/ lunes 13 de noviembre de 2017

Don Humberto Salinas... 60 años de sacerdocio

El padre Humberto Salinas Castañeda no lo piensa dos veces: sivolviera a nacer, volvería a ser sacerdote… Suspira.

“El Señor me llamó y atendí el llamado”. Señala conhumildad que nunca fue una obsesión ser Obispo. Aclaró que no espor edad, sino hay que cumplir una serie de requisitos…

Con 60 años de vida sacerdotal y 84 años de edad, el PadreSalinas acepta hablar para El Sol de Zacatecas-OEM. No rehuye aninguna de las preguntas, por el contrario, sus respuestas provocancontinuar la conversación.

Ataviado en un alba blanca y una estola bordada de igual color,teniendo como testigo el retablo de San Felipe de Jesús, nuestroentrevistado se sincera y dice que el Papa Pablo VI, fue quien lomarcó… Vuelve a suspirar.

“El solo hecho de haber convocado al Concilio Vaticano fueimportante para la iglesia y su futuro, de ahí vino un grancambio, la iglesia abrió sus puertas al mundo, a la discusión, alos problemas”. Fue un gran momento para entender la renovadaIglesia, subraya.

De una familia de 11 hermanos, -que ahora se ha reducido siete-,ocupa el número tres de arriba hacia abajo, originario deAtolinga, Zacatecas, y quien se vino a vivir a la capital a la edadde apenas cinco años, recuerda sus inicios como sacerdote y cómofue su ordenación.

El padre Salinas habla que ha visto el arribo de cerca de ochoPapas e igual número de Obispos en la Diócesis de Zacatecas. Cadauno ha tenido un estilo, cada uno ha obedecido a los signos de lostiempos, al mundo y al Estado actual.

También, el prelado habla un poco de relación Iglesia-Estado,es claro en sus ideas. “Me parece, dice, deberíamos de estaropinando de algunos temas, pero no es permitido”, Insiste, en quelos signos de los tiempos obligan a la iglesia a ser másparticipativa en los grandes temas de la nación. La relacióniglesia-Estado no tiene por qué estar distanciada.

Finalmente, Salinas Castañeda, recuerda que después de 60años como sacerdote hay aún varios pendientes por cumplir, aunqueacepta que el tiempo juega en contra.

Aquí la conversación:

- ¿Cómo es que Humberto SalinasCastañeda decidió ser sacerdotal, qué lo llamó aesto? - Exactamente, todo es a partir de unllamado. Es la palabra correcta uno dice que eligió ser sacerdote;que quiso ser sacerdote, tal vez que tenía uno la visión, desdechico, desde joven que tuvo la atracción. Pero la verdad es que“el Señor llamó”.

- ¿Si el padre Salinas volviera anacer, volvería a ser sacerdote? - Si volviera aser llamado, volvería a ser sacerdote.

- ¿Le gusta suvocación? -Sí, creo que además de sentirsellamado, es el gusto, el disfrutar el ministerio porque a decirverdad el ministerio tiene muchas satisfacciones.

-¿Dónde se preparó para sersacerdote? -Los estudios primeros fueron aquímismo en Zacatecas, donde se dice que curso uno el latín, o sea lacarrera de humanidades, lo que correspondería hoy día a lasecundaria, a la preparatoria, terminando los cuatro años dehumanidades, si quería uno seguir la carrera tenía que irse alextranjero. Había ya un seminario en el año del 37 –por motivode los tiempos difíciles por los que pasó nuestro país-, elseminario se ubicaba en Montezuma, había que ir si uno quería sersacerdote o los profesores le consideraban una persona apta, hastadonde iba, para llegar a ser sacerdote.

-¿Cuántos Papas le han tocado comosacerdote? -Desde Juan XXIII, San Juan XXIII, quefue el Papa que convocó al Concilio Vaticano II, quiero rectificarla bendición que recibí del Papa en la ordenación fue todavíaPío XII, Juan XXIII, Paulo VI; Juan Pablo I y luego Juan Pablo II;Benedicto XVI y Francisco.

