/ jueves 7 de febrero de 2019

Rusia lucha contra el exceso de alcohol

Ocasionalmente, se publican estadísticas para mostrar que los rusos están bebiendo cada vez menos

El joven Dima está en pie de guerra contra el alcohol. La cerveza y el vodka le han privado de una infancia tranquila. "Mi padre bebía, bebía mucho", dice el ruso de 21 años. "Además era violento". Y así es que un día Dima se juró a sí mismo: "Nunca beberé".

El estudiante no corresponde al cliché que se tiene en el extranjero sobre el consumo de alcohol en Rusia. Actualmente, el Gobierno de Moscú está implementando medidas más rigurosas para reducir el consumo excesivo de alcohol en el país.

En Rusia está permitido comprar bebidas alcohólicas a partir de los 18 años. En el futuro, los jóvenes no podrán adquirir bebidas de alta graduación hasta la edad de 21 años. Los planes del gobierno tuvieron una respuesta positiva tan pronto como fueron dados a conocer.

Si el Parlamento está de acuerdo, las restricciones serán aún más severas que las actuales. Ya desde 2013 no se permite la venta de alcohol en supermercados y quioscos entre las 23:00 y las 08:00 horas.

En varios países europeos, los jóvenes pueden comprar cerveza y vino a partir de los 16 años, mientras que los licores fuertes sólo se venden a personas mayores de 18 años. De vez en cuando vuelve a renacer en el país el debate sobre una prohibición general para menores de edad.

¿Servirá de algo una postura más estricta en Rusia? Dima es escéptico. "Los jóvenes tratarán de eludir la prohibición", cree. "Simplemente convencen a las personas mayores de que les compren alcohol. Eso es lo que hacen los menores de 18 años hoy en día". Sin embargo, Dima espera un cambio en la forma de pensar.

"Mi padre no tenía trabajo. Durante semanas enteras lo único que hacía era estar en casa bebiendo. Fue muy difícil para nosotros", recuerda Dima. Mientras tanto, él y su madre se han mudado del este de Rusia a la capital, Moscú, sin su padre.

La actitud de la gente hacia el consumo de alcohol está cambiando, declaró recientemente Fedot Tumuzov, presidente del Comité de Salud de la Duma Estatal, en un programa televisivo: "Antes, no beber estaba mal visto. Hoy es al revés".

Ocasionalmente, se publican estadísticas para mostrar que los rusos están bebiendo cada vez menos. Según los resultados, el 40 por ciento de la población ya no bebe alcohol. Hace diez años, la cifra era del 26 por ciento.

Sin embargo, las estadísticas no pueden ocultar el hecho de que el consumo de cerveza, vino y bebidas de alta graduación es un fenómeno generalizado en el país más grande del mundo. Hace poco murieron en la región meridional de Siberia, Buriatia, más de diez personas congeladas tras consumir grandes cantidades de alcohol.

Según las cifras presentadas en otoño por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los rusos mayores de 15 años beben una media de 11,7 litros de alcohol puro al año. En 2010 habían sido 15,8 litros. Los alemanes promediaron 11,3 litros en 2016. Según el Ministerio de Salud, en Rusia fueron tratadas en 2017 alrededor de 1,5 millones de personas por alcoholismo. El estudio señala que la cifra cayó un 22 por ciento en comparación con 2012.

En el pasado siempre hubo intentos de reducir el consumo de alcohol. El ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov fracasó estrepitosamente en la década de 1980 al querer controlar el abuso de alcohol limitando la producción y aumentando los precios. Los rusos nunca se lo perdonaron.

Entretanto han cambiado muchas cosas. Hoy en día, por ejemplo, está prohibido beber en lugares públicos. Actualmente se está debatiendo si en el futuro el alcohol sólo debería venderse en tiendas especializadas y no en supermercados, y si deberían prohibirse los descuentos en bebidas de alta graduación.

También existen programas de tratamiento para adictos: desde 1988 existen los Alcohólicos Anónimos, que según su propia información cuentan con más de 500 grupos en todo el país. "Esto no es suficiente, ya que el alcoholismo está muy extendido", dice la organización de autoayuda. "Nuestro principal objetivo es mantenernos sobrios".

El médico especialista en adicciones Alexander Nemzovno considera que la prohibición absoluta del alcohol sea una buena idea. "En primer lugar, es imposible, y en segundo lugar no es bueno porque el alcohol tiene un maravilloso efecto tranquilizador", dijo al periódico en línea Lenta.ru.

