/ lunes 16 de mayo de 2022

Consejo de Crisis Climática OEM: Crisis de agua debe ser tema de seguridad nacional

Uno de cada tres mexicanos vive sin líquido para consumo humano y dos terceras partes del país están en zonas áridas

La crisis del agua debe ser un asunto de seguridad nacional, pero también del mundo porque es claro que se trata de un recurso finito que se está acabando, advirtieron especialistas en la quinta sesión del Consejo de Crisis Climática de la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Presidido por Martha Ramos, directora general editorial de la OEM, el Consejo abordó los riesgos que representa la falta del recurso en ciudades como Monterrey, cuyos habitantes han enfrentado en las últimas semanas constantes cortes de agua ante la sequía de las tres principales presas del estado, o el Valle de México que concentra el mayor estrés hídrico de todo el país.

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Los expertos coincidieron en que existe una enorme irresponsabilidad de parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador al vulnerar una de las pocas reservas acuíferas de agua dulce que tiene el país, con la construcción del Tren Maya.

Denunciaron un serio problema de falta de inversión federal en infraestructura para garantizar el suministro del agua a los mexicanos ya que los recursos públicos se han concentrado en proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas y la construcción del Tren Maya.

“Creemos que no es necesario derogar la Ley de Aguas Nacionales, como se ha planteado, sino comprometerse con una mayor inversión pública en infraestructura”, afirmó Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.

Por su parte, Eduardo Vázquez, director ejecutivo de Agua Capital, destacó que la falta de agua se ha convertido además en un problema de equidad en el país ya que está demostrado que, en su mayoría, son las mujeres quienes deben trasladarse para conseguir el recurso natural, lo que les resta oportunidad de realizar actividades productivas. También fomenta el ausentismo escolar.

Vázquez recordó que, por razones geográficas, dos terceras partes del país se ubican en zonas áridas o semiáridas, y que sólo 58 por ciento de los mexicanos tiene agua en su casa. Además, una de cada tres personas vive sin agua potable en el país.

Destacó que la Ciudad de México es la zona de la República con mayor estrés hídrico, fomentado por malas decisiones que se han tomado en la gestión del agua. Esto ha provocado la desecación de los lagos y una sobre explotación ya que se extrae más del doble del líquido del que se recarga de manera natural, al tiempo de que es cada vez más difícil el acceso a nuevas fuentes de abastecimiento.

Por si eso fuera poco, el especialista aseguró que en el Valle de México ya se explotan pozos a mil 200 metros de profundidad, lo cual tiene retos financieros, tecnológicos y de potabilización dado que el agua en esa zona es particularmente fósil.

“En este contexto, 26 por ciento de la población del Valle de México no recibe agua suficiente, 15 por ciento no cuenta con suministro de agua diario y 1.8 millones de personas se surten por tandeo”, agregó.

Asimismo, advirtió que la vida útil de las tuberías que conforman la red de distribución del agua, estimadas en más de 26 mil kilómetros de extensión, está superada por más de cincuenta años, lo que se refleja en fugas y tomas clandestinas.

“En términos de inversiones, se estiman que se requieren 270 mil millones de pesos en 50 años como mínimo”, subrayó.

Los expertos que participaron en el Consejo coincidieron también en que es indispensable contar con herramientas y políticas adecuadas para adaptarse a los efectos del cambio climático, conservar y restaurar las áreas naturales, así como hacer vigente el derecho humano al agua y lograr la participación ciudadana como un elemento esencial para mejorar el consumo del líquido vital.

Aunque consideraron que programas como el de cosecha de lluvia son una alternativa necesaria y eficiente, no es la única. “En una dimensión urbana, el reto del acceso al agua en calidad y cantidades necesarias requiere un enfoque de múltiples acciones como infraestructura verde”, afirmó Vázquez.

Para Francisco Ayala, activista socioambiental y consejero permanente de la OEM, lo que hay que cambiar es la relación que el ser humano tiene con el agua y dejarla de ver como una mercancía más.

Durante su participación, explicó que la cantidad de agua que hay en el planeta es la misma desde que apareció en la Tierra y que es su calidad la que ha cambiado. “Lo que debemos hacer es volver a retornar cómo podemos mejorar su calidad y la buena noticia es que existen los procesos para hacerlo, pero no hemos puesto el foco en eso”, afirmó.

Recomendó la utilización del agua de mar como regeneradora de ecosistemas, una práctica que ya se emplea en países de la región como Chile y que, dijo, ya se debería estar estudiando en nuestro país.

Jorge Alberto Arriaga Medina, maestro en Tecnología Ambiental con orientación en gestión de recursos hídricos, coincidió en que debe existir una corresponsabilidad entre la sociedad civil y las autoridades responsables del manejo del agua en el país.

“No nos queda claro a la ciudadanía ni el problema ni el manejo del agua porque estamos muy acostumbrados a pagar por la televisión por cable, pero no por el agua y hay que entender el papel que tenemos como sociedad en el este problema”, dijo.

En el Consejo también participaron Aurelién Guilabert, activista, politólogo y maestro en Gestión de Proyectos y Cooperación Internacional por la Universidad de Sciences Po y Sandra Guzmán, especialista en desarrollo bajo en carbono y financiamiento climático.