-¿Con cuál Papa se ha identificadousted? -Con Paulo VI, porque fue el Papa que pusoen marcha el Concilio Vaticano II, cierto es que Juan XXIIIconvocó al mundo a un concilio para que la Iglesia se revisara enfunción de la misión que tenía para el mundo y él dijoclaramente “la Iglesia está para el mundo, no el mundo para laIglesia”. Cierto, es el mérito del Papa Juan XXIII convocar a unConcilio. Pero Paulo VI, para mí no sólo es un Papa confesor–como les llaman cuando los canonizan-, sino que es un Papamártir, sin haber derramado sangre, porque le costóverdaderamente poner en práctica el Concilio Vaticano II, entiempos en que unos y otros que iban muy delante, los que sequedaban atrás, no estaban muy de acuerdo con el Papa, por lo quesufrió mucho.

-Hablemos de los Obispos ¿cuántos leha tocado tratar en Zacatecas? -Quiero contarle delObispo Ignacio Plascencia y Moreira, porque entré al seminariocuando él era Obispo y me tocó muchas veces estar 24 horas,porque íbamos al Obispado, porque ya era un señor grande y habíaque asistirlo en todo momento, para ir a la Capilla; para ir alcomedor; para leerle por las noches y lo considero; me identificomucho con él, aun y cuando me fui en el año 50 y él murió en elaño 50, pero lo considero. Entonces cuento, en el servicio delsacerdocio ocho Obispos que han sido mis superiores.

-Hablemos de la Iglesia moderna. ¿Nose ve amenazada, no está perdiendo seguidores o estáfortalecida? -Creo que fortalecida ha estadosiempre, pero repito, como la Iglesia es para el mundo, entoncestiene que ver mucho, como está el mundo hoy, cuál es elpensamiento dominante, actual, cuáles son las costumbres. Lo quellamamos comúnmente las culturas modernas. La Iglesia es fuerte ensu doctrina, el acontecimiento del Concilio Vaticano II,indudablemente que ha puesto a la Iglesia al día, pero el ConcilioVaticano II no es un libro, es un espíritu, es una mentalidadnueva, es una toma de conciencia de lo que la Iglesia debe ser enesta necesidad tan seria de reevangelizar al mundo.

-¿Hay crisis en la Iglesia por faltade sacerdotes? -No creo que el problema actual dela Iglesia sea la falta de sacerdotes. Cuando me ordené éramos250 sacerdotes, fuimos bajando mucho, el Concilio de verdad nospuso en jaque a la misma Iglesia y creo que el modernismo, lamodernidad, los cambios y lo que la Iglesia significa, una Iglesiaque se renueva, tenía que traer cierta falta de identidad enmuchos de los ministros y hubo muchos sacerdotes que tuvieron quesalir del ministerio, pero creo que la Iglesia no se pudo librar enel Concilio de una crisis seria. Hubo oposición, se sentía elambiente un poco cargado, en su habitación y, Juan XXIII tuvo ungesto muy interesante: “se levantó y dijo ‘¿no sienten que elambiente está un poquito cargado?’ Abrió las ventanas y eso seinterpretó más tarde como Papa Juan XXIII abre las ventanas de laIglesia para que entren vientos nuevos”. Pero luego la anécdotallega completa: “Juan XXIII abre las ventanas para que entrara elaire fresco a la Iglesia y a Paulo VI le dio la pulmonía”,porque él tuvo que enfrentar esta situación de cambios, cambiosque no muchos no acababan de asimilar, o que querían llevar conmás celeridad a la renovación.

-¿Qué obligó a su familia a emigrarde Atolinga a Zacatecas cuando usted tenía cincoaños? -Pues los pueblos que a veces se mueren,porque no hay un desarrollo, aunque en tiempos aquellos pues nohabía muchas exigencias, pero era un pueblo eminentementecampesino y pues no había fuentes de trabajo, no había más quela agricultura y mucha gente salía a aventurarse a otros lados. Dehecho, mis padres hicieron el intento de irse a Torreón.

-¿Cuántos hermanos tiene y qué lugarocupa usted? Fuimos once, murieron cuatro mujeres,pero sobrevivimos siete. Cuatro hombres y tres mujeres. Estoy entercer lugar de los que vivimos.

