Los archivos históricos contenidos en la Real Caja de Zacatecas, que se resguardan en la Biblioteca Manuel Sescosse Lejeune se encuentran a disposición de le población zacatecana para su consulta; se trata de documentos que contienen datos económicos de la Nueva España, en los siglos XVI, XVII y XVIII.
“A nivel local y regional se cree que el archivo se mantiene cerrado, que nadie lo puede consultar y eso no es cierto”, comentó Mabel Mauricio, encargada de la clasificación de archivos.
-Su importancia histórica-
Haciendo un recuento histórico, en el año 1552, la corona española expidió la Real Cédula para que se estableciera, en la ciudad de Zacatecas, la sede de la Real Caja de Nueva Galicia. El objetivo principal era que los impuestos a la plata se mandaran directamente a la Ciudad de México, para su inmediato traslado a España.
La Real Caja comenzó a generar, desde el siglo XVI, un sinfín de documentos reales, vi- rreinales, regionales y locales, mismos que se desprendían de la administración que desempeñaba esta institución. De ahí que no sólo se produjeran libros, cuadernos, legajos, fojas y otros referentes a la minería, sino todo un acervo histórico relacionado con el quehacer económico de la región denominada como norte-occidente de la Nueva España. El Archivo Histórico de la Real Caja de Zacatecas contiene parte de ese legado.
Los documentos van del último cuarto del siglo XVI hasta mediados del siglo XX y fueron depositados en la Casa de Moneda de Zacatecas en 1810. Ahí sobrevivieron a la Guerra de Independencia y quedaron sepultados como parte del archivo muerto en lo que después sería la Tesorería del Estado de Zacatecas y hoy Museo Zacatecano, localizado en el centro histórico de la ciudad.
En la década de los ochentas el archivo pertenecía al fideicomiso Clemence de la Universidad de Michigan en Estados Unidos; a finales de esa década, la institución se puso en contacto con la Sociedad de Amigos de Zacatecas que estaba vinculada al Tecnológico de Monterrey para la devolución del archivo al estado.
La única condición de ésta fue que estuviera en un lugar público donde los investigadores tuvieran acceso a éste.
-El cuidado y preservación de los documentos-
Esos archivos deben mantenerse a una temperatura de 18 grados para evitar que se resequen y se conviertan en polvo, así como humedecerse y generen hongos.
Estrictamente no tomarles fotos con flash, introducir en fotocopiadoras o escáneres ya que estos los pulverizarían en cuestión de segundos.
Manejar con guantes quirúrgicos de látex para evitar el contacto de estos con sudor y grasa.Para acudir al archivo se debe agendar una cita con el profesor Gerardo Galaviz, director asociado de Ingeniería y Humanidades. Envía el tema de investigación e institución de procedencia al correo gerardo.galaviz@tec.mx.