/ domingo 3 de marzo de 2019

Edificios verdes: cuando los árboles crecen en las casas

Los balcones verdes contribuyen a aliviar los efectos del cambio climático

El cambio climático se está convirtiendo en una realidad cada vez más patente para muchos en Europa, con olas de calor y largas sequías convirtiéndose en la norma y no en la excepción durante el verano en el continente.

Para los que viven en las ciudades, las olas de calor son particularmente insoportables debido a la falta de vegetación, la contaminación del aire, coches y hormigón por todas partes. Las plantas y los árboles pueden ayudar a aliviar los efectos del cambio climático. Lo complicado es su implementación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tres cuartos de la población europea vivirá en ciudades en 2020. Los espacios verdes por sí solos no detendrán el cambio climático, advierte Matthias Braubach, de la OMS.

"Las áreas verdes de la ciudad pueden compensar una pequeña parte del problema, pero lo que realmente se necesita es un cambio completo de enfoque en ciertas áreas", señala Braubach, como por ejemplo en cuanto al transporte y la generación de energía.

Aunque quizá sólo sea una gota en el océano, los parques, prados y balcones verdes contribuyen a aliviar los efectos del cambio climático. "Mitigan el calor extremo", acota Braubach.

Las plantas proporcionan sombra y producen oxígeno. Hay una diferencia de dos a tres grados centígrados entre las zonas verdes y las urbanizadas.

El Sol de Zacatecas

Hay una diferencia de dos a tres grados centígrados entre las zonas verdes y las urbanizadas. / DPA

Arquitectos y urbanistas han estado trabajando en el asunto durante algún tiempo, experimentando con fachadas verdes, jardines en los tejados y huertos urbanos. El arquitecto italiano Stefano Boeri tiene una particular visión: quiere que árboles y casas crezcan juntos hacia el cielo. En su "Bosco Verticale", en el distrito bancario de Milán, Boeri revistió dos rascacielos con 800 árboles y 15.000 plantas.

"Traer un bosque a la ciudad es muy efectivo porque derrota al enemigo en su propio terreno", asegura el arquitecto a dpa. Después de todo, el CO2 más nocivo se produce en las ciudades y puede ser neutralizado si se añade más verdor a la urbe.

Pero el esfuerzo que implica la creación de "bosques urbanos" como el de Boeri es enorme. Los árboles tienen que ser elevados por grúas hasta los balcones. Los botánicos pasan meses calculando qué raíces crecen, dónde y cómo. Y los costes de mantenimiento son altos, incluso si Boeri no está de acuerdo con esta afirmación.

En su opinión, no es tan difícil: "Es una cuestión de sentido común", afirma. Varios de sus bosques verticales están siendo erigidos alrededor del mundo, en China y Holanda, por ejemplo. Boeri ganó el premio International Highrise Award, presentado en Fráncfort en 2014.

Distintas investigaciones demuestran la importancia de los espacios verdes urbanos para la salud. Según un documento de la Agencia Federal Alemana para la Conservación de la Naturaleza, es de esperar que se produzcan casos más extremos, como largos períodos de calor o sequía, debido a la evolución del clima.

Un consorcio de investigadores descubrió recientemente que el cambio climático está amenazando la salud de más y más personas. La revista especializada en medicina "The Lancet" informó que los residentes de las ciudades está particularmente en riesgo, y que las temperaturas en regiones densamente pobladas están aumentando de manera especialmente pronunciada.

Los esfuerzos por enverdecer las urbes también contribuyen a crear una imagen positiva de la ciudad. En Berlín, los residentes votaron en contra de la urbanización de los terrenos del antiguo aeropuerto de Tempelhof y en la zona del Ruhr los descampados industriales fueron convertidos en parques. Sin embargo, aunque muchas ciudades de Alemania son conscientes de la importancia de la cuestión, tienen dificultades para su puesta en práctica.

"Un bosque no se planta simplemente. Su desarrollo lleva décadas", observa Braubach. Un aparcamiento o un pabellón deportivo pueden construirse más rápido y tienen un efecto inmediato. Además, los parques deben ser supervisados y mantenidos. Cuando árboles caen durante tormentas causan un gran daño. Y si las áreas verdes no son mantenidas de forma adecuada pueden fácilmente convertirse en centros de tráfico de drogas u otras actividades ilegales.

Además, el desarrollo de espacios verdes en una ciudad puede llevar a la gentrificación, es decir a un aumento de los alquileres y del coste habitacional de la zona. Por eso los municipios deben crear numerosas pequeñas áreas verdes en toda la ciudad que sean accesibles a todos, sostiene Braubach.

De hecho, los que viven en el bosque vertical milanés tienen fuertes ingresos: futbolistas de los grandes clubes de Milán, diseñadores de moda o raperos con éxito.

Como residentes no tienen que hacer nada para mantener la vegetación del balcón. Su conservación y riego están centralizados. Los medios de comunicación milaneses han calculado que esto añade 1.500 euros (1.725 dólares) al coste de mantenimiento de cada apartamento.

Así, vivir de forma ecológica es un privilegio de ricos

Otra vez, Boeri discrepa. También es posible crear fachadas verdes en viviendas sociales, afirma. En Eindhoven, Holanda, se va a construir bajo su dirección el primer bosque vertical integrado en viviendas para personas de bajos ingresos y jóvenes. Todos los apartamentos de 50 metros cuadrados tendrán un árbol, 40 arbustos y cuatro metros cuadrados de terraza.