-¿Cómo ve usted al ObispoSigifredo? -Con el paso del tiempo, a través deestos Obispos que he acompañado, que he estado a su disposición,considero que hay cada Obispo para el tiempo que se necesita.Podemos decir que tuvimos un obispo que se necesitaba que pusierael dogma de la Iglesia al día, como fue el Obispo que asistió alConcilio Vaticano II, monseñor Adalberto Almeida y Merino; otroObispo que vino a promover la juventud; hay un Obispo que vino ahacer una reforma fundamental en la Iglesia, lo que llamamos curiade gobierno –que había descansado por muchos años sobresillones grandes-, entonces vino a derogar la curia. Entonces cadatiempo, cada época, tiene el Obispo que necesita.

-¿Igual estamos con elPapa? -Sí, fue muy claro el Papa Francisco, unObispo que está a la altura del medio moderno de comunicaciones detécnicas modernas, hace más fácil la comunicación.

-¿Cómo ve usted la política y lareligión? -Creo que en ese tema sí vamosarrastrando un pasado. La separación de Iglesia-Estado para muchoses benéfico, pero creo que tenemos que trascender simplemente loque es mutuo respeto, ya el hecho de que tengamos libertad de cultoy libertad religiosa es muy bueno, pero, el edificio por ejemplo deMiguel Auza, donde está el Obispado (en Zacatecas), hace unosveinticinco años, ya se nos había recogido oficialmente, iba aser Hacienda allí, y se nos devolvió, a instancias de unapetición que se hizo al Presidente saliente de entonces. Entonces,sí creo que sí hay respeto, pero no hay mucha colaboración. LaIglesia sí puede hacer una procesión en la calle, pero no puedeopinar. La Iglesia tiene que formar la conciencia social, laconciencia política, pero muy particularmente, manejarlo comodoctrina, pero no opinando de un régimen actual o del ejercicio deun gobierno de la actualidad, hay que ser muy respetuoso, no puedehacer política de partido, tiene que mantenerse al margen de loque sería eso, pero sí debería tener una palabra más vivida,una palabra que ilumine la conciencia cívico-política delciudadano, como Iglesia que dijo Juan XXIII, como “madre ymaestra”.

-¿Tiene pendientes después de estos60 años de sacerdocio? -Claro que sí, pero soyconsciente que tiene que ser un pendiente que debe estar a lasmedidas de mis posibilidades.

El padre Humberto Salinas Castañeda no lo piensa dos veces: sivolviera a nacer, volvería a ser sacerdote… Suspira.

“El Señor me llamó y atendí el llamado”. Señala conhumildad que nunca fue una obsesión ser Obispo. Aclaró que no espor edad, sino hay que cumplir una serie de requisitos…

Con 60 años de vida sacerdotal y 84 años de edad, el PadreSalinas acepta hablar para El Sol de Zacatecas-OEM. No rehuye aninguna de las preguntas, por el contrario, sus respuestas provocancontinuar la conversación.

Ataviado en un alba blanca y una estola bordada de igual color,teniendo como testigo el retablo de San Felipe de Jesús, nuestroentrevistado se sincera y dice que el Papa Pablo VI, fue quien lomarcó… Vuelve a suspirar.

“El solo hecho de haber convocado al Concilio Vaticano fueimportante para la iglesia y su futuro, de ahí vino un grancambio, la iglesia abrió sus puertas al mundo, a la discusión, alos problemas”. Fue un gran momento para entender la renovadaIglesia, subraya.

De una familia de 11 hermanos, -que ahora se ha reducido siete-,ocupa el número tres de arriba hacia abajo, originario deAtolinga, Zacatecas, y quien se vino a vivir a la capital a la edadde apenas cinco años, recuerda sus inicios como sacerdote y cómofue su ordenación.

El padre Salinas habla que ha visto el arribo de cerca de ochoPapas e igual número de Obispos en la Diócesis de Zacatecas. Cadauno ha tenido un estilo, cada uno ha obedecido a los signos de lostiempos, al mundo y al Estado actual.

También, el prelado habla un poco de relación Iglesia-Estado,es claro en sus ideas. “Me parece, dice, deberíamos de estaropinando de algunos temas, pero no es permitido”, Insiste, en quelos signos de los tiempos obligan a la iglesia a ser másparticipativa en los grandes temas de la nación. La relacióniglesia-Estado no tiene por qué estar distanciada.

