El conservador Partido Popular (PP) inició conversaciones con otros partidos para buscar su apoyo y liderar un nuevo gobierno, mientras que el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) dijo que quería evitar la repetición de los comicios después de que las elecciones terminaran con un parlamento sin mayorías.
El presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y su rival conservador, Alberto Núñez Feijóo, dieron los primeros pasos ayer para resolver el rompecabezas de la formación de un gobierno, aunque la cuarta economía europea parecía encaminada hacia un bloqueo político luego de que el domingo, desafiando todos los sondeos que auguraban su debacle, Sánchez lograra limitar el avance de la derecha.
Recomendado para ti: Guatemala: agoniza sistema democrático
Ambos candidatos reunieron a sus partidos ayer para debatir las estrategias y las posibles alianzas.
El rey Felipe VI iniciará después del 17 de agosto una ronda de consultas con los partidos para formar gobierno.
El PP de Feijóo fue el ganador con 136 escaños de un total de 350 en el Congreso de los Diputados, mientras que el partido de extrema derecha Vox, su único aliado potencial, consiguió 33. Sin embargo, suman sólo 169 escaños, lejos de la mayoría absoluta de 176 para formar gobierno.
“He iniciado las conversaciones teniendo en cuenta que los españoles han decidido no dar a nadie la mayoría absoluta”, dijo Feijóo, y añadió: “No seremos rehenes de nadie”.
El PP será el primer partido en intentar reunir los votos en el Parlamento para formar gobierno. Pero un acuerdo con el ultraderechista Vox y su dura postura frente al independentismo dificultarán el apoyo de cualquier otra facción.
Vox perdió escaños, lo que aleja de un primer gobierno nacionalista de línea dura desde la dictadura del general Francisco Franco y pone de manifiesto las limitaciones de la apuesta de la ultraderecha europea por llegar a las instituciones.
Del otro lado, el PSOE obtuvo 122 escaños y Sumar, su aliado de izquierda radical, 31, pero ambos se hallan en mejor posición de conseguir el apoyo de partidos regionalistas vascos y catalanes, como ya hizo tras las elecciones de 2019.
Ante esta perspectiva, el independentista catalán Carles Puigdemont se ha convertido en un protagonista inesperado, ya que su formación podría ser clave. Sánchez necesitaría la decisiva abstención de los siete diputados logrados por Junts per Catalunya (JxCat), la formación fundada por Puigdemont.
Tras conocerse los resultados, las miradas se posaron en Bélgica donde -para esquivar la justicia española- reside el expresidente regional catalán desde el intento fallido de secesión en 2017.
El vicepresidente de JxCat, Josep Rius, reafirmó que su formación sólo negociará una eventual investidura de Sánchez sobre la base de la “autodeterminación y amnistía” y retó al Partido Socialista a hacer una propuesta para “desbloquear el conflicto entre Cataluña y España”.
Encuestas en la mira
El inesperado resultado electoral también puso en la mira a la mayoría de las empresas encuestadoras que anunciaban una victoria fácil del bloque de derecha y la caída de Pedro Sánchez, que no se dio al ganar 14 escaños más que los que le daban la mayoría de los sondeos.
Expertos consideraron que ninguna fue capaz de medir la absorción del voto útil de los nacionalistas, especialmente en el País Vasco y Cataluña, por parte del PSOE, la sobrerrepresentación del PP ni la reacción de los electores a Vox tras aplicar sus primeras políticas en los gobiernos locales y autonómicos donde ganó en los elecciones municipales de mayo, especialmente en materia de igualdad.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
“Hubo un voto para evitar las consecuencias de la alianza PP-Vox”, afirmó el instituto Metroscopía a El Confidencial.
Con información de EFE, Reuters y AFP