"Mucha gente necesita el alcohol para relajarse y aliviar el estrés de la vida diaria". El alcohol puede ayudar, pero sólo si se bebe con moderación, aseveró el especialista.

El joven Dima está en pie de guerra contra el alcohol. La cerveza y el vodka le han privado de una infancia tranquila. "Mi padre bebía, bebía mucho", dice el ruso de 21 años. "Además era violento". Y así es que un día Dima se juró a sí mismo: "Nunca beberé".

El estudiante no corresponde al cliché que se tiene en el extranjero sobre el consumo de alcohol en Rusia. Actualmente, el Gobierno de Moscú está implementando medidas más rigurosas para reducir el consumo excesivo de alcohol en el país.

En Rusia está permitido comprar bebidas alcohólicas a partir de los 18 años. En el futuro, los jóvenes no podrán adquirir bebidas de alta graduación hasta la edad de 21 años. Los planes del gobierno tuvieron una respuesta positiva tan pronto como fueron dados a conocer.

Si el Parlamento está de acuerdo, las restricciones serán aún más severas que las actuales. Ya desde 2013 no se permite la venta de alcohol en supermercados y quioscos entre las 23:00 y las 08:00 horas.

En varios países europeos, los jóvenes pueden comprar cerveza y vino a partir de los 16 años, mientras que los licores fuertes sólo se venden a personas mayores de 18 años. De vez en cuando vuelve a renacer en el país el debate sobre una prohibición general para menores de edad.

¿Servirá de algo una postura más estricta en Rusia? Dima es escéptico. "Los jóvenes tratarán de eludir la prohibición", cree. "Simplemente convencen a las personas mayores de que les compren alcohol. Eso es lo que hacen los menores de 18 años hoy en día". Sin embargo, Dima espera un cambio en la forma de pensar.

"Mi padre no tenía trabajo. Durante semanas enteras lo único que hacía era estar en casa bebiendo. Fue muy difícil para nosotros", recuerda Dima. Mientras tanto, él y su madre se han mudado del este de Rusia a la capital, Moscú, sin su padre.

La actitud de la gente hacia el consumo de alcohol está cambiando, declaró recientemente Fedot Tumuzov, presidente del Comité de Salud de la Duma Estatal, en un programa televisivo: "Antes, no beber estaba mal visto. Hoy es al revés".

Ocasionalmente, se publican estadísticas para mostrar que los rusos están bebiendo cada vez menos. Según los resultados, el 40 por ciento de la población ya no bebe alcohol. Hace diez años, la cifra era del 26 por ciento.

Sin embargo, las estadísticas no pueden ocultar el hecho de que el consumo de cerveza, vino y bebidas de alta graduación es un fenómeno generalizado en el país más grande del mundo. Hace poco murieron en la región meridional de Siberia, Buriatia, más de diez personas congeladas tras consumir grandes cantidades de alcohol.

Según las cifras presentadas en otoño por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los rusos mayores de 15 años beben una media de 11,7 litros de alcohol puro al año. En 2010 habían sido 15,8 litros. Los alemanes promediaron 11,3 litros en 2016. Según el Ministerio de Salud, en Rusia fueron tratadas en 2017 alrededor de 1,5 millones de personas por alcoholismo. El estudio señala que la cifra cayó un 22 por ciento en comparación con 2012.

En el pasado siempre hubo intentos de reducir el consumo de alcohol. El ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov fracasó estrepitosamente en la década de 1980 al querer controlar el abuso de alcohol limitando la producción y aumentando los precios. Los rusos nunca se lo perdonaron.

Entretanto han cambiado muchas cosas. Hoy en día, por ejemplo, está prohibido beber en lugares públicos. Actualmente se está debatiendo si en el futuro el alcohol sólo debería venderse en tiendas especializadas y no en supermercados, y si deberían prohibirse los descuentos en bebidas de alta graduación.

También existen programas de tratamiento para adictos: desde 1988 existen los Alcohólicos Anónimos, que según su propia información cuentan con más de 500 grupos en todo el país. "Esto no es suficiente, ya que el alcoholismo está muy extendido", dice la organización de autoayuda. "Nuestro principal objetivo es mantenernos sobrios".

El médico especialista en adicciones Alexander Nemzovno considera que la prohibición absoluta del alcohol sea una buena idea. "En primer lugar, es imposible, y en segundo lugar no es bueno porque el alcohol tiene un maravilloso efecto tranquilizador", dijo al periódico en línea Lenta.ru.

"Mucha gente necesita el alcohol para relajarse y aliviar el estrés de la vida diaria". El alcohol puede ayudar, pero sólo si se bebe con moderación, aseveró el especialista.

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