Finalmente, Salinas Castañeda, recuerda que después de 60años como sacerdote hay aún varios pendientes por cumplir, aunqueacepta que el tiempo juega en contra.

Aquí la conversación:

- ¿Cómo es que Humberto SalinasCastañeda decidió ser sacerdotal, qué lo llamó aesto? - Exactamente, todo es a partir de unllamado. Es la palabra correcta uno dice que eligió ser sacerdote;que quiso ser sacerdote, tal vez que tenía uno la visión, desdechico, desde joven que tuvo la atracción. Pero la verdad es que“el Señor llamó”.

- ¿Si el padre Salinas volviera anacer, volvería a ser sacerdote? - Si volviera aser llamado, volvería a ser sacerdote.

- ¿Le gusta suvocación? -Sí, creo que además de sentirsellamado, es el gusto, el disfrutar el ministerio porque a decirverdad el ministerio tiene muchas satisfacciones.

-¿Dónde se preparó para sersacerdote? -Los estudios primeros fueron aquímismo en Zacatecas, donde se dice que curso uno el latín, o sea lacarrera de humanidades, lo que correspondería hoy día a lasecundaria, a la preparatoria, terminando los cuatro años dehumanidades, si quería uno seguir la carrera tenía que irse alextranjero. Había ya un seminario en el año del 37 –por motivode los tiempos difíciles por los que pasó nuestro país-, elseminario se ubicaba en Montezuma, había que ir si uno quería sersacerdote o los profesores le consideraban una persona apta, hastadonde iba, para llegar a ser sacerdote.

-¿Cuántos Papas le han tocado comosacerdote? -Desde Juan XXIII, San Juan XXIII, quefue el Papa que convocó al Concilio Vaticano II, quiero rectificarla bendición que recibí del Papa en la ordenación fue todavíaPío XII, Juan XXIII, Paulo VI; Juan Pablo I y luego Juan Pablo II;Benedicto XVI y Francisco.

-¿Con cuál Papa se ha identificadousted? -Con Paulo VI, porque fue el Papa que pusoen marcha el Concilio Vaticano II, cierto es que Juan XXIIIconvocó al mundo a un concilio para que la Iglesia se revisara enfunción de la misión que tenía para el mundo y él dijoclaramente “la Iglesia está para el mundo, no el mundo para laIglesia”. Cierto, es el mérito del Papa Juan XXIII convocar a unConcilio. Pero Paulo VI, para mí no sólo es un Papa confesor–como les llaman cuando los canonizan-, sino que es un Papamártir, sin haber derramado sangre, porque le costóverdaderamente poner en práctica el Concilio Vaticano II, entiempos en que unos y otros que iban muy delante, los que sequedaban atrás, no estaban muy de acuerdo con el Papa, por lo quesufrió mucho.

-Hablemos de los Obispos ¿cuántos leha tocado tratar en Zacatecas? -Quiero contarle delObispo Ignacio Plascencia y Moreira, porque entré al seminariocuando él era Obispo y me tocó muchas veces estar 24 horas,porque íbamos al Obispado, porque ya era un señor grande y habíaque asistirlo en todo momento, para ir a la Capilla; para ir alcomedor; para leerle por las noches y lo considero; me identificomucho con él, aun y cuando me fui en el año 50 y él murió en elaño 50, pero lo considero. Entonces cuento, en el servicio delsacerdocio ocho Obispos que han sido mis superiores.

-Hablemos de la Iglesia moderna. ¿Nose ve amenazada, no está perdiendo seguidores o estáfortalecida? -Creo que fortalecida ha estadosiempre, pero repito, como la Iglesia es para el mundo, entoncestiene que ver mucho, como está el mundo hoy, cuál es elpensamiento dominante, actual, cuáles son las costumbres. Lo quellamamos comúnmente las culturas modernas. La Iglesia es fuerte ensu doctrina, el acontecimiento del Concilio Vaticano II,indudablemente que ha puesto a la Iglesia al día, pero el ConcilioVaticano II no es un libro, es un espíritu, es una mentalidadnueva, es una toma de conciencia de lo que la Iglesia debe ser enesta necesidad tan seria de reevangelizar al mundo.

