Zacatecas, Zac.- Los sacerdotes de Zacatecas han sufrido asaltos, pero lo más común han sido las extorsiones telefónicas, admitió el obispo de la Diócesis, Sigifredo Noriega Barceló, quien aseguró que “yo quisiera tener una varita mágica para decir: esto es lo que tenemos que hacer, y que ya no hubiera violencia”.
Indicó que en cuanto a las extorsiones se han tomado ya las debidas precauciones, en cuanto a lo que las autoridades dicen de protocolos, lo que tienen que hacer en cuanto a extorsión telefónica y eso es lo que ha prevalecido.
Dijo que muchos de los extorsionadores se hacen pasar como si fueran jefes de tal o cual grupo delincuencial, pero son engaños, lo que quieren es dinero.
Lo otro, al menos de lo que se sabe, son episodios de años pasados.
En cuanto al robo de arte sacro hace rato que no se da, pero sí robos a ciertos templos en ciertos momentos en los que ha habido problemas, en Catedral lo hubo hace alrededor de un año, ya se tomaron las medidas necesarias, hay vigilancia electrónica y se aumentaron las medidas, antes de salir de Catedral se tiene que revisar todo, lo que ha llevado a observar ciertos protocolos de la misma seguridad y que han sido sugeridos por ciertas autoridades.
El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, llamó a no perder la esperanza de que esto se tiene que detener, y se tienen que buscar las mejores estrategias, se tiene que detener, “el mal solamente se vence con el bien”.
Dijo estar muy consternado por el asesinato del hermano actual alcalde de Fresnillo, Javier Torres, y porque este tipo de situaciones se sigan repitiendo.
Consideró que esto ya son consecuencias de algo que no hemos hecho bien o de algo que hemos dejado de hacer.
Dijo que la pregunta es la misma, por qué el mal, por qué la maldad, por qué fácilmente, hoy en nuestro tiempo, la maldad anida en el corazón y todavía de gente muy joven.
Eso, por una parte, nos lleva a la reflexión, a la compasión, también de momento uno se siente impotente, pero no puede ser más fuerte el mal que el bien.
Y aquí después de lo que hemos dejado de hacer, que no hemos Evangelizado, que no hemos educado bien, y la sociedad en cuanto al ambiente, es un ambiente demasiado fácil, que deja prevalecer ese afán de poder, y si esto no tiene bases sólidas, humanas, éticas, religiosas, está ocasionando este tipo de violencia.
Lo primero es no perder la esperanza de que esto se tiene que detener, y se tienen que buscar las mejores estrategias.
Pero también la cuestión preventiva, lo que se tiene que hacer para evitar que suceda, porque dice la gente cuando te toca, te toca, hay cosas que se tienen que evitar, en lo que está de nuestra parte.
Indicó que les ha dicho a los sacerdotes que no tienen nada que andar haciendo en la noche en carretera, y hay que tomar precauciones, muchas, y a mediano plazo es cuestión de educación revisar los marcos formativos a todos los niveles escolares y hay que incluir, necesariamente, la ética, porque no se puede crecer así nada más, sin principios, sin valores éticos y morales, no se puede crecer.
En lo que está de la parte de la iglesia, se tiene que afianzar muy bien lo que es la catequesis, como un acompañamiento más sólido, más cercano, y necesariamente se tiene que acompañar a las familias, las mamás y los papás de los niños, al mismo tiempo que reciben su catequesis, ellos también tienen que hacerlo, es todo un conjunto, que ojalá se vaya ampliando con escuelas para padres, que ya las hay, pero se necesita mucho, mucho más, sumarse todas las instituciones.
Anoche yo me acosté enojado, tengo que confesarlo, acostumbro ver algún noticiero en la televisión y era pura sangre, dije, mira, lo que antes nada más se reservaba para ciertas revistas de sangre, ahora programas, noticieros de televisión, qué es lo que está acentuando que es lo único que hay.
No se trata de ocultar las realidades, pero también se tiene que pensar que el mal solamente se vence con el bien, y hay que equilibrarle.
Hay que dar noticias también que animen, no que desanimen.
