De los pueblos indígenas de México se desprenden cientos de leyendas que cuentan, al paso de los años, las historias que han llegado hasta nuestros días; te recomendamos la siguiente playlist
Ganoko: Los ancestrales gigantes de la Sierra Tarahumara
Cuenta la leyenda rarámuri que antes de que llegaran al mundo los rarámuris, Onorúame, el dios del Sol, creó a los Ganoko, que eran gigantes que habitaban en lo profundo de la Sierra Tarahumara.
Los gigantes tomaban troncos y formaban con calma los surcos que habrían de ser usados para los cultivos, en tanto, los tarahumaras se encargaban de cuidar la siembra para que la cosecha fuera buena.
Pero los Ganoko no eran buenos. Sólo bastaba que se emborracharan para que cometieran atrocidades en contra del pueblo que se decía amigo. Abusaban de sus mujeres y devoraban a los más pequeños que ya habían hecho confianza con ellos. Fue una etapa oscura para los bosques.
Cansados de la situación que ponía en peligro a su comunidad, los rarámuris decidieron idear un plan para deshacerse de ellos.
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Leyenda del cerro del Chiquihuitillo, Pinos, Zacatecas
El camino Real de la Plata, por donde pasaban las carretas cargadas con metales preciosos de las minas zacatecanas, los indios Chichimecas, emboscaban las diligencias, pues conocían muy bien el terreno y todos los tesoros que recolectaban de sus atracos, los escondían dentro de las cuevas del cerro del Chiquihuitillo.
La leyenda cuenta que tras la caída de los Chichimecas a manos de los españoles, los últimos naturales que custodiaban el tesoro del Chiquihuitillo decidieron sacrificarse, no sin antes lanzar un poderoso hechizo con sus conocimientos ancestrales para proteger todo el oro y la plata.
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Cuatlapanga, el guerrero al que el amor lo hizo inmortal
En Tlaxcala, en el centro de México, existe un volcán ubicado entre los municipios de Teacalco y San Antonio Cuaxomulco, llamado Cuatlapanga, encierra una gran historia de amor.
Cuatlapanga era un guerrero valiente profundamente enamorado de Matlalcueyetl, también conocida como Malinche.
Él deseaba desposarla, pero antes tenía que cumplir con una misión. Así que tuvo que abandonar a su enamorada para cumplir su encomienda.
Pasó mucho tiempo y en su última lucha, Cuatlapanga recibió un fuerte golpe en la cabeza, que le ocasionó una severa cicatriz. Cuando regresó a buscar a su amada Matlalcueyetl, la bella doncella ya había muerto de tristeza.
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La princesa Xóchitl
En esta entrega escucharás una historia de Tula, Hidalgo, estado al centro de México. La belleza de una joven cautivo al Sol, el cual descendió desde el cielo en forma humana para conquistarla.
Vivieron un romance de ensueño, pero la naturaleza del astro deslumbró a la joven hasta la muerte y es el origen de una flor tradicional en México.
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