-¿Hay crisis en la Iglesia por faltade sacerdotes? -No creo que el problema actual dela Iglesia sea la falta de sacerdotes. Cuando me ordené éramos250 sacerdotes, fuimos bajando mucho, el Concilio de verdad nospuso en jaque a la misma Iglesia y creo que el modernismo, lamodernidad, los cambios y lo que la Iglesia significa, una Iglesiaque se renueva, tenía que traer cierta falta de identidad enmuchos de los ministros y hubo muchos sacerdotes que tuvieron quesalir del ministerio, pero creo que la Iglesia no se pudo librar enel Concilio de una crisis seria. Hubo oposición, se sentía elambiente un poco cargado, en su habitación y, Juan XXIII tuvo ungesto muy interesante: “se levantó y dijo ‘¿no sienten que elambiente está un poquito cargado?’ Abrió las ventanas y eso seinterpretó más tarde como Papa Juan XXIII abre las ventanas de laIglesia para que entren vientos nuevos”. Pero luego la anécdotallega completa: “Juan XXIII abre las ventanas para que entrara elaire fresco a la Iglesia y a Paulo VI le dio la pulmonía”,porque él tuvo que enfrentar esta situación de cambios, cambiosque no muchos no acababan de asimilar, o que querían llevar conmás celeridad a la renovación.

-¿Qué obligó a su familia a emigrarde Atolinga a Zacatecas cuando usted tenía cincoaños? -Pues los pueblos que a veces se mueren,porque no hay un desarrollo, aunque en tiempos aquellos pues nohabía muchas exigencias, pero era un pueblo eminentementecampesino y pues no había fuentes de trabajo, no había más quela agricultura y mucha gente salía a aventurarse a otros lados. Dehecho, mis padres hicieron el intento de irse a Torreón.

-¿Cuántos hermanos tiene y qué lugarocupa usted? Fuimos once, murieron cuatro mujeres,pero sobrevivimos siete. Cuatro hombres y tres mujeres. Estoy entercer lugar de los que vivimos.

-¿Cómo ve usted al ObispoSigifredo? -Con el paso del tiempo, a través deestos Obispos que he acompañado, que he estado a su disposición,considero que hay cada Obispo para el tiempo que se necesita.Podemos decir que tuvimos un obispo que se necesitaba que pusierael dogma de la Iglesia al día, como fue el Obispo que asistió alConcilio Vaticano II, monseñor Adalberto Almeida y Merino; otroObispo que vino a promover la juventud; hay un Obispo que vino ahacer una reforma fundamental en la Iglesia, lo que llamamos curiade gobierno –que había descansado por muchos años sobresillones grandes-, entonces vino a derogar la curia. Entonces cadatiempo, cada época, tiene el Obispo que necesita.

-¿Igual estamos con elPapa? -Sí, fue muy claro el Papa Francisco, unObispo que está a la altura del medio moderno de comunicaciones detécnicas modernas, hace más fácil la comunicación.

-¿Cómo ve usted la política y lareligión? -Creo que en ese tema sí vamosarrastrando un pasado. La separación de Iglesia-Estado para muchoses benéfico, pero creo que tenemos que trascender simplemente loque es mutuo respeto, ya el hecho de que tengamos libertad de cultoy libertad religiosa es muy bueno, pero, el edificio por ejemplo deMiguel Auza, donde está el Obispado (en Zacatecas), hace unosveinticinco años, ya se nos había recogido oficialmente, iba aser Hacienda allí, y se nos devolvió, a instancias de unapetición que se hizo al Presidente saliente de entonces. Entonces,sí creo que sí hay respeto, pero no hay mucha colaboración. LaIglesia sí puede hacer una procesión en la calle, pero no puedeopinar. La Iglesia tiene que formar la conciencia social, laconciencia política, pero muy particularmente, manejarlo comodoctrina, pero no opinando de un régimen actual o del ejercicio deun gobierno de la actualidad, hay que ser muy respetuoso, no puedehacer política de partido, tiene que mantenerse al margen de loque sería eso, pero sí debería tener una palabra más vivida,una palabra que ilumine la conciencia cívico-política delciudadano, como Iglesia que dijo Juan XXIII, como “madre ymaestra”.

-¿Tiene pendientes después de estos60 años de sacerdocio? -Claro que sí, pero soyconsciente que tiene que ser un pendiente que debe estar a lasmedidas de mis posibilidades.

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