/ viernes 10 de mayo de 2024

Crónica del poder / Urge fortalecer estrategia de promoción del voto

A pesar de la crisis de violencia e inseguridad que se ensañan con Zacatecas, el proceso electoral transcurre organizado en condiciones de normalidad y todo apunta a que se llegará a domingo 2 de junio con absoluta apertura del 100 por ciento de las casillas electorales y con un blindaje de seguridad que tiende a garantizar el desarrollo de los comicios, como así avanzan las campañas con partidos, candidatos y ciudadanos confiados en la movilización ciudadana para emitir el sufragio, un sistema electoral que aún con sus imperfecciones, con la hegemonía de los partidos en el poder que a diario generan sospechas, dudas e incertidumbre acerca de la legalidad e imparcialidad, la fiesta de la civilidad democrática llegará a su meta para otra vez dar resultados creíbles y confiables.

No obstante esa responsable organización de las elecciones a partir de las acciones del Instituto Nacional Electoral y que finalmente recae en la ciudadanía como la auténtica ejecutora del proceso, la promoción de las instituciones electorales, de los partidos políticos y de sus candidatos, no logra consolidar efectos de motivación a los ciudadanos para que éstos acudan libremente ante las urnas y ha sido notable que sectores sociales como los jóvenes, los estudiantes y las mujeres constituyen una franja de indiferencia, desinterés y abstencionismo.

El optimismo del maestro Matías Chiquito Díaz de León, el vocal ejecutivo del INE en Zacatecas, refleja un vaticinio del 65 por ciento de participación ciudadana; más todavía, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruíz, lanza el pronóstico de más del 62 por ciento y más que confiar en los partidos, sean Morena, el PRI, PAN, PRD o PT y Verde Ecologista o los pequeños partidos estatales, la esperanza está puesta en la movilización ciudadana, en una sociedad más comprometida con la democracia y harta de la corrupción partidista que está preparada para experimentar decisiones por encima de partidos, aunque éstos no dejan de ser los actores indispensables para la vida democrática.

Ciertamente, el cielo zacatecano está casi nublado por los panorámicos y espectaculares de partidos y candidatos que se exceden en el despilfarro y desmesura de los gastos de campaña, que se supone provienen de las prerrogativas que los organismos electorales les otorgan; que el espacio está desparpajado y desordenado por el entrecruzamiento de más de 75 millones de mensajes o spots propagandísticos, otro derroche de recursos que se suma a los tiempos oficiales ordenados por las instituciones electorales; un exceso que todavía no logran regularizar ni controlar, pero que pertenece a prácticas del pasado y que contienen rancias expresiones que ya no convencen y que son un absurdo dispendio por superfluo e insultante para la población que vive carencias e insuficiencias económicas.

Frente a estos excesos propagandísticos que no provocan efectos de movilización dinámica, apasionante y entusiasta, los gobiernos con prudencia, imparcialidad y equidad; las instituciones electorales, el Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas; los sectores empresariales, las instituciones educativas, las organizaciones sociales, civiles y no gubernamentales, han de ser convocadas, vinculadas, involucradas y comprometidas a una estrategia de promoción del voto ciudadano ante las urnas del domingo 2 de junio.

A pesar de la crisis de violencia e inseguridad que se ensañan con Zacatecas, el proceso electoral transcurre organizado en condiciones de normalidad y todo apunta a que se llegará a domingo 2 de junio con absoluta apertura del 100 por ciento de las casillas electorales y con un blindaje de seguridad que tiende a garantizar el desarrollo de los comicios, como así avanzan las campañas con partidos, candidatos y ciudadanos confiados en la movilización ciudadana para emitir el sufragio, un sistema electoral que aún con sus imperfecciones, con la hegemonía de los partidos en el poder que a diario generan sospechas, dudas e incertidumbre acerca de la legalidad e imparcialidad, la fiesta de la civilidad democrática llegará a su meta para otra vez dar resultados creíbles y confiables.

No obstante esa responsable organización de las elecciones a partir de las acciones del Instituto Nacional Electoral y que finalmente recae en la ciudadanía como la auténtica ejecutora del proceso, la promoción de las instituciones electorales, de los partidos políticos y de sus candidatos, no logra consolidar efectos de motivación a los ciudadanos para que éstos acudan libremente ante las urnas y ha sido notable que sectores sociales como los jóvenes, los estudiantes y las mujeres constituyen una franja de indiferencia, desinterés y abstencionismo.

El optimismo del maestro Matías Chiquito Díaz de León, el vocal ejecutivo del INE en Zacatecas, refleja un vaticinio del 65 por ciento de participación ciudadana; más todavía, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruíz, lanza el pronóstico de más del 62 por ciento y más que confiar en los partidos, sean Morena, el PRI, PAN, PRD o PT y Verde Ecologista o los pequeños partidos estatales, la esperanza está puesta en la movilización ciudadana, en una sociedad más comprometida con la democracia y harta de la corrupción partidista que está preparada para experimentar decisiones por encima de partidos, aunque éstos no dejan de ser los actores indispensables para la vida democrática.

Ciertamente, el cielo zacatecano está casi nublado por los panorámicos y espectaculares de partidos y candidatos que se exceden en el despilfarro y desmesura de los gastos de campaña, que se supone provienen de las prerrogativas que los organismos electorales les otorgan; que el espacio está desparpajado y desordenado por el entrecruzamiento de más de 75 millones de mensajes o spots propagandísticos, otro derroche de recursos que se suma a los tiempos oficiales ordenados por las instituciones electorales; un exceso que todavía no logran regularizar ni controlar, pero que pertenece a prácticas del pasado y que contienen rancias expresiones que ya no convencen y que son un absurdo dispendio por superfluo e insultante para la población que vive carencias e insuficiencias económicas.

Frente a estos excesos propagandísticos que no provocan efectos de movilización dinámica, apasionante y entusiasta, los gobiernos con prudencia, imparcialidad y equidad; las instituciones electorales, el Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas; los sectores empresariales, las instituciones educativas, las organizaciones sociales, civiles y no gubernamentales, han de ser convocadas, vinculadas, involucradas y comprometidas a una estrategia de promoción del voto ciudadano ante las urnas del domingo 2 de junio.