Ante una más que buena entrada en el coso Monumental y clima fresco, se dio una corrida de toros extraordinaria en la que los diestros, el español José Garrido y el aquicalidense Leo Valadez, dieron vuelta al ruedo cada uno con fuerte petición de oreja que el protagónico juez de plaza no quiso conceder. Luis David Adame no tuvo suerte.
Se lidiaron seis toros de la dehesa queretana de Barralva, que debutaba en esta plaza, de dispareja presentación siendo protestados el segundo, el tercero y el sexto. De buen juego fueron primero y segundo. Y un séptimo de regalo, de José Julián Llaguno, que se lidió desde el capote con el pitón derecho fracturado, además de evidenciar debilidad.
El extremeño José Garrido a su primero lo lanceó bien en lances a pies juntos. Con la muleta realizó una faena de evidente temple y clase por el pitón derecho en dos series. Sin embargo, por naturales no se acomodó, por lo que el rumbo volvió a ser diestro en otras dos tandas con calidad. El toro empezó a salir suelto y el torero a darle la lidia adecuada. Acabó de estocada trasera y tendida para ser aplaudido.
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Variado y vistoso con el capote en su segundo, Garrido sobresalió por sus verónicas. Buena vara del montado José de Jesús Prado. Con la franela, el ibérico cuajó una faena oficiosa, esforzada y torera, sobre todo por el pitón derecho. Lo hizo con esmero y poder por naturales a pesar de un susto. Siguió por ese perfil gustándose en cada lance a pesar de lo huidizo ya del toro. Mató de soberbia estocada, que tan sólo por ella merecía el torero una oreja, pero el juez Manuel Esparza en plan protagónico, no sabemos por qué, no quiso concederla y entonces la gente llamó a Garrido a dar la vuelta al ruedo.
José Garrido, en el séptimo de regalo, de la dehesa de José Julián Llaguno, poco pudo hacer con el capote y con la muleta, a un toro con el pitón derecho fracturado y débil, le realizó una faena empeñosa, machacona, valiente y torera con las dos manos, misma que el público le supo reconocer. Manoletinas para abrochar y terminar fallando con el estoque para ser despedido entre aplausos.
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A su primero, Luis David Adame lo recibió con una cordobina y enclasadas verónicas. Buena vara del picador Eduardo Reyna. Quitó Luis David por ajustadas saltilleras y cubrió el segundo tercio entre aplausos invitando a Valadez. Con la sarga, Adame empezó de forma vistosa y variada para ligar derechazos largos y atemperados en un par de series. Por el izquierdo hubo de obligar para hilar artísticos muletazos. Más toreo derechista lleno de empeño y pisando terrenos comprometidos. Toreo en redondo y flexionando una pierna. Joselillinas sin ayudado para cerrar y entonces fallar al matar, siendo aplaudido.
Luis David en su segundo se vio voluntarioso con el capote, sobre todo, en un quite por chicuelinas. Con la muleta inició de hinojos por alto y de pie se dio a ejecutar un trasteo de aguante y artístico con la mano derecha al soso barralveño. Por el izquierdo mostró pundonor, pero por derechazos valerosos tuvo sus mejores pasajes. Acabó de estocada honda, tendida y desprendida, dobló, lo paró el puntillero y volvió a doblar, siendo aplaudido Luis David.
Leo Valadez a su primero, que le fue protestado por falta de presencia, nada hizo con el capote. Su labor muleteril, a pesar de la constante inconformidad, tuvo buen trazo por ambos lados, pero sin repercusión en el tendido. No acertó con la espada y dividió las opiniones.
En su segundo, Valadez se mostró empeñoso con el capote. Colocó palos acompañado de Garrido y Adame para hacerse ovacionar. El quehacer de muleta de Leo ejecutó una faena de buen toreo y evidente exposición por ambos perfiles al soso, pero noble astado. Tuvo variedad, templanza y estando más que dispuesto, incluido su quehacer de rodillas y terminando así por manoletinas. Mató de pinchazo y estocada para tener petición de oreja que, de nuevo, el ínclito juez no quiso otorgar, por lo que Leo recorrió el anillo.
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