/ viernes 15 de enero de 2021

Callejoneadas en Zacatecas... un atractivo en espera

Las callejoneadas se consolidaron como una experiencia obligada para los visitantes

Desde el siglo pasado las callejoneadas se convirtieron en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad de Zacatecas, sin embargo durante casi 10 meses estas actividades han estado suspendidas debido a la crisis sanitaria.

Un burrito cargado con mezcal y una banda de tamborazo solían encabezar estos recorridos por las calles, plazuelas, avenidas y callejones coloniales declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, y que durante gran parte del 2020 lucieron semivacíos por la falta de actividad turística.

En una misma tarde, en temporadas vacacionales, llegaban a formarse casi de manera simultánea una decena de contingentes con hasta un centenar de participantes, muchos de ellos provenientes de otros estados o países.

Las callejoneadas se consolidaron como una experiencia obligada para los visitantes que participaban en convenciones y congresos realizados en Zacatecas, pues era la oportunidad ideal para recorrer la ciudad a pie, al ritmo del tamborazo y llevando jarritos llenos de mezcal.

En marzo del 2020, cuando se desplomó la llegada de turistas, se llevaron a cabo las últimas callejoneadas y aún se desconoce la fecha en que podrían reanudarse, ya que el Consejo Estatal de Salud Pública y el ayuntamiento, mantienen prohibidos todos los eventos públicos en que se reúnan más de dos decenas de participantes.

"Desde entonces no ha habido absolutamente nada, porque a pesar de que son eventos al aire libre, se conglomeran muchas personas y es imposible guardar la sana distancia”, declaró el empresario Eduardo del Real Sánchez, propietario de la agencia de Viajes y Eventos “Realsa".

“Nos afecta a los que nos dedicamos a esto porque es una experiencia menos que ofrecer a los turistas”, expresó quien hasta hace algunas semanas también presidió la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), delegación Zacatecas.

Callejoneadas, atractivo y fuente de empleos

Fue la AMAV la que promovió en el año 2017, junto con la Secretaría de Turismo de Zacatecas, la formalización de “La Callejoneada Zacatecana” como producto fijo, lo cual permitía que, con el pago de un boleto en la Plaza de Armas, cualquier visitante pudiera unirse a uno de estos contingentes de principio a fin.

Antes lo que hacían erróneamente los trabajadores de los hoteles era recomendar a los turistas que ´se pegaran´ a la callejoneadas privadas si es que querían vivir esa experiencia, no había otra forma.

La Callejoneada Zacatecana que durante tres años operó la AMAV, daba trabajo a cinco personas de manera directa, quienes se encargaban de organizar los eventos, a los que se sumaban las agrupaciones musicales y el propietario del burrito que encabeza los contingentes cargando los recipientes con mezcal.

Por cada evento, se pagaba a la presidencia municipal un permiso de tres mil pesos; por tres mil pesos se contrataba al tamborazo y por 800 pesos al burrito durante dos horas de recorrido. Otros gastos correspondían a la compra del mezcal y los jarritos para cada participante, lo que elevaba a ocho mil pesos el gasto operativo según recuerda Eduardo del Real.

Sin embargo el número de prestadores de servicios era mucho mayor, ya que muchas otras agencias formales e informales organizaban callejoneadas de forman independiente, no sólo para turistas, sino como parte de otros festejos particulares como bodas, XV años y graduaciones.

Músicos han buscado otras alternativas

La pandemia puso en crisis a los prestadores de servicios de eventos sociales y turísticos, entre los que se encuentran decena de agrupaciones musicales. Desde mediados del 2020, el gremio realizó marchas y plantones en la ciudad exigiendo el permiso para volver a trabajar.

“Sólo queremos trabajar” decían las pancartas que llevaron los inconformes, entre los que también se encontraban meseros, floristas y técnicos de sonido, quienes a la fecha no han obtenido respuesta a sus demandas.

Entre los inconformes se encontraron algunos de los integrantes del popular Tamborazo y Banda Sierra Vieja quienes se vieron en la necesidad de tocar en los cruceros de la ciudad donde comenzaron a pedir monedas a los automovilistas.

“Ha sido difícil, estamos sin trabajo, todo el gremio musical está parado”, comentó a El Sol de Zacatecas, Alejandro Lugo Belmonte, uno de los fundadores de la agrupación originaria del municipio de Zacatecas.

Descendiente de una familia de músicos, Alejandro se ha dedicado a tocar varios instrumentos como la tuba y la tambora, desde que salió de la preparatoria, momento en que dejó los estudios. Al igual que él, prácticamente todos sus compañeros subsisten con lo que la música les deja.

Sin fecha para reactivación

Aunque en el último trimestre del año pasado se dio luz verde a la reactivación de productos turísticos consolidados como la Mina El Edén y El Teleférico, además de que se permitió la apertura de la mayoría de los museos, todavía no hay una fecha para que se vuelvan a permitir las callejoneadas.

El empresario Eduardo del Real declaró que el ayuntamiento de Zacatecas sigue negando los permisos para la realización de este y otros eventos que impliquen aglomeraciones debido a que el estado sigue en color naranja en el semáforo epidemiológico.

“Creo que por lo menos hasta marzo vamos a seguir parados, pero espero que no tarde mucho más la reanudación de las callejoneadas porque muchos turistas llegan con la idea de vivir esa experiencia”.