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Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music

La crisis del agua debe ser un asunto de seguridad nacional, pero también del mundo porque es claro que se trata de un recurso finito que se está acabando, advirtieron especialistas en la quinta sesión del Consejo de Crisis Climática de la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Presidido por Martha Ramos, directora general editorial de la OEM, el Consejo abordó los riesgos que representa la falta del recurso en ciudades como Monterrey, cuyos habitantes han enfrentado en las últimas semanas constantes cortes de agua ante la sequía de las tres principales presas del estado, o el Valle de México que concentra el mayor estrés hídrico de todo el país.

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Los expertos coincidieron en que existe una enorme irresponsabilidad de parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador al vulnerar una de las pocas reservas acuíferas de agua dulce que tiene el país, con la construcción del Tren Maya.

Denunciaron un serio problema de falta de inversión federal en infraestructura para garantizar el suministro del agua a los mexicanos ya que los recursos públicos se han concentrado en proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas y la construcción del Tren Maya.

“Creemos que no es necesario derogar la Ley de Aguas Nacionales, como se ha planteado, sino comprometerse con una mayor inversión pública en infraestructura”, afirmó Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.

Por su parte, Eduardo Vázquez, director ejecutivo de Agua Capital, destacó que la falta de agua se ha convertido además en un problema de equidad en el país ya que está demostrado que, en su mayoría, son las mujeres quienes deben trasladarse para conseguir el recurso natural, lo que les resta oportunidad de realizar actividades productivas. También fomenta el ausentismo escolar.

Vázquez recordó que, por razones geográficas, dos terceras partes del país se ubican en zonas áridas o semiáridas, y que sólo 58 por ciento de los mexicanos tiene agua en su casa. Además, una de cada tres personas vive sin agua potable en el país.

Destacó que la Ciudad de México es la zona de la República con mayor estrés hídrico, fomentado por malas decisiones que se han tomado en la gestión del agua. Esto ha provocado la desecación de los lagos y una sobre explotación ya que se extrae más del doble del líquido del que se recarga de manera natural, al tiempo de que es cada vez más difícil el acceso a nuevas fuentes de abastecimiento.

Por si eso fuera poco, el especialista aseguró que en el Valle de México ya se explotan pozos a mil 200 metros de profundidad, lo cual tiene retos financieros, tecnológicos y de potabilización dado que el agua en esa zona es particularmente fósil.

“En este contexto, 26 por ciento de la población del Valle de México no recibe agua suficiente, 15 por ciento no cuenta con suministro de agua diario y 1.8 millones de personas se surten por tandeo”, agregó.

Asimismo, advirtió que la vida útil de las tuberías que conforman la red de distribución del agua, estimadas en más de 26 mil kilómetros de extensión, está superada por más de cincuenta años, lo que se refleja en fugas y tomas clandestinas.

“En términos de inversiones, se estiman que se requieren 270 mil millones de pesos en 50 años como mínimo”, subrayó.

Los expertos que participaron en el Consejo coincidieron también en que es indispensable contar con herramientas y políticas adecuadas para adaptarse a los efectos del cambio climático, conservar y restaurar las áreas naturales, así como hacer vigente el derecho humano al agua y lograr la participación ciudadana como un elemento esencial para mejorar el consumo del líquido vital.

Aunque consideraron que programas como el de cosecha de lluvia son una alternativa necesaria y eficiente, no es la única. “En una dimensión urbana, el reto del acceso al agua en calidad y cantidades necesarias requiere un enfoque de múltiples acciones como infraestructura verde”, afirmó Vázquez.

Para Francisco Ayala, activista socioambiental y consejero permanente de la OEM, lo que hay que cambiar es la relación que el ser humano tiene con el agua y dejarla de ver como una mercancía más.

Durante su participación, explicó que la cantidad de agua que hay en el planeta es la misma desde que apareció en la Tierra y que es su calidad la que ha cambiado. “Lo que debemos hacer es volver a retornar cómo podemos mejorar su calidad y la buena noticia es que existen los procesos para hacerlo, pero no hemos puesto el foco en eso”, afirmó.

Recomendó la utilización del agua de mar como regeneradora de ecosistemas, una práctica que ya se emplea en países de la región como Chile y que, dijo, ya se debería estar estudiando en nuestro país.

Jorge Alberto Arriaga Medina, maestro en Tecnología Ambiental con orientación en gestión de recursos hídricos, coincidió en que debe existir una corresponsabilidad entre la sociedad civil y las autoridades responsables del manejo del agua en el país.

“No nos queda claro a la ciudadanía ni el problema ni el manejo del agua porque estamos muy acostumbrados a pagar por la televisión por cable, pero no por el agua y hay que entender el papel que tenemos como sociedad en el este problema”, dijo.

En el Consejo también participaron Aurelién Guilabert, activista, politólogo y maestro en Gestión de Proyectos y Cooperación Internacional por la Universidad de Sciences Po y Sandra Guzmán, especialista en desarrollo bajo en carbono y financiamiento climático.



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