo a distancia o en línea ya no parece viable. Por desgracia, no todos tienen acceso a las clases virtuales, pero incluso con esa ventaja hay otros aspectos, además del académico, que debemos tener en cuenta. Estamos viendo consecuencias ante la imposibilidad de ir a las escuelas, sobre todo en la salud mental, las cuales dependen también en gran medida de cada familia.

Podemos trabajar más entre todos, autoridades, escuelas, familias y sociedad en general, para regresar a clases de manera «híbrida», es decir, en parte presencial y en parte a distancia o en línea. No sabría decir los «cómos», ni los «cuándos», pues depende mucho de cada comunidad educativa, pero sí considero importante propiciar, aunque sea mínimamente, el encuentro personal.

No es necesario volver a las aulas para tener clases como antes o para cumplir los programas de «cabo a rabo». Muchos jóvenes de hecho se reúnen para verse, platicar y escucharse mutuamente porque, como a todos nos pasa, lo necesitan. Las escuelas no tienen que ser «lugares prohibidos». Pueden ser los espacios para educar sobre las medidas sanitarias que en otros contextos no se llevan a cabo. La relación con los demás es parte de una educación integral y no podemos seguir eternamente confinados o simulando confinamiento.

Enfrentar la pandemia no ha sido fácil, por eso es necesario apostarle a la educación de todos. Parece más sencillo, pero a la larga es más problemático, mantener las escuelas cerradas al encuentro presencial. Es posible, con un esfuerzo conjunto, educar para seguir los protocolos necesarios en las escuelas y así poder encontrarnos ahí, al menos de vez en cuando. Desafortunadamente los movimientos anti-medidas sanitarias van en aumento en el mundo, y México no es la excepción.

En un país donde no hemos logrado educar a todos para que, por ejemplo, no tiremos basura, parecería difícil que la mayoría cumpla con los protocolos necesarios para un regreso a clases «híbrido». Sin embargo, quizá ha llegado el momento de trabajar por la educación de todos con seriedad, para salir adelante de éste y muchos otros problemas que tenemos como nación. La educación requiere tiempo, pero es el camino seguro para el desarrollo de todos. ¡Gracias!