/ jueves 25 de julio de 2019

La historia de Sara; una niña con autismo

Sara va a la escuela como cualquier niña y acude a clases de taekwondo

Zacatecas, Zac.- El rechazo hace daño a la autoestima de todas las personas, el autismo no será un problema, tampoco un impedimento para la vida adulta de Sara, una niña de ocho años que padece esta afección neurológica.

Pilar Pino Acevedo, mamá de Sara, dice que el mayor reto es lograr que su pequeña realice sus actividades de manera cotidiana, lograr que tenga mayor flexibilidad y verla feliz, a pesar de que ha sido discriminada “por ser diferente”.

Cuando Sara cumplió seis meses de edad, comenzó a presentar ataques epilépticos, los neurólogos determinaban que tenía inmadurez.

“La primera vez fue un susto feo, ella gritó y se puso azul”.

Sin embargo, fue hasta que acudieron a la Ciudad de México en donde se le canalizó a un centro de neurodesarrollo en donde finalmente fue diagnosticada con el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

“Ya me fue más fácil, porque al saber lo qué tenía me enfoqué en investigar y a realizar las cosas”.

Actualmente Sara va a la escuela de manera normal, acude a clases de taekwondo tres veces por semana, en donde su educación se basa en el respeto y la tolerancia, su madre enfatizó que como todas las niñas y niños tiene sus puntos fuertes y débiles, y resulta lamentable escuchar comentarios negativos sobre su hija pues nadie los merece.

Las personas con autismo -expuso Pilar Pino- tienen dificultades con la comunicación, el lenguaje y las habilidades sociales por lo que les cuesta hacer amigos, pero cuando lo hacen “son para siempre”.

Pilar Pino Acevedo relató que hay que hablar con Sara de manera clara, no muy alto y siempre de frente y, aunque en ocasiones no responde “no quiere decir que no escuche”, y cuando no puede decir las cosas que le molestan o causan temor las expresa mediante ruidos o cantando en voz alta, de igual manera se suele poner nerviosa cuando se encuentra en un lugar con muchas personas o a las que no conoce.

Pilar ha sacado adelante a Sara, y aunque ha sido un proceso complejo deja en claro que es necesario trabajar con amor, pero sobre todo con paciencia y tolerancia, su meta diaria es verla feliz.

Sara pertenece a las 104 niñas y niños parte de la Asociación Civil Trabajando la Esperanza por el Autismo en Zacatecas (TEAZ), conformada por más de 60 familias.

Zacatecas, Zac.- El rechazo hace daño a la autoestima de todas las personas, el autismo no será un problema, tampoco un impedimento para la vida adulta de Sara, una niña de ocho años que padece esta afección neurológica.

Pilar Pino Acevedo, mamá de Sara, dice que el mayor reto es lograr que su pequeña realice sus actividades de manera cotidiana, lograr que tenga mayor flexibilidad y verla feliz, a pesar de que ha sido discriminada “por ser diferente”.

Cuando Sara cumplió seis meses de edad, comenzó a presentar ataques epilépticos, los neurólogos determinaban que tenía inmadurez.

“La primera vez fue un susto feo, ella gritó y se puso azul”.

Sin embargo, fue hasta que acudieron a la Ciudad de México en donde se le canalizó a un centro de neurodesarrollo en donde finalmente fue diagnosticada con el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

“Ya me fue más fácil, porque al saber lo qué tenía me enfoqué en investigar y a realizar las cosas”.

Actualmente Sara va a la escuela de manera normal, acude a clases de taekwondo tres veces por semana, en donde su educación se basa en el respeto y la tolerancia, su madre enfatizó que como todas las niñas y niños tiene sus puntos fuertes y débiles, y resulta lamentable escuchar comentarios negativos sobre su hija pues nadie los merece.

Las personas con autismo -expuso Pilar Pino- tienen dificultades con la comunicación, el lenguaje y las habilidades sociales por lo que les cuesta hacer amigos, pero cuando lo hacen “son para siempre”.

Pilar Pino Acevedo relató que hay que hablar con Sara de manera clara, no muy alto y siempre de frente y, aunque en ocasiones no responde “no quiere decir que no escuche”, y cuando no puede decir las cosas que le molestan o causan temor las expresa mediante ruidos o cantando en voz alta, de igual manera se suele poner nerviosa cuando se encuentra en un lugar con muchas personas o a las que no conoce.

Pilar ha sacado adelante a Sara, y aunque ha sido un proceso complejo deja en claro que es necesario trabajar con amor, pero sobre todo con paciencia y tolerancia, su meta diaria es verla feliz.

Sara pertenece a las 104 niñas y niños parte de la Asociación Civil Trabajando la Esperanza por el Autismo en Zacatecas (TEAZ), conformada por más de 60 familias.

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