La casa
Como si fuera día de desfile o la fecha de una fiesta patronal, se cerraron las calles más importantes y la gente aguardó en las banquetas, algo que casi nunca ocurre para despedir a un artista.
El último adiós a Rafael Coronel inició en la calle Allende de la capital de Zacatecas, mismo sitio donde su vida inició hace 87 años.
Bajo un cielo totalmente despejado, el recuerdo del artista que retrató lo cotidiano estuvo en el centro de una jornada en que la vida cotidiana se suspendió por varias horas.
Junto a la oficina de correos, en la finca con el número 109, arrancó el homenaje itinerante del pintor que murió el martes pasado en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
En la semblanza titulada "El retorno a la casa natal" el cronista de Zacatecas, Manuel González dijo que "Rafael Coronel vivió para el arte y en sus esplendores fue descubriendo que en la creación estaba su destino".
Ante los familiares representados por el hijo del artista, Juan Rafael, el historiador destacó que el autor del mural El tastoán y la niña de Jerez "sí es profeta en su tierra” pues su gente lo aprecia por su talento, sencillez y generosidad.
“En su obra y ejemplo elocuentes no habrá olvidó (...) pues fluirán ríos de tinta entorno a su legado que reforzando la inmortalidad que, sin buscarla, la historia le ha otorgado", expresó en la última parte del discurso.
El templo
Cientos de niños de las primarias cercanas, salieron de clases antes de lo acostumbrado y formaron vallas a lo largo de la avenida Hidalgo.
La banda sinfónica del estado dio ritmo de fiesta a la despedida, mientras que a vuelta de rueda una carroza llevó los restos mortales del artista. El vehículo fue custodiado, también a paso lento, por cientos de personas encabezadas por el gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna y su esposa, Cristina Rodríguez.
El obispo, Sigifredo Noriega recibió al contingente en la puerta de la catedral donde rezó por el descanso eterno del alma de Rafael Coronel.
"La belleza del arte puede también dar frutos de paz" expresó en un breve mensaje que dio en el interior del templo donde también expresó que "un artista de este calibre pertenece no sólo al estado sino a toda la humanidad".
Sin el remanso de las nubes, el desfile siguió rumbo al museo "Rafael Coronel" donde tendría lugar el último homenaje y donde finalmente serían depositadas sus cenizas.
El Museo
Con un largo aplauso cientos de invitados recibieron al contingente. La banda sinfónica dio paso a notas más solemnes de una orquesta de cuerdas que resonaron en la nave central del ex convento de San Francisco, mejor conocido como el museo de las máscaras.
Entre quienes hicieron guardia de honor en torno a la urna con las cenizas de Rafael Coronel, estuvieron los artistas zacatecanos Ismael Guardado, José Esteban Martínez y Alfonso López Monreal.
“Maestro, ésta es su casa” dijo el director del museo y amigo de Rafael Coronel, Miguel Ángel Díaz Castorena, quien destacó el esfuerzo que, hasta sus últimos días, hizo por dejar un importante legado a Zacatecas:
Su generosidad es poco conocida porque siempre que ayudó a alguna causa ponía una condición: que no se supiera (…) gracia a eso pudo pasar inadvertido en muchos momentos.
Miguel Ángel Díaz Castorena, director del museo Rafael Coronel
Finalmente expresó que el mejor homenaje que se le puede hacer es dar continuidad a los muchos proyectos que tenía para conservar y enriquecer el museo.
Al respecto, el gobernador, Alejandro Tello ratificó su compromiso de dar seguimiento a la misión de difundir y preservar las aportaciones que hizo, no sólo como creador, sino como coleccionista y promotor cultural.
El pueblo de Zacatecas se duele ante la pérdida de uno de sus artistas más prolíficos y destacados; insigne pintor, escultor y coleccionista.Alejandro Tello, gobernador de Zacatecas
Finalmente la banda de guerra hizo el toque de silencio, distinción que sólo se hace en honor a héroes de la patria, militares fallecidos y a personajes ilustres.