/ miércoles 21 de febrero de 2018

Premio Bellas Artes de Cuento ya se llama “Amparo Dávila”

CDMx.- Entre las múltiples muestras de afecto y admiración queha recibido la cuentista mexicana Amparo Dávila (Pinos, Zacatecas,21 de febrero de 1928), ganadora del Premio Xavier Villaurrutia1977, y de la Medalla Bellas Artes 1975, con motivo de sucumpleaños 90, anoche recibió otro más, uno que la inmortaliza:El Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí lleva, a partirde hoy el nombre de esa escritora. Al hacer el anuncio, ladirectora general del INBA entregó vistoso reconocimiento a lacuentista zacatecana

Anoche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes,la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), LidiaCamacho, anunció que el Premio Bellas Artes de Cuento San LuisPotosí a partir de hoy se llama Premio Bellas Artes de Cuento“Amparo Dávila”. Al anuncio siguió una ovaciónextraordinaria, sincera, con un barniz de afecto y admiración, derespeto y cariño por la autora de una obra realmente hermosa.Al mismo tiempo, Lidia Camacho hizoentrega de un reconocimiento, por su trayectoria, a la escritorazacatecana Amparo Dávila, quien durante la velada literaria quetuvo lugar con acceso libre en la Sala Manuel M. Ponce del colosode mármol, a  se mostró lúcida y atenta, feliz y risueña antelos comentarios y muestras cariñosas de todos los presentes. Enespecial, de los jóvenes estudiantes que se dieron cita pararendirle un justo homenaje. Previo a ese momentocumbre del programa, organizado por la Coordinación Nacional deLiteratura (CNL), a cuya cabeza está el intelectual, crítico yescritor Geney Beltrán Félix, alumnos de la Escuela Nacional deArte Teatral (ENAT), institución pública creada para formarprofesionales del teatro con alto nivel académico y artístico enla escena nacional e internacional, realizaron la lecturadramatizada de algunos cuentos de la homenajeada. La sala, llena de jóvenes interesados en laobra fantástica y poética de esta protagonista de la literaturamexicana, familiares, amigos, y sobre todo, de gente del pueblo quea verla y felicitarla, fue insuficiente como pocas veces. En elescenario, junto a ella, se aposentaron Laura Cázares, AgustínRamos y Alejandro Toledo para dirigir la fiesta de letras en que seconvirtió la tertulia orquestada por Beltrán Félix, experto enla obra de Dávila. Que Julio Cortázar comparólos ambientes de la narrativa de Amparo Dávila con los que EdgarAllan Poe creó en su obra, dato que en su oportunidad citó laSecretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; que Dávilasigue escribiendo con la misma emoción de siempre, como ella mismalo dejó ver al inicio de estas jornadas de homenaje, y que sigueviviendo en la misma casa de siempre, son datos que afloraron, otravez, en Bellas Artes.

En algo coincidieron los asistentes al evento: Ciertamente, concuatro libros de cuentos y cuatro poemarios, todos cuidadosamenteurdidos pero concebidos con “la prisa que da la emoción”,Dávila ha desenvuelto una obra literaria que se asoma a larealidad siniestra, edificada sólidamente sobre una temática enapariencia limitada: La muerte, la locura y el amor, temas con losque crea un mundo que subyuga ya a varias generaciones de lectores.Previo a la ceremonia-homenaje deanoche, el escritor Alejandro Toledo enfatizó que personajesbondadosos que se convierten en temibles criaturas, escenarioscotidianos que de pronto son espacios infernales, y las espiralesde desesperación intrapersonal, son rasgos característicos de laobra de Dávila, “quien es parte de un paisaje en el que seubican Alfonso Reyes, Juan José Arreola, Carlos Fuentes y JoséEmilio Pacheco y otros”. Aseguró que el perfilmás significativo de esta cuentista excepcional, es el horror. Ensus primeros relatos se adivinan lecturas como las de Kafka, conaquel artista del dolor que desciende acaso del artista del hambre.“Pero sucede que la literatura fantástica mexicana ha sidoleída de forma aislada, fragmentando los hallazgos, por eso aúnno hay una visión integral. Por ello se cometen injusticias,olvidando a autores fundamentales como ella”.

Habló también de las dos interpretaciones más comunes de laobra de Amparo Dávila: Quienes etiquetan su literatura comofantástica y quienes señalan que su esencia real anida en larealidad que hay en ellos. “Siempre hay algo bestial en susrelatos y esa realidad extraña puede venir o no del interior desus personajes. Su terror es interno, no sólo psicológico. “Hayfronteras entre la realidad y el sueño por los que navega”,dijo.

