/ domingo 1 de septiembre de 2019

Zacatecas en búsqueda de sus coordenadas

Alejandro Tello rendirá su tercer informe de gobierno el próximo domingo. Más que anuncios espectaculares, esperamos un documento sobrio y autocrítico en el sentido de que no se ha cumplido a cabalidad lo firmado aquel lejano 2016 en “El Contrato por Zacatecas”.

Lejos estamos, hoy día, de ver un Zacatecas moderno, con un gobierno que incentive el desarrollo de la comunidad y las acciones que promuevan una mejor calidad de vida entre los ciudadanos. Vemos un estado lacerado por la pobreza y alejado de las políticas públicas que plantea el gobierno federal, ya de por sí, afectado por el devenir de la economía internacional.

A pesar del esfuerzo y las ganas mostradas por el gobernador, lo vemos caminar sólo y sin el acompañamiento, salvo honrosas excepciones, de su equipo de trabajo; que por el contrario, lo enfrentan de manera inmisericorde con la población.

El más claro ejemplo de estos últimos días es la Secretaría de Educación.

A dos años de concluir su periodo, y a pesar de lo voluntarioso que es Alejandro Tello, vemos una deteriorada vigencia del Estado de Derecho; no alcanzamos a apreciar una auténtica sustentabilidad del Desarrollo y tampoco se han generalizado los instrumentos de la sociedad del conocimiento, sino hasta ahora que se ha planteado una nueva política pública (UNE), a través de la Secretaría de Desarrollo Social, ojalá y el tiempo alcance.

El tema más recurrente es de “la Transparencia y rendición de cuentas”, donde no podemos dejar de reconocer que se habrá de entregar un gobierno sano financieramente, dentro de las medidas posibles, después de las ruinas en que se recibió. Ahí puede haber buenos resultados.

Sin embargo, sobresalen los grandes errores y los fracasos en los asuntos estratégicos como el caso Milpillas, proyecto frustrado y que no podrá ser la obra magna del quinquenio, porque los operadores políticos del mismo, resultaron un auténtico fracaso, pero a ellos no los “cesaron de manera fulminante” como a otros funcionarios de menor nivel como en la SEDUZAC.

Por cierto, el fulminante cese de David Eduardo Rivera debe ser aclarado. Si fue por deshonestidad que se diga; si fue por corrupción que se informe; si fue un capricho político, también que se informe, de los contrario queda la duda de la deshonestidad, pero de superior. Sabrá el Gobernador la verdad de ese y otros asuntos?

No me cabe la menor duda, que a tres años de iniciado y a dos de su conclusión, el Gobierno está en búsqueda de sus coordenadas. Ya comenzaron las traiciones y el último en cerrar la puerta será Alejandro Tello, esperemos que no se quede solo en ese tránsito.

Alejandro Tello rendirá su tercer informe de gobierno el próximo domingo. Más que anuncios espectaculares, esperamos un documento sobrio y autocrítico en el sentido de que no se ha cumplido a cabalidad lo firmado aquel lejano 2016 en “El Contrato por Zacatecas”.

Lejos estamos, hoy día, de ver un Zacatecas moderno, con un gobierno que incentive el desarrollo de la comunidad y las acciones que promuevan una mejor calidad de vida entre los ciudadanos. Vemos un estado lacerado por la pobreza y alejado de las políticas públicas que plantea el gobierno federal, ya de por sí, afectado por el devenir de la economía internacional.

A pesar del esfuerzo y las ganas mostradas por el gobernador, lo vemos caminar sólo y sin el acompañamiento, salvo honrosas excepciones, de su equipo de trabajo; que por el contrario, lo enfrentan de manera inmisericorde con la población.

El más claro ejemplo de estos últimos días es la Secretaría de Educación.

A dos años de concluir su periodo, y a pesar de lo voluntarioso que es Alejandro Tello, vemos una deteriorada vigencia del Estado de Derecho; no alcanzamos a apreciar una auténtica sustentabilidad del Desarrollo y tampoco se han generalizado los instrumentos de la sociedad del conocimiento, sino hasta ahora que se ha planteado una nueva política pública (UNE), a través de la Secretaría de Desarrollo Social, ojalá y el tiempo alcance.

El tema más recurrente es de “la Transparencia y rendición de cuentas”, donde no podemos dejar de reconocer que se habrá de entregar un gobierno sano financieramente, dentro de las medidas posibles, después de las ruinas en que se recibió. Ahí puede haber buenos resultados.

Sin embargo, sobresalen los grandes errores y los fracasos en los asuntos estratégicos como el caso Milpillas, proyecto frustrado y que no podrá ser la obra magna del quinquenio, porque los operadores políticos del mismo, resultaron un auténtico fracaso, pero a ellos no los “cesaron de manera fulminante” como a otros funcionarios de menor nivel como en la SEDUZAC.

Por cierto, el fulminante cese de David Eduardo Rivera debe ser aclarado. Si fue por deshonestidad que se diga; si fue por corrupción que se informe; si fue un capricho político, también que se informe, de los contrario queda la duda de la deshonestidad, pero de superior. Sabrá el Gobernador la verdad de ese y otros asuntos?

No me cabe la menor duda, que a tres años de iniciado y a dos de su conclusión, el Gobierno está en búsqueda de sus coordenadas. Ya comenzaron las traiciones y el último en cerrar la puerta será Alejandro Tello, esperemos que no se quede solo en ese tránsito.