Connie Flores Romo forma parte de una familia de zacatecanas quienes, por varias generaciones, se han abierto camino trabajando en centros mineros, sector de la economía que hace tiempo dejó de ser exclusivo de los hombres.
Recuerda que en los años 40 del siglo pasado, su abuela paterna María Concepción trabajó en la Mina del Bote como enfermera, iniciando así una tradición que ahora se ha extendido por varias generaciones hasta la actualidad.
En Peñasquito, centro minero ubicado en el municipio de Mazapil, Connie trabaja en la planta de procesamiento y su hermana Fabiola está en el área de dispatch, controlando el tráfico de gigantescos camiones de acarreo y grúas.
Andrea, hija de Connie, siguió la tradición, primero trabajando en Peñasquito y luego siguió su trayectoria en la industria minera del municipio de Fresnillo.
“Curiosamente la mayoría de las personas de mi familia que trabajan en minería somos mujeres; eso también significa una gran responsabilidad para seguir abriendo puertas a las mujeres que nos sucedan en el futuro”, comenta Connie.
Nacida en la capital de Zacatecas en 1968, estudió Sistemas de Computación y una maestría en Negocios Internacionales. El destino la llevó primero a dar clases en una universidad privada y a colaborar después en la Auditoría Superior del Estado.
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Por azares del destino, llegó a una de las minas de oro y plata más grandes del mundo en pleno semidesierto zacatecano, lugar en el que ha laborado ya durante 13 años.
“No fue fácil”
Connie llegó a Peñasquito al poco tiempo de su fundación, en el año 2011, lo cual para ella fue todo un reto:
“Cuando comencé fue duro porque es un lugar aislado, vivimos dentro de la mina, no puedes regresar diario a casa con los tuyos, sin embargo, también es un lugar en el que te adaptas con facilidad, hay mucho respeto y formas una segunda familia”.
Ingresó al área de Recursos Humanos como traductora de varios idiomas y posteriormente ingresó a la Planta de Procesamiento donde ha tenido diferentes responsabilidades como Planeadora en el área de Monitoreo de Condiciones, Lubricación de maquinaria, además de formar parte de la Comisión de Seguridad e Higiene.
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Actualmente colabora en el área de Gestión de Activos Fijos cuya responsabilidad principal es la de conocer las necesidades de equipos fijos, revisar los tiempos de actividad e inactividad de la infraestructura, reconocer las fallas de maquinarías, estar al tanto de los inventarios, regular las brechas de seguridad o violaciones medioambientales, entre otras acciones indispensables en la industria extractiva.
“Es impresionante trabajar con equipos gigantescos y como Benito Juárez decía: ‘tengo un vehemente deseo de aprender'… dicho deseo se ha vuelto realidad”, puntualiza.
Afirma que aunque el sector minero históricamente ha sido dominado por hombres, asegura que “cada vez más mujeres están desempeñando roles importantes en esta industria”.