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CDMx.- Entre las múltiples muestras de afecto y admiración queha recibido la cuentista mexicana Amparo Dávila (Pinos, Zacatecas,21 de febrero de 1928), ganadora del Premio Xavier Villaurrutia1977, y de la Medalla Bellas Artes 1975, con motivo de sucumpleaños 90, anoche recibió otro más, uno que la inmortaliza:El Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí lleva, a partirde hoy el nombre de esa escritora. Al hacer el anuncio, ladirectora general del INBA entregó vistoso reconocimiento a lacuentista zacatecana

Anoche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes,la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), LidiaCamacho, anunció que el Premio Bellas Artes de Cuento San LuisPotosí a partir de hoy se llama Premio Bellas Artes de Cuento“Amparo Dávila”. Al anuncio siguió una ovaciónextraordinaria, sincera, con un barniz de afecto y admiración, derespeto y cariño por la autora de una obra realmente hermosa.Al mismo tiempo, Lidia Camacho hizoentrega de un reconocimiento, por su trayectoria, a la escritorazacatecana Amparo Dávila, quien durante la velada literaria quetuvo lugar con acceso libre en la Sala Manuel M. Ponce del colosode mármol, a  se mostró lúcida y atenta, feliz y risueña antelos comentarios y muestras cariñosas de todos los presentes. Enespecial, de los jóvenes estudiantes que se dieron cita pararendirle un justo homenaje. Previo a ese momentocumbre del programa, organizado por la Coordinación Nacional deLiteratura (CNL), a cuya cabeza está el intelectual, crítico yescritor Geney Beltrán Félix, alumnos de la Escuela Nacional deArte Teatral (ENAT), institución pública creada para formarprofesionales del teatro con alto nivel académico y artístico enla escena nacional e internacional, realizaron la lecturadramatizada de algunos cuentos de la homenajeada. La sala, llena de jóvenes interesados en laobra fantástica y poética de esta protagonista de la literaturamexicana, familiares, amigos, y sobre todo, de gente del pueblo quea verla y felicitarla, fue insuficiente como pocas veces. En elescenario, junto a ella, se aposentaron Laura Cázares, AgustínRamos y Alejandro Toledo para dirigir la fiesta de letras en que seconvirtió la tertulia orquestada por Beltrán Félix, experto enla obra de Dávila. Que Julio Cortázar comparólos ambientes de la narrativa de Amparo Dávila con los que EdgarAllan Poe creó en su obra, dato que en su oportunidad citó laSecretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; que Dávilasigue escribiendo con la misma emoción de siempre, como ella mismalo dejó ver al inicio de estas jornadas de homenaje, y que sigueviviendo en la misma casa de siempre, son datos que afloraron, otravez, en Bellas Artes.

En algo coincidieron los asistentes al evento: Ciertamente, concuatro libros de cuentos y cuatro poemarios, todos cuidadosamenteurdidos pero concebidos con “la prisa que da la emoción”,Dávila ha desenvuelto una obra literaria que se asoma a larealidad siniestra, edificada sólidamente sobre una temática enapariencia limitada: La muerte, la locura y el amor, temas con losque crea un mundo que subyuga ya a varias generaciones de lectores.Previo a la ceremonia-homenaje deanoche, el escritor Alejandro Toledo enfatizó que personajesbondadosos que se convierten en temibles criaturas, escenarioscotidianos que de pronto son espacios infernales, y las espiralesde desesperación intrapersonal, son rasgos característicos de laobra de Dávila, “quien es parte de un paisaje en el que seubican Alfonso Reyes, Juan José Arreola, Carlos Fuentes y JoséEmilio Pacheco y otros”. Aseguró que el perfilmás significativo de esta cuentista excepcional, es el horror. Ensus primeros relatos se adivinan lecturas como las de Kafka, conaquel artista del dolor que desciende acaso del artista del hambre.“Pero sucede que la literatura fantástica mexicana ha sidoleída de forma aislada, fragmentando los hallazgos, por eso aúnno hay una visión integral. Por ello se cometen injusticias,olvidando a autores fundamentales como ella”.

Habló también de las dos interpretaciones más comunes de laobra de Amparo Dávila: Quienes etiquetan su literatura comofantástica y quienes señalan que su esencia real anida en larealidad que hay en ellos. “Siempre hay algo bestial en susrelatos y esa realidad extraña puede venir o no del interior desus personajes. Su terror es interno, no sólo psicológico. “Hayfronteras entre la realidad y el sueño por los que navega”,dijo.

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