El que hayan renunciado 153 candidatas a puestos de elección popular como a presidencias municipales, diputaciones locales, regidurías y sindicaturas, como así lo anunció el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, en un escenario democrático como el actual, es motivo para proceder a un análisis profundo sobre las causas, que aunque en lo general fueron señaladas como motivos personales, se puede advertir prevalecen factores de inequidad, desigualdad, discriminación, hasta las amenazas de violencia de género, política o física, que son inaceptables y reprobables en una cultura de pluralidad ideológica y diversidad social que caracteriza a nuestra democracia.
Resulta destacable que, al cierre del registro de candidaturas locales, de un total de 9 mil 398 que se apuntaron ante el IEEZ, 5 mil 287 fueron mujeres, es decir, una cifra que representa el 56.2 por ciento, mil 176 más las mujeres, registros que cerraron el 31 de marzo.
La campañas electorales locales para elección de 30 diputaciones y 58 ayuntamientos, apenas ayer cumplieron 15 días o sea, faltan 45 días a la jornada y ha sido notable que las coberturas informativas más se llenan con el activismo de mujeres candidatas que sustentan perfiles profesionales, culturales e intelectuales de relevancia, cualidades que influyen en la comunicación política de ellas con la gente, con los ciudadanos a los que buscan convencer y conquistar su voto ante las urnas, esto un vigoroso fenómeno de cambio y transformación en la vida política y democrática, porque las mujeres actúan con más prudencia, racionalidad, veracidad y compromisos en sus discursos.
Entre las mujeres en la contienda se notan más los rostros frescos y el discurso renovador, contrastan con los candidatos hombres ya más correteados, experimentados y avezados en las estrategias o intrigas políticas para vencer a los adversarios, no así las damas que operan con extrema sensibilidad, inspiran mayor confianza y credibilidad, conviven con más cercanía con la gente en sus comunidades y las familias o los hogares, es decir, se meten hasta la cocina y más se adentran en la conciencia ciudadana y de la población en general que las recibe con más calor humano y más receptividad.
En el escenario federal, las candidatas al Senado, Verónica Díaz Robles, Claudia Anaya Mota y María Teresa Villegas Santillán se mueven con empatía, confiabilidad, franqueza, sinceridad, hasta con afectos y cariño que cautivan. Comportamientos así se observan en las jornadas por los municipios de las candidatas Julia Olguín Serna, Soledad Luévano Cantú, Norma Castorena, Carolina Dávila Ramírez, Verónica Rivera, Ramírez, Elvira Quintero Fernández; o las candidatas a diputadas locales Lyndiana Bugarín, Fernanda Miranda, Susana Barragán, Estefanía "Fany" Méndez Rodriguez, Ruth Calderón Babún, Imelda Mauricio, Maribel Villalpando o Violeta Cerrillo Ortiz, entre otras como candidatas a las alcaldías.
Así pues, las mujeres en el actual proceso electoral, no solo son mayoría en el padrón electoral, sino que también son las más en las candidaturas federales y locales, las que tienen capacidad y aptitudes, voluntad, pasión, vocación y compromisos con la ciudadanía, para más efectivamente elevar la cultura democrática y hacer posibles batallas electorales caracterizadas por el respeto, propuestas y la legalidad.
