/ miércoles 6 de marzo de 2019

"Día de la Borradera", tradición ancestral de Chalchihuites

La celebración de 428 años de antigüedad, marca el inicio de la cuaresma

Chalchihuites, Zac.-Enmedio de la singular alegría con la que se rescata año con año una tradición ancestral de 428 años, se realizó el carnaval del "Día de la Borradera", actividad con la que se celebra el pacto de paz entre grupos indígenas antagonistas que confluían en la región, y que marca el inicio de la temporada de cuaresma.

Así lo refiere Alejandro Gallegos Sánchez, quien recuerda la llegada de 12 misioneros que arribaron al nombrado virreinato de la Nueva España un 13 de mayo de 1524.

Dichos misioneros, fueron enviados a diferentes partes del país en donde construyeron claustros y catedrales, y crearon el tradicional martes de carnaval en 1591 en esta región de Chalchihuites en donde existían grupos de Tonaltecas, Tlaxcaltecas y Zacatecos.

Menciona Gallegos Sánchez que, al llamado de Fray Francisco de Quiñones que veía la desunión entre tribus, se realizó un acto de reconciliación en un pacto de paz en el atrio del primer recinto del templo de San Francisco, en el barrio de La Concordia.

Ahí, bailaron sus banderas y se pintaron los rostros de pinole, en señal de que todos eran de una sola raza, por lo que es tradición hasta la fecha pintarse la cara y sonar los cascabeles de la punta de la asta de las banderas que portan bailando al ritmo de sus cánticos.

El Sol de Zacatecas

A los versos que se cantan y representan se les conoce como “Baile de las Banderas” / Ana Vacio

Precursores

Algunos de los precursores de la conservación de esta tradición son: Don Pedro Saldivar, Francisco García, conocido como "Pancho El Borrego"; Juan García, conocido como "Juan Birulo" y Don Amador Ortiz, quien usaba un burro para trasladarse, y Mike Castillo Magallón que en algunas ocasiones llevaba una guitarra y regalaba a los vecinos pinole y ponteduro, un dulce tradicional de miel y maíz.

Martha Gallegos Moreno, en su libro: "Chalchihuites, lugar de piedras verdes", refiere que desde el martes de carnaval de 1592 se conserva una ceremonia conocida como “Día de la Borradera”.

En dicha ceremonia, cuatro jóvenes provistos, cada uno con su bandera, la de Tonalá, la de Tlaxcala, la de Zacatecas y la de España, recorren todo el pueblo cantando y bailando los versos de las banderas para conmemorar el acuerdo de paz entre los cuatro pueblos.

Originalmente se polvean la cara con pinole (ahora se hace con harina de trigo), es decir “se borran”, en recuerdo de aquellos pueblos que se pintaron unos a otros, como signo de no más diferencias entre indígenas y españoles. En la actualidad existe el barrio La Concordia, en memoria del lugar donde realizaron el convenio de paz.

Devoción

Los tlaxcaltecas profesaban extrema devoción a una pintura en lámina llamada El Santo Niño de la Nueva Tlaxcala, cuadro que se depositó en casa de su jerarca ex-tlatoani y que pasó de padre a hijos, clamando con una oración en su dulce lengua náhuatl.

En el barrio de Jalisco todavía se puede hablar de una influencia de las familias tlaxcaltecas que pacificaron esta región, porque los portadores de las banderas inician el recorrido en ese barrio, cantando y bailando los versos de las banderas de Tlaxcala ante la imagen del santo niño (culto en la actualidad casi en extinción).

Baile de banderas

A los versos que se cantan y representan se les conoce como “Baile de las Banderas” también como banderas de Tlaxcala. Los versos hacen alusión tanto al conflicto entre los pueblos indígenas como a los sacrificios de cuaresma, se les nombra también banderas de carnestolendas, que significa abstinencia de carnes magras con ayunos ciertos días de la cuaresma, en memoria de los cuarenta días que Cristo pasó en el desierto en oración y ayuno.

Los habitantes de esta municipalidad participan en la celebración / Ana Vacio

Enseguida, y como parte de inicio del recorrido, se presentan ante las autoridades civiles y eclesiásticas, es decir, continúan en el templo de San Pedro donde se bendice las banderas, bailan y al terminar se borra cada abanderado uno a otro; se siguen a la presidencia municipal, ante la presencia de los miembros de la administración. Luego se van por todo el pueblo, borrando a todas las personas, sobre todo jóvenes y niños; se detienen en lugares concurridos, en los comercios, en las esquinas, con los amigos que con admiración escuchan los cantos de las banderas del Día de la Borradera.

Estos versos llevan el mensaje de los antecesores por más de 400 años a través de los portadores que representan los cuatro pueblos, quienes avanzan en círculo cantando el mismo tiempo que suenan golpeteando a cada paso sus banderas de vistosos colores; y llevando el ritmo que les marca el sonido del violín, repiquetean sus campanillas y cascabeles.

