A Claudia ninguna autoridad de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) le creyó, presuntamente el ex director de la Unidad Académica de Medicina Humana y Ciencias de la Salud, Vicente Ortega Cisneros, conocía la situación y nunca dijo nada.
“Me decía que estaba muy guapa, que tenía buen cuerpo, que el pantalón se veía muy pegado, el día que llevé vestido se pasó la mano por la boca y sacó la lengua, fue muy horrible para mí, me di cuenta, todo el salón se dio cuenta, nos decía que estaban muy bonitas nuestras piernas”.
El presunto docente responsable Jaime Humberto, ahora jubilado, impartía la materia de bioquímica.
Entre las y los mismos estudiantes se comentaba de una práctica “común” al cambiar de semestre “que cada semestre se encargaba de escoger a una muchacha de cada salón, yo al principio creí que era broma”.
Al comenzar el semestre “era yo la persona que digamos había elegido, yo no entendía por qué”.
Según su testimonio, dijo que conforme pasaba el semestre el docente “hacía comentarios muy grotescos hacia mí, al principio no me incomodaba, sabía que varios doctores son muy pesados, después de los comentarios me lo encontraba por los pasillos, me saludaba y me tocaba”.
Dijo que en diversas ocasiones el docente llegó a pedirle disculpas sobre su comportamiento, sin embargo, lo seguía haciendo, incluso sus compañeros se llegaron a dar cuenta de estas situaciones.
Al finalizar el semestre “me doy cuenta que repruebo uno de sus exámenes, aún cuando yo nunca había reprobado y me manda directo a extraordinario”.
Manifestando que el docente le solicitó terminar la relación amorosa con su pareja de aquel entonces y ya después “hablábamos de la calificación, yo no podría creerlo y esto lo hizo en frente de todos mis compañeros”. El examen lo reprobó, mencionando que al solicitar revisión del mismo le fue negado, reiterándole que sabía de qué manera podría pasar el semestre.
“Yo ya no quería repetir semestre con él, estaba cansada”.
Dijo que cuando el docente se percató que se había entregado un documento a la Dirección de la Unidad Académica solicitando apoyo por parte de las autoridades sobre su caso “ya me trataba con odio, todo era odio”, indicando que, al cursar nuevamente la materia, la volvió a reprobar.
“En la UAZ al reprobar dos veces la misma materia es baja definitiva, tuve que darme de baja y salirme de la escuela”.
Exhorta a las autoridades para creer en la voz de las estudiantes y que no se tomen a juego las denuncias.
“Uno piensa que vas a la universidad y vas a estar segura, pero hasta los propios maestros te acosan, yo les diría a las chavas que no tengan miedo, si somos muchas y nos unimos podremos con esto”
El caso de Alejandra lo han vivido varias estudiantes en una unidad preparatoria, el docente incluso cuando realizaban actividades de la materia la ponía de ejemplo, diciendo “Alejandra se mueve sabrosote” o “no le conocíamos esas partes a las compañeras” (al traer falda).
En una ocasión “me abraza, me dice que a él le vale madre que mi novio se ponga celoso”.
Cierto día le faltó entregar un trabajo de la materia, por lo que le solicitó verlo para podérselo dar, él le dijo que la veía en el salón de clases, al llegar “me dijo que bonita me veía que sí me había arreglado para irlo a ver a él”.
Comentarios como “estás desperdiciando muchas oportunidades por tener novio, que a mi edad yo no debería tener relaciones con otras personas, o formalizar algo porque perdía oportunidades, a las compañeras le habla de chiquita o hermosa”.
Aumenta de poco a poco
En días pasados la coordinadora de Igualdad de la UAZ Leticia Torres, informó sobre más de 20 casos denunciados por alumnas al interior de la institución, a la fecha suman casi 70 casos, que se han recabado a través de diversas colectivas de mujeres en Zacatecas quienes han manifestado otorgar acompañamiento y asesoramiento jurídico para poder levantar sus denuncias de manera formal.
Integrantes de la Colectiva 8M exhortan a las autoridades de la máxima casa de estudios del estado agilicen del Protocolo de Atención a las Violencias de la Universidad.
Los nombres de los testimonios fueron cambiados por protección y seguridad de las denunciantes.
