/ martes 5 de marzo de 2019

Alcohol y tabaco, aliados nocivos de los adolescentes

Aunque se inician más tarde, cada vez más adolescentes beben y fuman

El estudio ALSPAC, publicado en la revista “European Heart Journal” por la Sociedad Europea de Cardiología, recoge la relación entre consumo de tabaco y alcohol en adolescentes y salud cardiovascular.

Un informe de la Organización Panamericana de Salud (OPS) recoge que un 36,4 por ciento de adolescentes admite haber tenido un episodio de consumo excesivo de alcohol; en América, la mayoría de los escolares han consumido alcohol antes de los 14 años.

Según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), aunque los menores prueban las drogas cada vez más tarde, la incidencia del consumo de alcohol y tabaco se incrementó en un 13,25 por ciento y un 34,5 por ciento, respectivamente, en 2016, respecto a 2014.

En números absolutos, según esta Encuesta, un millón 160 200 adolescentes reconocieron haber tomado alcohol en 2016 y 534.900, tabaco.

El doctor Vicente Arrarte, presidente de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), evalúa los resultados de ALSPAC: “Según los datos del estudio, los jóvenes con hábitos nocivos, cuando sean mayores, tendrán más predisposición a padecer una enfermedad cardiovascular”.

El estudio ALSPAC demuestra que un mayor consumo o consumo excesivo de alcohol está asociado con un aumento de la morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular. Además, los fumadores actuales tuvieron un aumento de la rigidez arterial en comparación con los no fumadores.

ALSPAC se llevó a cabo en Reino Unido durante cinco años mediante cuestionarios en los que se analizó el consumo de alcohol y tabaco a los 13, 15 y 17 años de edad en 1.266 participantes, 425 hombres y 841 mujeres.

Los fumadores adolescentes analizados en el ensayo percibieron un aumento en su velocidad de la onda del pulso carótido-femoral (OVP), en comparación con los no fumadores.

“Esta medida es la que se utiliza para estudiar el daño arterial y la rigidez de los vasos, por lo que resulta un marcador que nos aporta información sobre la posibilidad de desarrollar enfermedad arterial de manera más precoz en comparación con el grupo no fumador”, expone el doctor Arrarte.

El cardiólogo resalta: “Uno de los puntos más significativos de este registro es que los que dejaron de fumar durante el seguimiento recuperaron su salud arterial”.

El doctor Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), pone el acento en lo siguiente: “Teniendo en cuenta que a estas edades es posible restaurar la rigidez arterial normal si se cesa el consumo, es importante tratar de hacer entender a los adolescentes cuanto antes que ser joven no le hace a uno inmune a la enfermedad cardiovascular”.

La juventud puede revertir estos problemas

Cada vez se ven más infartos en jóvenes cuyo principal problema es haber tenido el hábito del tabaquismo desde aún más jóvenes.

El estudio ALSPAC pone de manifiesto que “los estudios epidemiológicos han demostrado sistemáticamente que el consumo agudo y crónico de cigarrillos afecta negativamente a la salud vascular en la edad adulta y promueve la progresión de la arteriosclerosis”.

El doctor Arrarte expone el por qué de las conclusiones del estudio y explica por qué no es lo mismo una rigidez arterial en personas de edad avanzadas que en adolescentes:

“Cuanto más mayor es una persona, mayor deterioro arterial puede sufrir, y ese deterioro arterial es menos reversible conforme van pasando los años. En edades tempranas se ve que la arteria tiene mucha más capacidad de renovación y, si quitamos el tóxico, puede normalizarse”.

Los daños derivados del consumo de alcohol y tabaco durante la adolescencia son acumulativos y la comorbilidad que se asocia también es acumulativa. No obstante, este daño, esta rigidez que provocan los hábitos tabáquicos y de consumo del alcohol, son reversibles.

Cada vez más tarde, más gente y más cantidad

El cardiólogo reconoce que, según las estadísticas se puede hablar de cierto retraso en

el inicio del consumo de estas sustancias, pero advierte de que no hay que olvidar que se habla de adolescentes y, aunque haya habido un retroceso en el consumo de alcohol y tabaco, los porcentajes son excesivamente altos.

Aunque se inician más tarde, cada vez más adolescentes beben y fuman, según ESTUDES (Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España).

Estos hábitos conllevan un deterioro arterial que es reversible a estas edades, concluye el estudio ALSPAC, un mensaje que ofrece una ventana al optimismo si los adolescentes evitan el consumo de tabaco y alcohol.

