En muchas ocasiones se ha enfatizado acerca de la participación de la sociedad civil como determinante en el actual proceso electoral 2024, sin embargo, si se observa con detención y análisis responsable, se tiene que señalar que se trata de mera retórica, una falacia más entre las ofertas y promesas electorales, simulación que solo pretende impresionar para dar sentido y valor al perfeccionamiento de la vida democrática, que nomás no avanza y como todo en los proyectos de desarrollo, está estancada e incluso en riesgos de retroceso.
Esta inocultable realidad está solo en el discurso de todos los partidos y sus aspirantes a candidaturas, dirigencias y actores políticos en los partidos están más metidos en asegurar espacios de poder a través de orientar decisiones de selectividad sobre posibles candidatos, con protección a los intereses y ambiciones personales y de los grupos enquistados en los cuadros directivos o sectores y que no son otra cosa más que los mismos rostros, solo matizados o rasurados, para solo reproducir la irresponsabilidad del engaño, la repetición demagógica y reiteración de los compromisos que no van a cumplir, porque son objetivos inviables o inalcanzables.
Desde las fuerzas política impulsoras de Xóchitl Gálvez Ruiz, mucho se ha insistido en las expresiones de la sociedad civil, pero resultan inciertas o artificiosas, un mito con el que se impresiona para que se advierta involucración ciudadana en la planeación del desarrollo. En el Partido Revolucionario Institucional se han concentrado en el fortalecimiento estructural y Carlos Peña Badillo se ha lanzado por todos los municipios para renovar comités municipales y sectoriales e incluso el consejo estatal; Verónica Alamillo Ortiz todavía no sabe dónde está sentada y estirada por Marko Cortés Mendoza, el dirigente nacidóndedel PAN, exhibe la gran ausencia de la sociedad en apoyo de su partido y del Frente Amplio Opositor.
En el Partido de la Revolución Democrática, aunque sea mucha la voluntad política de integración de su diezmada fuerza, no tienen firmes enlaces hacia la sociedad, de manera que desarrollar por esos partidos el cobijo a su estrategia por la sociedad civil, es una gran mentira. Ojalá que fuera realidad, sea entre la oposición y los partidos en el poder, pero lo cierto es que, aunque interesada la sociedad en el proceso, todos indica que no lo hará con los partidos y sí ante las urnas y sin duda alguna, su decisión será determinante para promover cambios gubernamentales y legislativos o dar continuidad a las transformaciones que se han trazado Morena y sus aliados del PT y Verde Ecologista.
Personajes como Catalina "Caty" Monreal Pérez y su Asociación Civil "Rosa mexicano" lleva tiempo en firme crecimiento organizacional de mujeres empoderadas y con liderazgo de izquierda, que sí son factor de participación real en el proceso electoral; Cuauhtémoc Calderón Gálvez, coordinador del movimiento Xochilovers, que ayer promovió y realizó la llamada Caravana de la Sociedad Civil Fuerza Rosa, es apenas un evento inicial que tendrá que lograr aceptación; Arnulfo Joel Correa Chacón, líder del Frente Cívico Nacional en Zacatecas, por más esfuerzos que hace no cuenta con el respaldo de liderazgos definidos y decididos. Aún con estas expresiones, se puede asegurar que la sociedad civil está ausente del proceso electoral, no se ven hechos, solo dichos.