En Zacatecas, más de la mitad de los ciudadanos sorteados para ser funcionarios de casilla y que ya fueron localizados por personal del Instituto Nacional Electoral (INE), han rechazado participar en la jornada electoral del 2 de junio.
De los 174 mil ciudadanos que, por haber nacido en marzo, están llamados a apoyar en los comicios, 92 mil ya fueron notificados por los Capacitadores Asistentes Electorales (Caes).
Según datos proporcionados por la Junta Local del INE, sólo 39 mil zacatecanos han aceptado ser funcionarios de casilla.
Los 53 mil restantes informaron a los representantes del Instituto que no participarán debido a impedimentos como las obligaciones de su empleo (trabajan en domingo), su estado de salud e incluso su religión. Una tercera parte de quienes no podrán ser funcionarios de casilla, dijeron haber cambiado de domicilio.
A pesar de que la mayoría de los ciudadanos sorteados han rechazado la posibilidad de participar, Matías Chiquito Díaz de León, vocal ejecutivo de la Junta Local del INE, previamente descartó que ello ponga en peligro el desarrollo de la jornada electoral.
Tras reconocer que en cada proceso hay muchos ciudadanos que, sin tener razones objetivas, incumplen con esta obligación ciudadana, afirmó que existe una buena expectativa, pues de los 170 mil llamados, sólo se requerirían poco menos de 24 mil para integrar las mesas directivas.
El resto de los ciudadanos que acepten la invitación, fungirán como reservas para cubrir posibles ausencias de quienes hayan recibido nombramientos.
El Instituto proyecta instalar dos mil 661 casillas; cada una requiere de nueve funcionarios: presidente, primer secretario, segundo secretario, tres escrutadores y tres suplentes, por lo que se necesitaría la participación de 23 mil 949 personas.
“Hay una obligación constitucional, tanto en votar como en encargarse del funcionamiento de las casillas, pero en realidad, son normas impuestas a la buena voluntad de las personas”, expresó Matías Chiquito.
Aclaró que a los funcionarios de casilla no se les da un pago propiamente ya que “las responsabilidades cívicas no tienen por qué tener una remuneración”, pero sí se les proporcionará “un apoyo para alimentos” de 500 pesos por persona.
El vocal ejecutivo reconoció que ser funcionarios de casilla es una actividad pesada, que implica participar durante una jornada larga que puede concluir hasta cerca de la medianoche, debido a los conteos y las revisiones de documentación y paquetes, lo que suele prolongarse varias horas después de cerradas las votaciones
