/ martes 14 de noviembre de 2023

El cáncer de la corrupción

Un mal que aqueja a los mexicanos de manera reiterada es la corrupción, nos dimos a la tarea de investigar su significado; la corrupción es una acción de corromper o corromperse, y tiene similitud con términos como: descomposición, putrefacción, depravación, perversión, inmoralidad.

En un interesante artículo de María Amparo Casar, titulado: Corrupción, la sombra de las instituciones asevera que los datos investigados y puestos a disposición para la sociedad son alarmantes. Puesto que en la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas; señala que en donde más obstáculos encuentran los empresarios al hacer negocios es precisamente en los trámites que tienen que realizar ante las autoridades judiciales y en el Ministerio Público (particularmente en los juicios laborales y mercantiles).

Llama poderosamente la atención lo que todo mundo sabemos, sospechamos y hasta nos damos cuenta, como lo afirma que la corrupción es sistémica, y que la impunidad es una regla que admite pocas excepciones y que sus costos son gravísimos para el país.

Asegura que la clase política en nuestro país, citando a ex gobernadores como Javier Duarte o Tomás Yarrington, no tenían que corromperse, pero a su vez lo hicieron porque quisieron, pudieron, y porque apostaban a salir impunes. Además si a todo esto se agrega la baja probabilidad de ser sorprendido, denunciado, procesado y castigado por un acto de corrupción, resulta sumamente desalentador para que México ocupe el sitio 95 de 168 en el Índice de Percepción de la Corrupción.

La académica admite que la corrupción existe por muchos motivos y tiene muchas caras, los motivos van desde el beneficio personal y el cálculo racional, hasta la escasez y necesidad. Entre sus muchas caras se encuentra la discrecionalidad, la opacidad, el clientelismo, el rentismo, el patrimonialismo, el nepotismo, el uso faccioso del sistema de justicia, y la simple incapacidad.

El llamado es claro y contundente desde la corrupción y la impunidad se encuentran presentes lamentablemente en la agenda nacional, aunque en el discurso se diga que se establecen estrategias en cuanto a la lucha anticorrupción, la tarea es indispensable e inacaba, pero no basta. Es certera al mencionar que la lucha contra la corrupción está en el discurso de los gobiernos de los diferentes órdenes, pero este discurso dista mucho de la realidad, se necesita un compromiso en los hechos además para colmo vienen las campañas en 2024.

Un mal que aqueja a los mexicanos de manera reiterada es la corrupción, nos dimos a la tarea de investigar su significado; la corrupción es una acción de corromper o corromperse, y tiene similitud con términos como: descomposición, putrefacción, depravación, perversión, inmoralidad.

En un interesante artículo de María Amparo Casar, titulado: Corrupción, la sombra de las instituciones asevera que los datos investigados y puestos a disposición para la sociedad son alarmantes. Puesto que en la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas; señala que en donde más obstáculos encuentran los empresarios al hacer negocios es precisamente en los trámites que tienen que realizar ante las autoridades judiciales y en el Ministerio Público (particularmente en los juicios laborales y mercantiles).

Llama poderosamente la atención lo que todo mundo sabemos, sospechamos y hasta nos damos cuenta, como lo afirma que la corrupción es sistémica, y que la impunidad es una regla que admite pocas excepciones y que sus costos son gravísimos para el país.

Asegura que la clase política en nuestro país, citando a ex gobernadores como Javier Duarte o Tomás Yarrington, no tenían que corromperse, pero a su vez lo hicieron porque quisieron, pudieron, y porque apostaban a salir impunes. Además si a todo esto se agrega la baja probabilidad de ser sorprendido, denunciado, procesado y castigado por un acto de corrupción, resulta sumamente desalentador para que México ocupe el sitio 95 de 168 en el Índice de Percepción de la Corrupción.

La académica admite que la corrupción existe por muchos motivos y tiene muchas caras, los motivos van desde el beneficio personal y el cálculo racional, hasta la escasez y necesidad. Entre sus muchas caras se encuentra la discrecionalidad, la opacidad, el clientelismo, el rentismo, el patrimonialismo, el nepotismo, el uso faccioso del sistema de justicia, y la simple incapacidad.

El llamado es claro y contundente desde la corrupción y la impunidad se encuentran presentes lamentablemente en la agenda nacional, aunque en el discurso se diga que se establecen estrategias en cuanto a la lucha anticorrupción, la tarea es indispensable e inacaba, pero no basta. Es certera al mencionar que la lucha contra la corrupción está en el discurso de los gobiernos de los diferentes órdenes, pero este discurso dista mucho de la realidad, se necesita un compromiso en los hechos además para colmo vienen las campañas en 2024.