Los servidores de las plazas de toros, muchas veces heroicos y anónimos, pero que son parte esencial de la fiesta brava en todas las plazas del mundo, son los llamados “monosabios”, que se encargan de los anuncios de mano, y que forman parte de las cuadrillas.

Son los monosabios los que se hacen presentes en todos los ruedos del mundo taurino que generalmente se identifican con la vestimenta de pantalón blanco, la blusa y la gorra de color, que se encargan de toda la logística que se requiere en el ruedo, antes, durante el desarrollo y después de la corrida de toros.

Son múltiples y variadas las tareas que llevan a cabo los monosabios, que van desde poner arena en el ruedo, regarlo, dejarlo en condiciones cuando llueve, aplanar el terreno entre toro y toro, marcar los círculos concéntricos con cal, mostrar los anuncios con los nombres, números, ganadería, de cada uno de los toros, entre otras muchas actividades más, que prácticamente pasan desapercibidas o sea que se quedan en el anonimato.

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Fue en el año de 1870, en la plaza de Madrid, España, cuando surgió el grito en el tendido de parte de un espectador quien al referirse a uno de los viejos pajarillos verdeleros, exclamó “¡los monosabios!” , todo esto ante el entusiasmo, alegría y aplausos de los aficionados.

De entonces, y hasta a la fecha, así se identifica a estos actores, que son parte esencial de la más bella de todas las fiestas, que están presentes en todos los ruedos del universo taurino ni más ni menos.

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