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Desde el siglo pasado las callejoneadas se convirtieron en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad de Zacatecas, sin embargo durante casi 10 meses estas actividades han estado suspendidas debido a la crisis sanitaria.

Un burrito cargado con mezcal y una banda de tamborazo solían encabezar estos recorridos por las calles, plazuelas, avenidas y callejones coloniales declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, y que durante gran parte del 2020 lucieron semivacíos por la falta de actividad turística.

En una misma tarde, en temporadas vacacionales, llegaban a formarse casi de manera simultánea una decena de contingentes con hasta un centenar de participantes, muchos de ellos provenientes de otros estados o países.

Las callejoneadas se consolidaron como una experiencia obligada para los visitantes que participaban en convenciones y congresos realizados en Zacatecas, pues era la oportunidad ideal para recorrer la ciudad a pie, al ritmo del tamborazo y llevando jarritos llenos de mezcal.

En marzo del 2020, cuando se desplomó la llegada de turistas, se llevaron a cabo las últimas callejoneadas y aún se desconoce la fecha en que podrían reanudarse, ya que el Consejo Estatal de Salud Pública y el ayuntamiento, mantienen prohibidos todos los eventos públicos en que se reúnan más de dos decenas de participantes.

"Desde entonces no ha habido absolutamente nada, porque a pesar de que son eventos al aire libre, se conglomeran muchas personas y es imposible guardar la sana distancia”, declaró el empresario Eduardo del Real Sánchez, propietario de la agencia de Viajes y Eventos “Realsa".

“Nos afecta a los que nos dedicamos a esto porque es una experiencia menos que ofrecer a los turistas”, expresó quien hasta hace algunas semanas también presidió la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), delegación Zacatecas.

Callejoneadas, atractivo y fuente de empleos

Fue la AMAV la que promovió en el año 2017, junto con la Secretaría de Turismo de Zacatecas, la formalización de “La Callejoneada Zacatecana” como producto fijo, lo cual permitía que, con el pago de un boleto en la Plaza de Armas, cualquier visitante pudiera unirse a uno de estos contingentes de principio a fin.

Antes lo que hacían erróneamente los trabajadores de los hoteles era recomendar a los turistas que ´se pegaran´ a la callejoneadas privadas si es que querían vivir esa experiencia, no había otra forma.

La Callejoneada Zacatecana que durante tres años operó la AMAV, daba trabajo a cinco personas de manera directa, quienes se encargaban de organizar los eventos, a los que se sumaban las agrupaciones musicales y el propietario del burrito que encabeza los contingentes cargando los recipientes con mezcal.

Por cada evento, se pagaba a la presidencia municipal un permiso de tres mil pesos; por tres mil pesos se contrataba al tamborazo y por 800 pesos al burrito durante dos horas de recorrido. Otros gastos correspondían a la compra del mezcal y los jarritos para cada participante, lo que elevaba a ocho mil pesos el gasto operativo según recuerda Eduardo del Real.

Sin embargo el número de prestadores de servicios era mucho mayor, ya que muchas otras agencias formales e informales organizaban callejoneadas de forman independiente, no sólo para turistas, sino como parte de otros festejos particulares como bodas, XV años y graduaciones.

Músicos han buscado otras alternativas

La pandemia puso en crisis a los prestadores de servicios de eventos sociales y turísticos, entre los que se encuentran decena de agrupaciones musicales. Desde mediados del 2020, el gremio realizó marchas y plantones en la ciudad exigiendo el permiso para volver a trabajar.

“Sólo queremos trabajar” decían las pancartas que llevaron los inconformes, entre los que también se encontraban meseros, floristas y técnicos de sonido, quienes a la fecha no han obtenido respuesta a sus demandas.

Entre los inconformes se encontraron algunos de los integrantes del popular Tamborazo y Banda Sierra Vieja quienes se vieron en la necesidad de tocar en los cruceros de la ciudad donde comenzaron a pedir monedas a los automovilistas.

“Ha sido difícil, estamos sin trabajo, todo el gremio musical está parado”, comentó a El Sol de Zacatecas, Alejandro Lugo Belmonte, uno de los fundadores de la agrupación originaria del municipio de Zacatecas.

Descendiente de una familia de músicos, Alejandro se ha dedicado a tocar varios instrumentos como la tuba y la tambora, desde que salió de la preparatoria, momento en que dejó los estudios. Al igual que él, prácticamente todos sus compañeros subsisten con lo que la música les deja.

Sin fecha para reactivación

Aunque en el último trimestre del año pasado se dio luz verde a la reactivación de productos turísticos consolidados como la Mina El Edén y El Teleférico, además de que se permitió la apertura de la mayoría de los museos, todavía no hay una fecha para que se vuelvan a permitir las callejoneadas.

El empresario Eduardo del Real declaró que el ayuntamiento de Zacatecas sigue negando los permisos para la realización de este y otros eventos que impliquen aglomeraciones debido a que el estado sigue en color naranja en el semáforo epidemiológico.

“Creo que por lo menos hasta marzo vamos a seguir parados, pero espero que no tarde mucho más la reanudación de las callejoneadas porque muchos turistas llegan con la idea de vivir esa experiencia”.

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