Chalchihuites, Zac.-Enmedio de la singular alegría con la que se rescata año con año una tradición ancestral de 428 años, se realizó el carnaval del "Día de la Borradera", actividad con la que se celebra el pacto de paz entre grupos indígenas antagonistas que confluían en la región, y que marca el inicio de la temporada de cuaresma.

Así lo refiere Alejandro Gallegos Sánchez, quien recuerda la llegada de 12 misioneros que arribaron al nombrado virreinato de la Nueva España un 13 de mayo de 1524.

Dichos misioneros, fueron enviados a diferentes partes del país en donde construyeron claustros y catedrales, y crearon el tradicional martes de carnaval en 1591 en esta región de Chalchihuites en donde existían grupos de Tonaltecas, Tlaxcaltecas y Zacatecos.

Menciona Gallegos Sánchez que, al llamado de Fray Francisco de Quiñones que veía la desunión entre tribus, se realizó un acto de reconciliación en un pacto de paz en el atrio del primer recinto del templo de San Francisco, en el barrio de La Concordia.

Ahí, bailaron sus banderas y se pintaron los rostros de pinole, en señal de que todos eran de una sola raza, por lo que es tradición hasta la fecha pintarse la cara y sonar los cascabeles de la punta de la asta de las banderas que portan bailando al ritmo de sus cánticos.

El Sol de Zacatecas

A los versos que se cantan y representan se les conoce como “Baile de las Banderas” / Ana Vacio

Precursores

Algunos de los precursores de la conservación de esta tradición son: Don Pedro Saldivar, Francisco García, conocido como "Pancho El Borrego"; Juan García, conocido como "Juan Birulo" y Don Amador Ortiz, quien usaba un burro para trasladarse, y Mike Castillo Magallón que en algunas ocasiones llevaba una guitarra y regalaba a los vecinos pinole y ponteduro, un dulce tradicional de miel y maíz.

Martha Gallegos Moreno, en su libro: "Chalchihuites, lugar de piedras verdes", refiere que desde el martes de carnaval de 1592 se conserva una ceremonia conocida como “Día de la Borradera”.

En dicha ceremonia, cuatro jóvenes provistos, cada uno con su bandera, la de Tonalá, la de Tlaxcala, la de Zacatecas y la de España, recorren todo el pueblo cantando y bailando los versos de las banderas para conmemorar el acuerdo de paz entre los cuatro pueblos.

Originalmente se polvean la cara con pinole (ahora se hace con harina de trigo), es decir “se borran”, en recuerdo de aquellos pueblos que se pintaron unos a otros, como signo de no más diferencias entre indígenas y españoles. En la actualidad existe el barrio La Concordia, en memoria del lugar donde realizaron el convenio de paz.

Devoción

Los tlaxcaltecas profesaban extrema devoción a una pintura en lámina llamada El Santo Niño de la Nueva Tlaxcala, cuadro que se depositó en casa de su jerarca ex-tlatoani y que pasó de padre a hijos, clamando con una oración en su dulce lengua náhuatl.

En el barrio de Jalisco todavía se puede hablar de una influencia de las familias tlaxcaltecas que pacificaron esta región, porque los portadores de las banderas inician el recorrido en ese barrio, cantando y bailando los versos de las banderas de Tlaxcala ante la imagen del santo niño (culto en la actualidad casi en extinción).

Baile de banderas

A los versos que se cantan y representan se les conoce como “Baile de las Banderas” también como banderas de Tlaxcala. Los versos hacen alusión tanto al conflicto entre los pueblos indígenas como a los sacrificios de cuaresma, se les nombra también banderas de carnestolendas, que significa abstinencia de carnes magras con ayunos ciertos días de la cuaresma, en memoria de los cuarenta días que Cristo pasó en el desierto en oración y ayuno.

Los habitantes de esta municipalidad participan en la celebración / Ana Vacio

Enseguida, y como parte de inicio del recorrido, se presentan ante las autoridades civiles y eclesiásticas, es decir, continúan en el templo de San Pedro donde se bendice las banderas, bailan y al terminar se borra cada abanderado uno a otro; se siguen a la presidencia municipal, ante la presencia de los miembros de la administración. Luego se van por todo el pueblo, borrando a todas las personas, sobre todo jóvenes y niños; se detienen en lugares concurridos, en los comercios, en las esquinas, con los amigos que con admiración escuchan los cantos de las banderas del Día de la Borradera.

Estos versos llevan el mensaje de los antecesores por más de 400 años a través de los portadores que representan los cuatro pueblos, quienes avanzan en círculo cantando el mismo tiempo que suenan golpeteando a cada paso sus banderas de vistosos colores; y llevando el ritmo que les marca el sonido del violín, repiquetean sus campanillas y cascabeles.

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