Con tan solo dos años de edad, los gemelos Luis Antonio y Víctor Manuel Gutiérrez Pacheco murieron por pulmonía fulminante hace 32 años; su madre, la señora María del Socorro Pacheco, los recuerda con amor este 1 de noviembre, el día de los niños fallecidos.
Mientras decora sus tumbas con flores de cempasúchil haciendo una cruz en el Panteón Municipal Herrera, en Zacatecas, acompañada de su hijo menor de nombre Miguel, la señora Socorro honra la memoria de sus pequeños mientras en su mente no se borra la sonrisa de los infantes que perdió hace décadas.
Al compartir su testimonio, destacó la importancia de no perder las tradiciones mexicanas, pero también de procurar visitar las lápidas de los seres queridos que ya no están.
Tras dedicar algunos rezos a los gemelos, recordó que fueron dos bebés traviesos que apenas comenzaban a caminar, y al ver sus fotografías, también manifestó que siempre se cuestiona cómo serían sus hijos si estuvieran vivos.
Veo sus fotos y digo: ojalá estuvieran conmigo, pero Dios no quiso
Actualmente, Socorro Pacheco tiene tres hijos varones y una hija, por quienes sale adelante día a día, pese a que ya son mayores de edad, siempre está al pendiente de ellos.
En su arribo al cementerio, también aprovecha para visitar las tumbas donde descansan los restos de su suegra, cuñada, y la abuela de su esposo, a quienes también les lleva flores.
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Tradición de origen prehispánico
La asistencia de Socorro al panteón se une a los miles de visitantes que este 1 y 2 de noviembre se registran en el camposanto, donde las familias llevan ofrendas a los fieles difuntos.
Con velas, incienso, agua, sal, juguetes y hasta instrumentos musicales, les decoran y limpian sus nichos, mientras afuera del lugar los de casa y turistas recorren el Tianguis de Día de Muertos.
Esta tradición es origen prehispánico, donde los mexicas también celebraban a los muertos.
Con el paso del tiempo, han evolucionado ciertas prácticas en las diferentes regiones del país, entre la colocación de altares, ofrecimiento de comida a los difuntos y hasta la forma de salir a la calle a pedir dulces caracterizados de algún personaje.
Según el calendario católico, el 1 de noviembre se recuerda a los infantes fallecidos, mientras que el 2 del mismo mes, a los adultos en el denominado Día de Muertos.
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