Sin abejas no hay polinización, sin esta se carece de alimentos para los humanos y para los animales. No obstante, la importancia de esos insectos, la Organización de las Naciones Unidas advierte que 40 por ciento de los polinizadores invertebrados, incluyendo también a las mariposas, podría estar enfrentando un momento crítico, entre otras causas por el uso de pesticidas, afirma el académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la UNAM, Tonatiuh Alejandro Cruz Sánchez.
Las abejas también son reguladoras de los ecosistemas: casi 90 por ciento, aproximadamente 308 mil especies florales silvestres, dependen parcialmente de la transferencia de polen, detalla el experto universitario.
Hay que tener una preponderancia de la abeja como especie por su contribución en la obtención de alimentos y porque incrementa el índice de reproducción de las especies florales; “esto significa que la biodiversidad aumenta”.
México forma parte del “top ten” de países exportadores de miel al ocupar el séptimo u octavo lugar; entre sus principales compradores se encuentra Alemania, donde de cada 10 kilos que se comercializan siete u ocho son de origen mexicano; su consumo per cápita es de dos kilos por año.
En contraste, en nuestra nación “la estadística no es muy grata porque se toma el equivalente a pocas cucharadas soperas anuales en promedio”, alrededor de 200 gramos.
Para Cruz Sánchez, responsable del Laboratorio de Servicio de Análisis de Propóleos, es necesario promover la conservación de las abejas y que se sepa que cuidarlas también significa consumir todos los productos de la colmena, incluida la jalea real o la cera.
Beneficios múltiples
El consumo de miel de abeja otorga beneficios a la salud; además de vitaminas complejo B, C, D y E, o antioxidantes, brinda energía. Los apicultores consumen también propóleo, jalea real y apitoxina; se nota que su salud es más estable que la de la población que no lo hace, y sus padecimientos son menos. Difícilmente llegan a tener problemas respiratorios o de artritis. Sin embargo, en México el consumo es bajo debido a la falta de difusión de las múltiples ventajas que obtenemos.
En el ámbito económico se calcula que existen en el mundo de 80 millones a 90 millones de colmenas, las cuales producían (2021-2022) en números redondos, dos millones de toneladas de miel; México produce aproximadamente 60 mil toneladas. De ellas, se exportan más de la mitad, las cuales generan 128 millones de dólares.
En nuestro país la apicultura es una fuente de ingresos y de empleos de forma directa o indirecta, principalmente en el ámbito rural. Tenemos 45 mil apicultores; 30 por ciento de la producción se concentra en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, con aproximadamente 17 mil trabajadores, incluso hay apiarios certificados, refiere Tonatiuh Cruz.
Además, las colmenas se utilizan como fuente de polinización, de acuerdo con la petición de los productores de alimentos vegetales. Las principales entidades que aprovechan esta actividad son Sinaloa Chihuahua y Coahuila; aproximadamente 140 mil colmenas se emplean con ese objetivo.
Ahora también se produce miel orgánica, característica importante por la aceptación entre los consumidores, lo que significa que está libre de insecticidas o plaguicidas. Se necesita promover educación y conciencia para reducir el uso de esas sustancias químicas y otorgar las mejores condiciones a las abejas, opina.
La recomendación, agrega, es adquirir también propóleo (en especial ante el aumento de casos de contagio de enfermedades respiratorias, como COVID); jalea real, fuente rica de proteínas; polen (con aminoácidos esenciales); y apitoxina para tratar problemas como artritis, reumatismo, osteoartritis o artritis reumatoide.
Otro producto importante es la cera de abeja, que además de utilizarse en la fabricación de velas, tiene aplicaciones médicas; por ejemplo, al agregarla en pomadas. Los usos de los productos de la colmena se han englobado con el nombre de apiterapia, subraya Cruz Sánchez.
Cabe recordar que la Cámara de Senadores declaró el 17 de agosto de 2017 como el “Día Nacional de las Abejas”, a fin de que con el apoyo del Congreso de la Unión, sociedad, organizaciones, instituciones y gobierno se reconozca y valore su importancia ambiental, social y económica, además de realizar acciones para conservar las poblaciones y asegurar la permanencia de sus servicios y productos.
Con información de UNAM
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