El estudio ALSPAC, publicado en la revista “European Heart Journal” por la Sociedad Europea de Cardiología, recoge la relación entre consumo de tabaco y alcohol en adolescentes y salud cardiovascular.

Un informe de la Organización Panamericana de Salud (OPS) recoge que un 36,4 por ciento de adolescentes admite haber tenido un episodio de consumo excesivo de alcohol; en América, la mayoría de los escolares han consumido alcohol antes de los 14 años.

Según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), aunque los menores prueban las drogas cada vez más tarde, la incidencia del consumo de alcohol y tabaco se incrementó en un 13,25 por ciento y un 34,5 por ciento, respectivamente, en 2016, respecto a 2014.

En números absolutos, según esta Encuesta, un millón 160 200 adolescentes reconocieron haber tomado alcohol en 2016 y 534.900, tabaco.

El doctor Vicente Arrarte, presidente de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), evalúa los resultados de ALSPAC: “Según los datos del estudio, los jóvenes con hábitos nocivos, cuando sean mayores, tendrán más predisposición a padecer una enfermedad cardiovascular”.

El estudio ALSPAC demuestra que un mayor consumo o consumo excesivo de alcohol está asociado con un aumento de la morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular. Además, los fumadores actuales tuvieron un aumento de la rigidez arterial en comparación con los no fumadores.

ALSPAC se llevó a cabo en Reino Unido durante cinco años mediante cuestionarios en los que se analizó el consumo de alcohol y tabaco a los 13, 15 y 17 años de edad en 1.266 participantes, 425 hombres y 841 mujeres.

Los fumadores adolescentes analizados en el ensayo percibieron un aumento en su velocidad de la onda del pulso carótido-femoral (OVP), en comparación con los no fumadores.

“Esta medida es la que se utiliza para estudiar el daño arterial y la rigidez de los vasos, por lo que resulta un marcador que nos aporta información sobre la posibilidad de desarrollar enfermedad arterial de manera más precoz en comparación con el grupo no fumador”, expone el doctor Arrarte.

El cardiólogo resalta: “Uno de los puntos más significativos de este registro es que los que dejaron de fumar durante el seguimiento recuperaron su salud arterial”.

El doctor Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), pone el acento en lo siguiente: “Teniendo en cuenta que a estas edades es posible restaurar la rigidez arterial normal si se cesa el consumo, es importante tratar de hacer entender a los adolescentes cuanto antes que ser joven no le hace a uno inmune a la enfermedad cardiovascular”.

La juventud puede revertir estos problemas

Cada vez se ven más infartos en jóvenes cuyo principal problema es haber tenido el hábito del tabaquismo desde aún más jóvenes.

El estudio ALSPAC pone de manifiesto que “los estudios epidemiológicos han demostrado sistemáticamente que el consumo agudo y crónico de cigarrillos afecta negativamente a la salud vascular en la edad adulta y promueve la progresión de la arteriosclerosis”.

El doctor Arrarte expone el por qué de las conclusiones del estudio y explica por qué no es lo mismo una rigidez arterial en personas de edad avanzadas que en adolescentes:

“Cuanto más mayor es una persona, mayor deterioro arterial puede sufrir, y ese deterioro arterial es menos reversible conforme van pasando los años. En edades tempranas se ve que la arteria tiene mucha más capacidad de renovación y, si quitamos el tóxico, puede normalizarse”.

Los daños derivados del consumo de alcohol y tabaco durante la adolescencia son acumulativos y la comorbilidad que se asocia también es acumulativa. No obstante, este daño, esta rigidez que provocan los hábitos tabáquicos y de consumo del alcohol, son reversibles.

Cada vez más tarde, más gente y más cantidad

El cardiólogo reconoce que, según las estadísticas se puede hablar de cierto retraso en

el inicio del consumo de estas sustancias, pero advierte de que no hay que olvidar que se habla de adolescentes y, aunque haya habido un retroceso en el consumo de alcohol y tabaco, los porcentajes son excesivamente altos.

Aunque se inician más tarde, cada vez más adolescentes beben y fuman, según ESTUDES (Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España).

Estos hábitos conllevan un deterioro arterial que es reversible a estas edades, concluye el estudio ALSPAC, un mensaje que ofrece una ventana al optimismo si los adolescentes evitan el consumo de tabaco y alcohol.

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