Antes de que se instaurara la celebración a San Valentín existía en la antigua Roma una celebración de las Fiestas Lupercales o Lupercalia.
Alrededor del año 354, se celebraban estas fiestas entre el 3 y el 15 de febrero de nuestro calendario, un rito de fertilidad y purificación que llenaba a Roma de vino, comida, mujeres y hombres desnudos.
La fiesta pagana, que no fue bien recibida por el catolicismo y tal vez en nuestro tiempo tampoco lo sería, era la segunda ronda de otra festividad llamada februa, relacionada con la purificación de primavera.
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El nombre de la festividad es todo un tema, aunque podríamos simplificarlo a “Fiesta de los lobos” proviene de lupus (lobo) y de hircus (macho cabrío).
La fiesta pagana iniciaba eligiendo a una congregación de sacerdotes llamados Lupercos o Sodales Luperci (amigo del lobo) y un grupo de adolescentes que sobrevivieran de la caza y rapiña por el bosque.
En la fecha, 15 de febrero, se reunían en el monte Palatino, en la gruta Ruminal, en honor a los fundadores de Roma: Rómulo y Remo, la leyenda cuenta que en esta gruta fue donde el Fauno Luperco tomó forma de loba, llamada Luperca para amamantar a los gemelos.
Los sacerdotes (luperci) ofrecían sacrificios de machos cabríos a los dioses y con un cuchillo manchado de sangre, impregnaban sus frentes, después borraban la sangre con un poco de lana mojada en leche de cabra.
La festividad había iniciado y todos corrían desnudos por el bosque, los varones con tiras de piel de la cabra sacrificada en la mano para dar un latigazo a las mujeres que alcanzaban, ya que la creencia era que las pieles de ciertos animales aumentaban la fertilidad de las mujeres.
Posteriormente se realizaba un sorteo en el que cada hombre sacaba el nombre de una mujer y la pareja formada al azar estaba destinada a copular mientras duraran las festividades. El festival pedía a los dioses la fertilidad de las mujeres y que las cosechas fueran igual de fértiles durante el año.
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Con la llegada del cristianismo se quiso eliminar la festividad por lo escandaloso de su naturaleza para el Papa Gelasio I, el Senado romano se negó a abolirla declarando que las Lupercales eran fundamentales para el bienestar de la ciudad ya que sólo durante este festival se permitían estás acciones.
El Papa persistió estableciendo una festividad un día antes: San Valentín, cuyo origen tiene varias historias, en la mayoría de los relatos pone al emperador romano como culpable de la persecución.
Actualmente Lupercales se celebra en algunas culturas con baños en leche de cabra o mantenerse desnudo para que la energía lunar llegue a la piel o dietas especiales para aumentar la fertilidad.
Incluso en series y películas se ha retratado diferentes versiones de la fiesta. La más reciente en la serie de Netflix: El mundo oculto de Sabrina (The chilling adventures of Sabrina) que en abril de 2019, en su segunda parte, dedicó el capítulo 3 a la festividad pagana con el título Lupercalia.
