Para éstos momentos, consecuencia, efectos e impactos del debate de anoche entre los candidatos presidenciales Claudia Sheinbaum Pardo, Xóchitl Gálvez Ruíz y Jorge Álvarez Máynez, más la movilización de la "marea rosa" en el Zócalo y calles aledañas allá en la Ciudad de México y en más de 60 ciudades del país, y cuando solo faltan 13 días para la fecha electoral del domingo 2 de junio, se mantiene la ventaja de Morena y sus aliados y en la coalición PRI, PAN y PRD y el Partido Movimiento Ciudadano, aunque acortan distancias, más de notan las franjas de los ciudadanos indecisos, indiferentes o que no definen preferencias, porque advierten complejidad en el escenario, al insistir los candidatos en la degradante confrontación, que anteponen ante la clarificación de sus propuestas que han de motivar al ciudadano.
De hoy al 29 de mayo, el cierre de campañas, sin duda serán dos semanas colmadas de tensiones y pasiones desbordadas entre las fuerzas en la competencia electoral, las presiones insistirán tras una probable declinación, la perniciosa injerencia o intervención, sea del Presidente o desde el Poder Judicial, aumentará para generar conflictividad e intentar romper la equidad e imparcialidad, lo que parece indicar la intención de producir inestabilidad, más que la que provocan la violencia e inseguridad en algunas regiones del país y focos bien localizados en el estado, aunque éstas condiciones, de acuerdo a la autoridad electoral representada aquí por el maestro Matías Chiquito Díaz de León, vocal ejecutivo del INE y por la Mesa Estatal de Construcción de la Paz, no impedirán la instalación del 100 por ciento de las casillas electorales.
Entre los ciudadanos y la población en general, hay la confianza para que las elecciones caminen con legitimidad a fin de que sean alcanzados los mayores márgenes de gobernabilidad y, si la elección del 2 de junio se caracteriza por una gran participación ante las urnas, que sean comicios transparentes y limpios y que los resultados sean aceptados por todos, desde el Presidente hasta los candidatos y sus partidos, entonces sí y desde el día siguiente de la elección, se podrán tener un país y un estado de Zacatecas con estabilidad y certidumbre, sin los tormentosos conflictos postelectorales y sin la desgastante confrontación y la degradante polarización entre gobiernos y sociedad.
Contrario a lo que promueve el dirigente morenista Mario Delgado, que vienen los peores días de guerra sucia, desde el poder contra la oposición y de ésta contra los gobiernos morenistas, los partidos, los candidatos y la sociedad deberán poner énfasis en la civilidad política y el respeto entre adversarios, porque la única manera de consolidar la convivencia en la pluralidad y la coexistencia en la diversidad social, es la democracia, donde las mayorías nacionales o estatales han de promover, enarbolar y alcanzar los grandes cambios y transformaciones.
Las campañas en Zacatecas continúan, Saúl Monreal Ávila se mantiene en el liderazgo de las fuerzas morenistas y aliados; el líder del Partido del Trabajo, Alfredo Femat Bañuelos, se ha movilizado consecuente e indiscutible lealtad a la cuarta transformación; y desde la oposición la exgobernadora Amalia García Medina ha inyectado vitalidad y entusiasmo a los candidatos del Movimiento Ciudadano; y los liderazgos de Claudia Anaya Mota y Miguel Torres por el Senado; Miguel Varela y Roberto Luévano, dan la batalla por Zacatecas y Guadalupe.