Boreli ya tiene en mente su próximo proyecto: las plantas de interior. Porque, según afirma, "el aire de los espacios cerrados es a menudo peor que el exterior".

El cambio climático se está convirtiendo en una realidad cada vez más patente para muchos en Europa, con olas de calor y largas sequías convirtiéndose en la norma y no en la excepción durante el verano en el continente.

Para los que viven en las ciudades, las olas de calor son particularmente insoportables debido a la falta de vegetación, la contaminación del aire, coches y hormigón por todas partes. Las plantas y los árboles pueden ayudar a aliviar los efectos del cambio climático. Lo complicado es su implementación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tres cuartos de la población europea vivirá en ciudades en 2020. Los espacios verdes por sí solos no detendrán el cambio climático, advierte Matthias Braubach, de la OMS.

"Las áreas verdes de la ciudad pueden compensar una pequeña parte del problema, pero lo que realmente se necesita es un cambio completo de enfoque en ciertas áreas", señala Braubach, como por ejemplo en cuanto al transporte y la generación de energía.

Aunque quizá sólo sea una gota en el océano, los parques, prados y balcones verdes contribuyen a aliviar los efectos del cambio climático. "Mitigan el calor extremo", acota Braubach.

Las plantas proporcionan sombra y producen oxígeno. Hay una diferencia de dos a tres grados centígrados entre las zonas verdes y las urbanizadas.

El Sol de Zacatecas

Hay una diferencia de dos a tres grados centígrados entre las zonas verdes y las urbanizadas. / DPA

Arquitectos y urbanistas han estado trabajando en el asunto durante algún tiempo, experimentando con fachadas verdes, jardines en los tejados y huertos urbanos. El arquitecto italiano Stefano Boeri tiene una particular visión: quiere que árboles y casas crezcan juntos hacia el cielo. En su "Bosco Verticale", en el distrito bancario de Milán, Boeri revistió dos rascacielos con 800 árboles y 15.000 plantas.

"Traer un bosque a la ciudad es muy efectivo porque derrota al enemigo en su propio terreno", asegura el arquitecto a dpa. Después de todo, el CO2 más nocivo se produce en las ciudades y puede ser neutralizado si se añade más verdor a la urbe.

Pero el esfuerzo que implica la creación de "bosques urbanos" como el de Boeri es enorme. Los árboles tienen que ser elevados por grúas hasta los balcones. Los botánicos pasan meses calculando qué raíces crecen, dónde y cómo. Y los costes de mantenimiento son altos, incluso si Boeri no está de acuerdo con esta afirmación.

En su opinión, no es tan difícil: "Es una cuestión de sentido común", afirma. Varios de sus bosques verticales están siendo erigidos alrededor del mundo, en China y Holanda, por ejemplo. Boeri ganó el premio International Highrise Award, presentado en Fráncfort en 2014.

Distintas investigaciones demuestran la importancia de los espacios verdes urbanos para la salud. Según un documento de la Agencia Federal Alemana para la Conservación de la Naturaleza, es de esperar que se produzcan casos más extremos, como largos períodos de calor o sequía, debido a la evolución del clima.

Un consorcio de investigadores descubrió recientemente que el cambio climático está amenazando la salud de más y más personas. La revista especializada en medicina "The Lancet" informó que los residentes de las ciudades está particularmente en riesgo, y que las temperaturas en regiones densamente pobladas están aumentando de manera especialmente pronunciada.

Los esfuerzos por enverdecer las urbes también contribuyen a crear una imagen positiva de la ciudad. En Berlín, los residentes votaron en contra de la urbanización de los terrenos del antiguo aeropuerto de Tempelhof y en la zona del Ruhr los descampados industriales fueron convertidos en parques. Sin embargo, aunque muchas ciudades de Alemania son conscientes de la importancia de la cuestión, tienen dificultades para su puesta en práctica.

"Un bosque no se planta simplemente. Su desarrollo lleva décadas", observa Braubach. Un aparcamiento o un pabellón deportivo pueden construirse más rápido y tienen un efecto inmediato. Además, los parques deben ser supervisados y mantenidos. Cuando árboles caen durante tormentas causan un gran daño. Y si las áreas verdes no son mantenidas de forma adecuada pueden fácilmente convertirse en centros de tráfico de drogas u otras actividades ilegales.

Además, el desarrollo de espacios verdes en una ciudad puede llevar a la gentrificación, es decir a un aumento de los alquileres y del coste habitacional de la zona. Por eso los municipios deben crear numerosas pequeñas áreas verdes en toda la ciudad que sean accesibles a todos, sostiene Braubach.

De hecho, los que viven en el bosque vertical milanés tienen fuertes ingresos: futbolistas de los grandes clubes de Milán, diseñadores de moda o raperos con éxito.

Como residentes no tienen que hacer nada para mantener la vegetación del balcón. Su conservación y riego están centralizados. Los medios de comunicación milaneses han calculado que esto añade 1.500 euros (1.725 dólares) al coste de mantenimiento de cada apartamento.

Así, vivir de forma ecológica es un privilegio de ricos

Otra vez, Boeri discrepa. También es posible crear fachadas verdes en viviendas sociales, afirma. En Eindhoven, Holanda, se va a construir bajo su dirección el primer bosque vertical integrado en viviendas para personas de bajos ingresos y jóvenes. Todos los apartamentos de 50 metros cuadrados tendrán un árbol, 40 arbustos y cuatro metros cuadrados de terraza.

Boreli ya tiene en mente su próximo proyecto: las plantas de interior. Porque, según afirma, "el aire de los espacios cerrados es a menudo peor que el exterior".

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